La lesión hepática inducida por medicamentos puede ser causada por una variedad de medicamentos, suplementos y productos a base de hierbas.
Se estima que la lesión hepática inducida por fármacos tiene una incidencia de 14 a 19 casos por 100.000 individuos.
Aunque la elevación asintomática de las enzimas hepáticas es la presentación más común, la lesión hepática inducida por fármacos es la causa más común de insuficiencia hepática aguda en la mayoría de los casos.
Los países occidentales representan más del 50% de los casos.1 La lesión hepática inducida por fármacos puede ocurrir en sobredosis o en dosis terapéuticas, ya sea por hepatotoxicidad intrínseca directa del fármaco o como resultado de una hepatotoxicidad idiosincrásica (impredecible).
Debe sospecharse una lesión hepática inducida por fármacos en pacientes con una nueva elevación de las enzimas hepáticas, lo que lleva a una revisión de las exposiciones a fármacos que se remontan a 3 meses.
Es fundamental establecer una línea de tiempo confiable entre la exposición y el inicio de la lesión.
Los períodos de latencia típicos son de 1 a 5 días con hepatotoxicidad directa y de 5 a 90 días con hepatotoxicidad idiosincrásica1. La hepatotoxicidad idiosincrásica puede ocurrir antes si ha habido exposición previa.
Los patrones de elevación de enzimas incluyen hepatocelular, colestásico o mixto; atribuir patrones de elevación a fármacos específicos puede ser impreciso. LiverTox es un sitio web patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud, con descripciones de más de 1000 agentes que pueden causar daño hepático inducido por fármacos.
El diagnóstico requiere la exclusión de causas alternativas
La lesión hepática inducida por fármacos puede ser particularmente difícil de distinguir de la hepatitis autoinmune porque los anticuerpos observados en este tipo de hepatitis también pueden ser positivos en la lesión hepática inducida por fármacos.
La puntuación del Método de evaluación de la causalidad de Roussel Uclaf (RUCAM) es una herramienta de decisión clínica para ayudan a determinar la probabilidad de lesión hepática inducida por fármacos.
En la mayoría de los casos, la resolución de la lesión hepática inducida por fármacos se produce después de la interrupción del fármaco.
Los niveles de enzimas hepáticas generalmente disminuyen en días o semanas, y menos del 10% de los pacientes tienen enfermedad crónica un año después.
En casos de elevación severa de los niveles de enzimas hepáticas (alanina aminotransferasa ≥ 5 × o fosfatasa alcalina ≥ 2 × y total bilirrubina ≥ 2 × límite superior de lo normal), signos clínicos de insuficiencia hepática, o si no se observa mejoría dentro del período de tiempo esperado, consulta e investigaciones con especialistas (p. ej., biopsia hepática) para causas alternativas o complicaciones de la lesión hepática inducida por fármacos debe perseguirse.
El tratamiento requiere la identificación y la interrupción del fármaco culpable.
La terapia dirigida es apropiada para casos específicos (p. Ej., N-acetilcisteína para la toxicidad por acetaminofén), pero el tratamiento es principalmente para detener el fármaco causante.
Los glucocorticoides no se recomiendan de forma rutinaria, aunque pueden tener un papel en pacientes con características de reacciones de hipersensibilidad y compromiso multiorgánico, o si la hepatitis autoinmune es una preocupación constante.
Se debe considerar el trasplante de hígado en casos graves.