La soledad podría ser más peligrosa para la salud que la obesidad, y un número cada vez mayor de estadounidenses están en riesgo, informan unos investigadores.
Se cree que unos 42.6 millones de estadounidenses de a partir de 45 años de edad sufren de soledad crónica, según la AARP.
"En general se considera que estar socialmente conectado con los demás es una necesidad humana fundamental, esencial tanto para el bienestar como para la supervivencia. Los ejemplos extremos muestran que los bebés que están en cuidados custodiales que carecen de contacto humano no se desarrollan bien y con frecuencia mueren, y de hecho, el aislamiento social y las celdas en solitario se han usado como forma de castigo", dijo Julianne Holt-Lunstad, profesora de psicología en la Universidad de Brigham Young en Provo, Utah.
"Y sin embargo una parte cada vez mayor de la población de EE. UU. experimenta ahora aislamiento de forma regular", añadió durante una presentación el sábado en la reunión anual de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association, APA) en Washington, D.C.
Holt-Lunstad presentó los resultados de dos grandes análisis. En uno, los investigadores analizaron 148 estudios que incluyeron un total de más de 300,000 personas. Esos estudios vincularon una mayor conexión social con un riesgo un 50 por ciento más bajo de muerte precoz.
Los investigadores también revisaron 70 estudios en que participaron 3.4 millones de personas para medir el impacto del aislamiento social, la soledad y vivir solo con el riesgo de muerte prematura. La conclusión: el efecto de los tres fue igual o equivalente a factores de riesgo bien conocidos, como la obesidad.
Más de uno de cada cuatro estadounidenses viven solos, más de la mitad no están casados, y las tasas de matrimonio y la cantidad de niños por hogar están en declive, según datos del Censo de EE. UU.
"Estas tendencias sugieren que los estadounidenses se están volviendo menos conectados socialmente y están experimentando más soledad", señaló Holt-Lunstad en un comunicado de prensa de la APA.
Dijo que hay evidencias firmes de que el aislamiento social y la soledad aumentan el riesgo de muerte temprana más que muchos otros factores.
"Con una población que envejece cada vez más, solo se anticipa que el efecto en la salud pública aumente. De hecho, muchos países del mundo sugieren ahora que nos enfrentamos a una 'epidemia de soledad'. El desafío al que nos enfrentamos es qué podemos hacer al respecto", planteó Holt-Lunstad.
Comentó que las soluciones posibles incluyen lograr que los médicos evalúen el aislamiento social en los pacientes, y entrenar a los niños en edad escolar en habilidades sociales. Las personas mayores se deben preparar para la jubilación socialmente además de financieramente, añadió, y anotó que muchos vínculos sociales se relacionan con el lugar de trabajo.
Holt-Lunstad también sugirió que los planificadores comunitarios incluyan espacios que animen a las personas a reunirse, como centros de recreación y jardines comunitarios.
Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
FUENTE: American Psychological Association