Hacer ejercicio con regularidad y permanecer delgado puede reducir el riesgo de un tipo de insuficiencia cardiaca particularmente difícil de tratar, muestra una nueva investigación.
Este tipo específico de la enfermedad se conoce como insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (ICFEP). La fracción de eyección es la cantidad de sangre bombeada por el corazón. En muchas personas con insuficiencia cardiaca, el corazón es tan débil que no bombea suficiente sangre como para satisfacer las necesidades del cuerpo.
En la ICFEP, el músculo cardiaco se vuelve rígido y no se llena con suficiente sangre. Esto hace que el fluido se acumule en los pulmones y en el cuerpo, explicaron los investigadores en un comunicado de prensa del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).
"Encontramos una asociación consistente entre la actividad física, el IMC [índice de masa corporal] y el riesgo general de insuficiencia cardiaca", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Jarett Berry. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.
"No fue algo inesperado, pero el impacto de esos factores del estilo de vida en los subtipos de insuficiencia cardiaca fue bastante distinto", señaló Berry.
Berry, del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, en Dallas, es profesor asociado en el departamento de medicina interna y ciencias clínicas, y director de rehabilitación cardiaca.
La ICFEP conforma hasta un 50 por ciento de los casos de insuficiencia cardiaca. El tratamiento de la afección con frecuencia no funciona bien, lo que aumenta la importancia de las estrategias de prevención, enfatizaron los autores del estudio.
En el informe, Berry y sus colaboradores revisaron información de tres estudios anteriores que incluyeron a más de 51,000 personas. Los investigadores excluyeron a todo el que tenía insuficiencia cardiaca cuando los estudios comenzaron.
Buscaron información sobre la cantidad de ejercicio que hacían los participantes, además de su peso. Además, revisaron los expedientes médicos de los participantes para ver si las personas habían sido admitidas al hospital por insuficiencia cardiaca a lo largo de los varios años de duración de los estudios.
Los autores del estudio encontraron que los factores de riesgo tradicionales de la insuficiencia cardiaca (como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad) eran menos comunes entre las que eran más activas. Las personas que hacían más ejercicio tendían a ser blancas, se sexo masculino, y a tener unos niveles más altos de educación e ingresos, mostraron los hallazgos.
Por otro lado, las personas que tenían más peso en exceso eran más jóvenes, menos activas y más propensas a tener factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, según el informe.
En total, los investigadores identificaron casi 3,200 casos de insuficiencia cardiaca. Casi un 40 por ciento eran ICFEP. Casi un 29 por ciento tenían insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (ICFER), que se asocia con un músculo cardiaco débil que no bombea de forma adecuada. Y poco menos de un 32 por ciento carecían de clasificación.
El estudio no prueba una relación causal, pero los niveles bajos de actividad física se asociaron con un riesgo de insuficiencia cardiaca un 6 por ciento más bajo que no hacer ninguna actividad física. Los que hacían las cantidades recomendadas de ejercicio tenían un riesgo un 11 por ciento más bajo de insuficiencia cardiaca.
En las personas que hacían más que la cantidad recomendada de ejercicio, el riesgo de ICFEP se reducía en un 19 por ciento.
Además, la incidencia de ICFEP fue significativamente más alta entre los que tenían un exceso de peso, mostraron los hallazgos.
Según el primer autor del estudio, el Dr. Ambarish Pandey, "esos datos sugieren la importancia de modificar los patrones de estilo de vida para ayudar a prevenir la ICFEP en la población general". Pandey es becario de cardiología en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.
El estudio aparece en la edición del 27 de febrero de la revista Journal of the American College of Cardiology.
FUENTE: American College of Cardiology