La relación entre la duración del sueño y el estado de ánimo en los adolescentes: una revisión sistemática y un metanálisis.
La Dra. Michelle Short, experta en sueño infantil de la Universidad de Flinders, ajusta los monitores a un participante en un estudio antes del sueño.
Los patrones de sueño en todo el mundo se han interrumpido a medida que aumenta el tiempo de pantalla y las rutinas de sueño cambian con los requisitos de autoaislamiento de COVID-19.
El estado de ánimo negativo no es inusual en la adolescencia, pero la falta de sueño puede afectar la salud mental, causando anhedonia (o pérdida de placer), ansiedad, enojo y aumentando significativamente el riesgo de depresión, según muestra un estudio global de más de 350.000 adolescentes.
Los resultados que se acaban de publicar en Sleep Medicine Reviews conectan menos sueño con un aumento del 55% en la probabilidad de déficit de humor y duplican el riesgo de reducir el estado de ánimo positivo.
Desde Asia, hasta Australia, Nueva Zelanda, Europa y América del Norte, el sueño claramente fue un factor de riesgo modificable que puede mejorar o deprimir el estado de ánimo en los adolescentes, dice la Dra. Michelle Short, investigadora del sueño de la Universidad de Flinders.
"La duración del sueño predice significativamente los déficits del estado de ánimo en todos los estados de ánimo, incluido el aumento de la depresión, la ansiedad, la ira, el afecto negativo y la reducción del afecto positivo", dice, con menos sueño relacionado con un 83% más de probabilidad o enojo, 62% mayor riesgo de depresión estado de ánimo y un 41% más de riesgo de ansiedad.
"Afortunadamente, hay muchas intervenciones que las personas, la familia, la comunidad e incluso las políticas públicas pueden alentar a mantener un sueño regular en esta población en riesgo para reducir la probabilidad de que estos problemas se extiendan a problemas de salud mental que necesitan tratamiento clínico", dice.
Los investigadores también recomiendan aumentar la regulación de los padres / tutores sobre el uso del sueño y la tecnología, retrasar los horarios de inicio de clases y monitorear las presiones académicas y de otro tipo, como la tutoría fuera del horario de trabajo, no impide la rutina del sueño.
El Dr. Short dice que "aunque el estado de ánimo positivo no recibe mucha atención, sigue siendo clínicamente relevante como uno de los síntomas clave de la depresión en la anhedonia (pérdida de placer)".
"Es imperativo que se preste mayor atención al sueño en cuanto a prevención e intervención temprana para los déficits de humor", concluye el estudio.