Algunas recomendaciones nuevas de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) quizá hagan que los niños pequeños tengan berrinches.
Una recomendación es que se limite el jugo de fruta a los niños pequeños y a los más grandes, y los bebés no deberían beber nada de jugo en lo absoluto hasta cumplir un año de edad.
Otra recomendación es que los padres deberían renunciar a las queridas tazas de jugo para bebés.
La recomendación es la primera actualización de la postura de la AAP con respecto al jugo de fruta en 16 años.
El cambio más importante es que se anima a no dar jugo de fruta durante el primer año de vida, y no solo durante los primeros 6 meses, tal y como se recomendaba hasta ahora.
"Simplemente no es necesario dar jugo de fruta a los bebés", dijo el Dr. Steven Abrams, uno de los autores del informe.
"No hay evidencias de que produzca ningún beneficio para la salud", añadió. Abrams es catedrático de pediatría en la Facultad de Medicina Dell de la Universidad de Texas, en Austin.
En última instancia, dijo, dar jugo de fruta a los bebés podría evitar que tomaran la suficiente leche materna o fórmula, y las proteínas, la grasa y otros nutrientes necesarios que contienen. Además, la AAP afirma que una vez que los bebés empiezan a comer alimentos sólidos, deberían comer la fruta entera aplastada o hecha puré, en lugar de jugo.
Los bebés no necesitan líquidos adicionales (aparte de la leche materna o la fórmula) cuando empiezan a comer alimentos sólidos, dijo Abrams.
En cuanto a los niños mayores, la AAP sugiere poner límites a los jugos: 4 onzas (118 mililitros) al día como máximo para los niños de 1 a 3 años de edad; no más de 6 onzas (177 mililitros) para los niños de 4 a 6 años, y no más de 8 onzas (237 mililitros) al día para los niños mayores y adolescentes.
¿Qué hay de malo en el jugo de fruta? Abrams dijo que la cuestión no es "ponerse dogmático con esto", y los niños pueden tomar algo de jugo como parte de una dieta saludable.
Pero para demasiados niños, según la AAP, el jugo acaba reemplazando a las frutas y las verduras enteras, y la fibra, las vitaminas y otros nutrientes que aportan.
Además, muchas bebidas no son jugo de fruta en lo absoluto; sino "bebidas" de fruta que son básicamente agua y azúcar.
Los niños deberían tomar solo jugo de fruta 100 por ciento, sin azúcar añadido, señaló Abrams. Pero se debería poner límites incluso a esos jugos y a sus azúcares naturales.
La moraleja, dijo Abrams, es que "el agua y la leche son preferibles".
La Dra. Alisa Muñiz Crim, gastroenteróloga pediátrica en el Hospital Pediátrico Nicklaus en Miami, se mostró de acuerdo.
También dijo que si los padres buscan alternativas a la leche, como la leche de soya o de almendra, deberían asegurarse de que no contengan azúcar añadido.
Según Crim, es importante que los niños aprendan unos hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana, que incluye desarrollar una preferencia por las frutas y las verduras enteras, en lugar de por el jugo.
La AAP también recomienda lo siguiente: no dé a los niños pequeños jugo en tazas para bebés, que normalmente son vasos con una tapa y un tubito o abertura.
Por un lado, dijo Abrams, los niños pequeños deberían aprender a beber de vasos normales. Además, las tazas para bebés y los biberones permiten a los niños sorber jugo todo el día.
"Si se pasan el día corriendo de un lado para otro con la taza, la van a rellenar", indicó Crim.
Existe la preocupación de que las tazas para bebés puedan afectar a los dientes de los niños, dijo Abrams. Cuando se exponen los dientes del bebé a líquidos que no sean agua durante un periodo largo, eso puede fomentar las caries.
La otra preocupación es que las calorías del jugo puedan contribuir a un excesivo aumento de peso.
"No creo que limitar el jugo de fruta sea la respuesta a la obesidad infantil", dijo Crim. "Pero es una medida sencilla que tiene sentido".
Si los padres deciden usar tazas para bebés, añadió, deberían llenarlas de agua.
Las nuevas directrices fueron publicadas el 22 de mayo en la revista Pediatrics.
FUENTES: Steven Abrams, M.D., chair, pediatrics, Dell Medical School at the University of Texas at Austin; Alisa Muniz Crim, M.D., pediatric gastroenterologist, Nicklaus Children's Hospital, Miami; May 22, 2017, Pediatrics