A medida que la población de EE. UU. envejece, millones más se enfrentarán a la perspectiva de perder su audición, informan unos investigadores.
Entre los adultos estadounidenses de a partir de 20 años de edad, se anticipa que la pérdida auditiva aumentará de 44 millones en 2020 (un 15 por ciento de los adultos) a 73.5 millones en 2060 (un 23 por ciento de los adultos).
El mayor aumento será entre los adultos mayores, según investigadores de Johns Hopkins Medicine, en Baltimore. En 2020, un 55 por ciento de todos los adultos con pérdida auditiva tendrán a partir de los 70 años de edad. En 2060, esa tasa aumentará a un 67 por ciento.
"En las próximas décadas, habrá una mayor necesidad de intervenciones asequibles y acceso a los servicios de atención de la salud auditiva", dijo la autora líder del estudio, Adele Goman, investigadora en el Centro sobre el Envejecimiento y la Salud del Hopkins.
Goman y sus colaboradores proyectaron la pérdida auditiva futura con datos de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU.
"La pérdida auditiva es un importante problema de salud pública que afectará a muchos más adultos mayores", advirtió. "Para abordar este problema se necesitan métodos novedosos y rentables para la salud auditiva".
Neil DiSarno es director de audiología de la Asociación Americana del Habla, el Lenguaje y la Audición (American Speech-Language-Hearing Association). "Este estudio proyecta un crecimiento sin precedentes en esta afección crónica de la salud", comentó.
Igual que con todos los aspectos de la atención de la salud, la atención profesional de la audición es costosa, dijo.
"Con el fin de proveer un tratamiento adecuado a los que experimentan ahora los efectos del deterioro auditivo, se debe realizar un esfuerzo por garantizar el establecimiento de cobertura de seguro tanto privada como pública", planteó DiSarno.
Más allá del costo, la pérdida auditiva afecta a la calidad de vida y a la capacidad de comunicarse, de trabajar y de participar en actividades sociales y familiares de un individuo, según otro especialista en la audición.
"La pérdida auditiva se ha asociado con una reducción en la capacidad mental. Esto nos recuerda la necesidad de ofrecer atención de la audición a nuestra población. Esa importancia seguirá aumentando", dijo el Dr. Ian Storper, director de otología en el Centro de Trastornos del Oído y del Equilibrio del Instituto de Cabeza y Cuello de Nueva York en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
La Dra. Debara Tucci, vocera de la Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de la Cabeza y el Cuello (American Academy of Otolaryngology, Head and Neck Surgery), dijo que las personas no están condenadas a perder la audición al envejecer.
La causa más común de pérdida auditiva es la exposición prolongada a los ruidos altos, dijo. Eso incluye la música alta y los lugares de trabajo ruidosos.
"Hay que tener cuidado y limitar el volumen del sonido en los auriculares y limitar la exposición al sonido de las armas de fuego utilizadas en los campos de tiros o al cazar, y protegerse del ruido industrial en el trabajo", aconsejó Tucci.
Nunca es demasiado pronto para comenzar a proteger el oído, aseguró. "La pérdida auditiva es un proceso lento e insidioso, y a lo largo de varios años pueden ocurrir cambios irreversibles".
Entre los adultos mayores que sufren de pérdida auditiva, hay unas incidencias más altas de depresión y ansiedad, una tasa más alta de hospitalización y una tasa más alta de caídas, señaló Tucci. También se mostró de acuerdo en que hay evidencias de una asociación entre la pérdida auditiva y el declive mental.
Las personas deben evaluar su oído, aconsejó Tucci. "Recomendaría [las pruebas] entre los 55 y los 60 años de edad para ver si hay alguna pérdida auditiva. Las personas no deben dar la pérdida auditiva por hecho a medida que envejecen. Hay formas de prevenir y tratar la pérdida auditiva", dijo.
El informe aparece en la edición en línea del 2 de marzo de la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery.
FUENTES: Adele Goman, Ph.D., Johns Hopkins Center on Aging and Health, Baltimore; Ian Storper, M.D., director, otology, Center for Hearing and Balance Disorders, New York Head and Neck Institute, Lenox Hill Hospital, New York City; Neil DiSarno, Ph.D., chief staff officer, audiology, American Speech-Language-Hearing Association; Debara Tucci, M.D., professor, surgery, Duke University School of Medicine, Durham, N.C., and spokesperson, American Academy of Otolaryngology, Head and Neck Surgery; March 2, 2017, JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery