En un aviso a los futbolistas que jugaron el Mundial de 2014, los investigadores advierten que las autoridades médicas podrían haber pasado por alto algunos casos de conmoción.
Eso es así porque los profesionales médicos del Mundial con frecuencia no siguieron las recomendaciones internacionales para la evaluación de las conmociones, según un estudio reciente.
"En el Mundial de 2014, descubrimos que los jugadores recibieron una evaluación muy superficial o ninguna de conmoción después de sufrir una colisión y mostrar señales físicas preocupantes de conmoción", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Michael Cusimano, neurocirujano en el Hospital de St. Michael de Toronto.
Cusimano y sus colaboradores revisaron las cintas de video de 64 partidos jugados en el Mundial de fútbol de Brasil y descubrieron que se produjeron golpes en la cabeza "preocupantes" 72 veces y que afectaron a 81 jugadores. Catorce de los jugadores (el 17 por ciento) mostraron ninguna o una señal de conmoción, 45 (el 56 por ciento) mostraron dos señales y 22 (el 27 por ciento) presentaron tres o más señales.
Las directrices de la Conferencia Internacional sobre la Conmoción Cerebral en los Deportes (International Conference on Concussion in Sports) adoptadas por la FIFA, la organización internacional que dirige el fútbol, afirman que los jugadores que muestren alguna señal de conmoción deberían ser apartados del juego inmediatamente y evaluados fuera del terreno de juego por los médicos.
Las señales de conmoción incluyen dolor de cabeza, visión borrosa, pérdida de conciencia, caminar de forma inestable y una ralentización de los tiempos de reacción, indicaron los investigadores.
El estudio encontró que los profesionales médicos que atendieron en la banda evaluaron solamente a 12 (el 15 por ciento) de los jugadores que habían sufrido golpes en la cabeza preocupantes en el Mundial de 2014. Estas evaluaciones duraron un promedio de 107 segundos, variando entre los 64 y los 180 segundos, mostró el estudio.
Otros 45 jugadores (el 56 por ciento) fueron evaluados por otro jugador, el árbitro o el personal médico dentro de la cancha, y 21 de ellos (el 26 por ciento) no recibieron ninguna evaluación.
El estudio también encontró que de los 67 jugadores que mostraron 2 o más señales de conmoción, 11 jugadores (el 16 por ciento) no recibieron ninguna evaluación y regresaron al terreno de juego inmediatamente, y 42 (el 63 por ciento) regresaron inmediatamente al juego después de una evaluación dentro del terreno de juego por parte de otro jugador, el árbitro o un trabajador de atención sanitaria.
Once jugadores (el 16 por ciento) con dos o más señales de conmoción fueron evaluados en la banda por profesionales médicos y regresaron al juego, y tres (el 5 por ciento) fueron retirados del partido o del torneo. A uno de los 3 que fueron retirados inicialmente se le permitió regresar al juego después de una evaluación dentro del terreno de juego por parte del personal médico.
Entre los 22 jugadores con tres o más señales de conmoción, 19 (el 86 por ciento) regresaron al juego durante el mismo partido después de una evaluación que duró 84 segundos de promedio, mostró el estudio.
Cusimano indicó que 265 millones de personas juegan fútbol. Eso es el 4 por ciento de la población mundial, comentó en un comunicado de prensa del hospital. De modo que es importante que la FIFA sea un ejemplo a seguir para los demás, especialmente para las ligas de aficionados y de niños y adolescentes, añadió.
Los hallazgos aparecen en línea del 27 de junio como una carta de investigación en la revista Journal of the American Medical Association.
FUENTE: St. Michael's Hospital