El consumo excesivo de alcohol y la edad podrían aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) de las personas con un trastorno del ritmo cardiaco común llamado fibrilación auricular, según un estudio reciente.
"Los médicos deberían preguntar a los pacientes [con fibrilación auricular] si consumen alcohol y aconsejarles que reduzcan el consumo en caso de que estén bebiendo más de lo recomendado", dijo el Dr. Faris Al-Khalili, que dirigió el estudio y es cardiólogo en el Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia.
El estudio incluyó a más de 25,000 adultos suecos, de 18 a 64 años de edad, con fibrilación auricular no relacionada con problemas de las válvulas. La fibrilación auricular aumenta las probabilidades de sufrir un ACV, pero dado que estos pacientes tenían pocos factores de riesgo adicionales, se considera que tienen un riesgo bajo de ACV isquémico (cuando el flujo sanguíneo al cerebro queda bloqueado).
A lo largo de un periodo de seguimiento de unos 5 años, los investigadores hallaron dos factores que se asociaban significativamente con un riesgo más alto de ACV: la hospitalización relacionada con el alcohol (que duplicaba el riesgo) y el envejecimiento.
El uso de medicamentos anticoagulantes se asoció con un riesgo más bajo, según el estudio presentado el sábado en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology), en Roma.
"Aunque estos pacientes son clasificados como de bajo riesgo, la incidencia del ACV isquémico en nuestra población de estudio no es ni desdeñable ni se puede ignorar, y conlleva un nivel de mortalidad relativamente alto", dijo Al-Khalili en un comunicado de prensa de la sociedad.
"Nuestro estudio encontró que el alcohol es un factor de riesgo independiente de ACV en los pacientes con [fibrilación auricular]", dijo Al-Khalili.
Pero no está claro cómo funciona esta relación, y el estudio fue observacional, lo que significa que no puede demostrar una relación de causalidad directa.
El alcohol podría inducir la fibrilación auricular, y resultar en un ACV, o podría ser un efecto específico del alcohol el que provoque coágulos sistémicos o cerebrales, sugirieron los investigadores.
"Usar la hospitalización relacionada con el alcohol como representante del abuso del alcohol probablemente subestime el alcance del problema, y no permite evaluar la cantidad de alcohol consumido", dijo Al-Khalili.
Añadió que el vínculo beneficioso entre los anticoagulantes y el ACV en estos pacientes requiere de más investigación, particularmente con respecto a los beneficios frente a los daños, como las hemorragias.
Las investigaciones presentadas en reuniones normalmente se consideran preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.
FUENTE: European Society of Cardiology