¿Una mujer embarazada que tenga el antojo de tomar bebidas endulzadas con azúcar podría poner a su hijo en riesgo de tener sobrepeso más adelante en la vida?
Quizá, sugiere un nuevo estudio.
Los niños de ocho años que bebían al menos media bebida endulzada con azúcar cada semana pesaban más o menos 2 libras (casi 1 kilo) más si sus madres consumieron dos o más bebidas endulzadas con azúcar al día durante el segundo trimestre del embarazo, según los investigadores.
Los autores del estudio dijeron que parece que el consumo de bebidas azucaradas por parte de la madre planteó la diferencia en el peso del niño, no en la dieta del niño.
"Ha habido numerosos [estudios] observacionales y de metaanálisis que han vinculado a las bebidas azucaradas y la obesidad con los adultos y las adultas no embarazadas y los niños. Pero nuestro estudio es novedoso porque es el primero en examinar las asociaciones entre la ingesta materna de bebidas durante el embarazo con la obesidad infantil", apuntó la autora del estudio, Sheryl Rifas-Shiman, bioestadística en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
Pero el estudio no puede probar un vínculo causal entre el consumo de bebida de una madre embarazada y el peso posterior de su hijo. Solo mostró una asociación.
En el estudio, los investigadores pidieron a unas 1,100 mujeres embarazadas que reportaran su ingesta de alimentos. Rellenaron esas encuestas en cada trimestre del embarazo. Las encuestas se llevaron a cabo entre 1999 y 2002.
Las madres embarazadas eligieron entre varias categorías de bebida, como jugo de fruta, refrescos de dieta, refrescos endulzados con azúcar y agua. Se pidió a las mujeres que calificaran, en promedio, la frecuencia con que consumían esas bebidas.
Una vez los bebés nacieron, los investigadores realizaron encuestas anuales de seguimiento a las madres y a los niños durante los próximos seis años. Los investigadores también hicieron visitas en persona cuando los niños tenían unos 6 meses, 3 años y 8 años de edad.
"Encontramos que las madres que consumieron más bebidas azucaradas durante el embarazo tuvieron hijos con unas cantidades más altas de grasa corporal, sin importar cuál era el consumo de los niños", dijo Rifas-Shiman.
Comentó que los resultados no la sorprendieron.
Tampoco sorprendieron a la Dra. Tracey Wilkinson, profesora asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana.
"Toda la teoría sobre la impronta que sucede antes de que los bebés ni siquiera hayan nacido se está convirtiendo en una teoría más establecida y aceptada", explicó Wilkinson.
"Incluso la idea de que el estrés materno en el embarazo puede afectar a los resultados de los bebés o los niños años más adelante se está convirtiendo en algo más aceptable, probado y basado en las evidencias", añadió.
Los investigadores no encontraron paralelos entre la ingesta de bebidas de la madre embarazada durante el primer trimestre y el peso de un niño.
Las bebidas como el jugo de fruta 100 por ciento o de dieta que formaban parte de la dieta de la madre no parecieron cambiar el aumento de peso de un niño.
Según Rifas-Shiman, el segundo trimestre es cuando se acumula la grasa fetal. Eso, dijo, tal vez sea el motivo de que las bebidas endulzadas con azúcar en ese periodo pudieran ser un problema.
Wilkinson anotó que los niños que aumentan algo de peso extra a unas edades tempranas tienden a no perderlo al crecer.
"Es un desafío, y de verdad es duro para los pacientes una vez [los niños] ya tienen sobrepeso realmente hacer un cambio en su trayectoria de crecimiento", comentó Wilkinson.
Rifas-Shiman espera que su investigación pueda ayudar a cambiar el problema.
"Esperamos que las mujeres eviten un consumo alto de bebidas azucaradas durante el embarazo, y que pueda ser una de las formas de ayudar a prevenir la obesidad infantil", planteó.
Tanto Wilkinson como Rifas-Shiman dijeron que el agua es la mejor bebida cuando se tiene sed.
"Intento recordar a las familias que, hace cientos de años, solo teníamos agua", apuntó Wilkinson. "El cuerpo solo necesita agua, y si uno adopta el hábito de beber agua, entonces es lo más saludable que se puede beber".
El estudio aparece en la edición en línea del 10 de julio de la revista Pediatrics.
FUENTES: Sheryl Rifas-Shiman, M.P.H., biostatistician, Harvard Medical School and Harvard Pilgrim Healthcare Institute, Boston; Tracey Wilkinson, M.D., assistant professor of pediatrics, Indiana University School of Medicine, Indianapolis; July 10, 2017, Pediatrics