La sarcopenia, la disminución de la masa muscular esquelética, el debilitamiento de la fuerza del músculo esquelético y la reducción del rendimiento físico con el envejecimiento, es un componente de la fragilidad y un factor de alto riesgo de caídas, lo que resulta en un aumento de la mortalidad.

En pacientes con enfermedades cardiovasculares (ECV), la inflamación sistémica, el estrés oxidativo, la sobreactivación del sistema ubiquitina-proteosoma, la disfunción endotelial, la disminución del flujo sanguíneo muscular, la intolerancia a la glucosa, los cambios hormonales y la inactividad física posiblemente contribuyan a la sarcopenia relacionada con la ECV.

La prevalencia de sarcopenia y la osteosarcopenia, que es la coexistencia conjunta de osteopenia y sarcopenia, parece ser mayor en pacientes con ECV que en adultos que viven en la comunidad, lo que sugiere la necesidad de un diagnóstico temprano y prevención de la sarcopenia relacionada con ECV.

La rigidez auricular, la puntuación de calcificación de la arteria coronaria y los niveles séricos de vitamina D pueden ser de ayuda como biomarcadores para sospechar sarcopenia, y los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona pueden desempeñar un papel en la prevención médica y el tratamiento de la sarcopenia relacionada con ECV.

Hay pocos informes que convenzan de la eficacia de la suplementación dietética y antioxidante en la sarcopenia en la actualidad, mientras que los ejercicios aeróbicos y el entrenamiento de resistencia han sido reconocidos como una estrategia eficaz para prevenir y tratar la sarcopenia.