El valor de las pruebas objetivas

¿Es confiable el diagnóstico clínico de asma?

Casi la mitad no recibieron una prueba respiratoria objetiva

Fuente: MedlinePlus

Muchos adultos que han sido diagnosticados con asma quizá en realidad no sufran de la enfermedad respiratoria, sugiere un nuevo estudio.

Los investigadores en Canadá dijeron que de más de 600 adultos diagnosticados con asma, un tercio no tenían la enfermedad basándose en pruebas objetivas.

El 80 por ciento de esas personas habían estado tomando medicamentos para el asma. Esto incluía a un 35 por ciento que tomaban fármacos todos los días, hallaron los investigadores.

Expertos en neumonología dijeron que los hallazgos son preocupantes, si se consideran los costos y los efectos secundarios de los medicamentos para el asma.

Y no está del todo claro por qué tantos pacientes con un diagnóstico de asma en realidad no tenían la enfermedad.

Hubo algunos casos en que las personas obviamente tenían asma cuando se les diagnosticó, dijo el investigador líder, el Dr. Shawn Aaron, especialista en la espiración del Hospital de Ottawa, en Canadá. Pero más adelante sus síntomas entraron en remisión.

Pero en la mayoría de los casos no se pudo determinar si el asma de los pacientes había desaparecido o se había diagnosticado mal desde un principio, apuntó Aaron.

Lo que está claro, dijo, es que a muchos pacientes les dijeron que tenían asma sin una evaluación objetiva.

Casi la mitad habían sido diagnosticados basándose solo en sus síntomas y la evaluación del médico.

Y eso es un problema, según Aaron. Dijo que es "raro" que los médicos diagnostiquen una enfermedad crónica sin las pruebas objetivas disponibles.

"Si alguien tiene síntomas de una posible diabetes, un médico no diría 'Oh, usted tiene diabetes, tome esta insulina'", señaló Aaron. "Indicaría una prueba de los niveles de azúcar en la sangre del paciente".

Para ayudar a diagnosticar el asma, los médicos usan un espirómetro, un dispositivo que mide qué tan bien un paciente puede inhalar y exhalar.

Aaron no pudo decir por qué muchos médicos podrían estar prescindiendo de la espirometría. (Anotó que los médicos de atención primaria pueden ofrecerla por sí mismos, sin remitir a los pacientes a un especialista).

Pero Aaron especuló que algunos médicos quizá no se sientan cómodos con la espirometría. "Algunos proveedores de atención primaria quizá piensen que no tienen la experiencia ni el tiempo de realizarla", sugirió.

Cualquiera que sea el motivo, los médicos deben evaluar antes de dar un diagnóstico, según un experto en la respiración que no participó en el estudio.

"Este estudio subraya la posibilidad de un diagnóstico excesivo de asma, y la importancia de una evaluación cuidadosa de la función pulmonar para hacer un diagnóstico claro antes de remitir a un paciente a un tratamiento de por vida", señaló el Dr. Brian Christman, vocero de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association).

Incluso tras un diagnóstico cuidadoso, el tratamiento del paciente se puede reevaluar a lo largo del tiempo, planteó Christman, que también es profesor de medicina en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.

Si el asma está bien controlado durante un tiempo, los médicos pueden reducir la "intensidad" del régimen de medicamentos, añadió Christman.

De hecho, apuntó Aaron, las directrices sugieren que el tratamiento de los pacientes se "reduzca" si sus síntomas han estado bien controlados durante tres meses.

Los nuevos hallazgos, que aparece en la edición del 17 de enero de la revista Journal of the American Medical Association, no son del todo inesperados.

Estudios anteriores han insinuado que muchos adultos con un diagnóstico de asma en realidad quizá no sufran de la enfermedad. Pero el estudio actual se realizó de forma más rigurosa, según Aaron.

Su equipo reclutó a 701 adultos canadienses que habían sido diagnosticados con asma a lo largo de los cinco años anteriores. Los investigadores analizaron los expedientes médicos de los pacientes y les administraron una serie de pruebas de la respiración.

Al final, se descartó el asma en un tercio de los pacientes.

Entonces, ¿de qué sufrían? Muchas personas, casi un 29 por ciento, no tenían una afección médica, aunque casi un tercio tenían síntomas que se determinó que se originaban en alergias o acidez.

Unas pocas personas tenían una afección médica grave que se diagnosticó mal como asma, dijo Aaron: un 2 por ciento sufrían de afecciones como enfermedad cardiaca y enfermedades pulmonares crónicas que no eran asma.

Entre todos los pacientes en quienes se descartó el asma, más de un 90 por ciento pudieron dejar los medicamentos durante un año sin problemas, mostraron los hallazgos.

Síntomas como la tos y la respiración sibilante no son suficientes para hacer un diagnóstico de asma, enfatizó Christman. Esos problemas, dijo, también pueden ser señales de insuficiencia cardiaca o de enfermedad pulmonar intersticial, por ejemplo.

Aaron ofreció el siguiente consejo: si su médico le dice que usted tiene asma, pida una espirometría para confirmarlo.

"Si usted insiste en la prueba adecuada, se la harán", aseguró.

Lo mismo aplica para los adultos que creen que han sido mal diagnosticados con asma, o que creen que su asma ha remitido, dijo.

"Trabaje con su médico", aconsejó Aaron. "No quiero que las personas crean que pueden dejar o reducir su medicación para el asma por sí mismas. El asma sin controlar puede resultar letal".


FUENTES: Shawn Aaron, M.D., senior scientist and respirologist, Ottawa Hospital, and professor, University of Ottawa, Ottawa, Canada; Brian Christman, M.D., professor, medicine, Vanderbilt University Medical Center, Nashville, Tenn.; Jan. 17, 2017, Journal of the American Medical Association