Comer "sin gluten" cuando no hay motivo médico para hacerlo no mejora la salud cardiaca, y podría incluso dañarla, advierte un nuevo estudio.
Las dietas sin gluten han cobrado una inmensa popularidad en los últimos años. Pero descartar el gluten no ofrece beneficios al corazón de las personas sin enfermedad celíaca, y podría significar consumir una dieta que carece de granos enteros que son beneficiosos para el corazón, según un estudio que abarcó un cuarto de siglo.
"Para la inmensa mayoría de las personas que pueden tolerarlo, restringir el gluten para mejorar la salud en general probablemente no sea una estrategia beneficiosa", señaló el líder del estudio, el Dr. Andrew Chan.
El gluten es una proteína que se encuentra en granos como el trigo, el centeno y la cebada. Las personas con enfermedad celíaca (menos de un 1 por ciento de la población de EE. UU.) tienen una reacción del sistema inmunitario cuando comen gluten, que provoca inflamación y daño intestinal. También tienen un riesgo más alto de enfermedad cardiaca, pero eso se reduce después de que comienzan a consumir una dieta libre de gluten, según la información de respaldo del estudio.
Recientemente, los investigadores han reportado que algunas personas podrían tener lo que se conoce como sensibilidad al gluten no celíaca, una afección que no se comprende del todo.
"No quiero descartar el hecho de que hay personas que tienen la sensibilidad", dijo Chan, profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Pero el resto de la población no debe pensar que dejar el gluten ayuda a su salud, al menos no a su salud cardiaca, advirtió.
En el estudio, Chan y sus colaboradores analizaron datos de casi 65,000 mujeres y más de 45,000 hombres, todos profesionales sanitarios de EE. UU. sin antecedentes de enfermedad cardiaca cuando comenzó el estudio. Los participantes del estudio completaron un cuestionario alimentario detallado a partir de 1986, y lo actualizaron cada cuatro años hasta 2010.
Los investigadores observaron la ingesta de gluten, y dividieron a los participantes en cinco grupos, desde una ingesta alta a una baja; entonces, calcularon qué tan probable era que desarrollaran enfermedad cardiaca a lo largo de unos 26 años.
Cuando los investigadores compararon al grupo con la ingesta más alta de gluten con el de la más baja, las tasas de enfermedad cardiaca no fueron muy distintas.
Pero las personas con una ingesta restringida de gluten con frecuencia comen una dieta baja en granos integrales ricos en fibra, que se vinculan con un riesgo cardiaco más bajo, y más rica en granos refinados, dijo Chan.
Entonces, los investigadores ajustaron sus hallazgos según la ingesta de granos refinados. "Pareció que los individuos que consumían los niveles más bajos de gluten en la dieta tenían un riesgo de enfermedad cardiaca un 15 por ciento más alto", dijo Chan.
Pero como el estudio fue observacional, "no podemos afirmar con certeza que haya una asociación causal", comentó Chan.
El Dr. Ravi Dave es cardiólogo y profesor de medicina en la Facultad de Medicina Geffen de la Universidad de California, en Los Ángeles.
"Comer sin gluten es una gran moda ahora mismo", dijo Dave, que no participó en el estudio. "Se ha dado mucho bombo a que el gluten produce inflamación y puede conducir al desarrollo de la diabetes, la enfermedad cardiaca, la demencia y muchas cosas".
Aunque encuentra que el nuevo estudio no es concluyente, Dave se mostró de acuerdo con los investigadores. "No debemos recomendar a las personas que no tengan sensibilidad al gluten ni enfermedad celíaca que adopten una dieta libre de gluten", enfatizó.
Dave también dijo que el estudio dejó algunas preguntas sin responder. Por ejemplo, no revela con qué sustituían al gluten las personas que lo evitaban. "¿Elegían una opción más malsana que los ponía en riesgo de enfermedad cardiaca?", se preguntó.
Para las personas que de cualquier forma quieran o necesiten evitar el gluten, Chan dijo que es importante ingerir unas cantidades adecuadas de fibra. La avena y el arroz integral son buenas fuentes de fibra sin gluten, anotó.
El estudio no recibió financiación de la industria alimentaria. Aparece en la edición en línea del 2 de mayo de la revista BMJ.
FUENTES: Andrew T. Chan, M.D., MPH, associate professor of medicine, Harvard Medical School, and gastroenterologist, Massachusetts General Hospital, Boston; Ravi Dave, M.D., professor of medicine, division of cardiology, University of California, Los Angeles David Geffen School of Medicine; May 2, 2017, BMJ, online