¿Esofagitis eosinofílica?

Dificultad para tragar y alergias en niños y adultos jóvenes

La incidencia está aumentando y las tasas son más altas

Autor/a: Milli Gupta and Michelle Grinman

Fuente: Diagnosis and management of eosinophilic esophagitis

Revista de la Asociación Médica Canadiense

Los niños y adultos jóvenes con alergias o eczema que tienen dificultad para tragar pueden tener esofagitis eosinofílica. Una revisión publicada en CMAJ (Canadian Medical Association Journal) proporciona orientación sobre cómo diagnosticar y controlar esta enfermedad inflamatoria crónica.

En personas con esofagitis eosinofílica, el revestimiento del esófago está inflamado, lo que puede provocar lesiones y estrechamiento de la garganta. Aunque puede afectar a cualquier persona, el riesgo es mayor en niños de 5 a 14 años y en adultos de 20 a 45 años, y es de 3 a 4 veces más común en hombres que en mujeres.

La incidencia está aumentando y las tasas son más altas en América del Norte y Europa. No está claro si el aumento en la detección se debe a una mayor concienciación o si refleja un verdadero aumento de enfermedades en nuestras comunidades.

Puntos clave:

  • La dificultad para tragar y el atascamiento de los alimentos en el esófago son los síntomas más comunes en adolescentes y adultos, mientras que los niños tienen más probabilidades de sufrir dolor abdominal, acidez estomacal/reflujo, falta de apetito, tos crónica, vómitos o retraso del crecimiento.
     
  • La mayoría de los pacientes (75%) tienen al menos una afección atópica (alérgica), como alergias alimentarias o ambientales, asma o eczema.
     
  • El diagnóstico se basa en los antecedentes del paciente y en 4 a 6 biopsias esofágicas tomadas de al menos 2 lugares durante una gastroscopia/endoscopia.
     
  • Se recomienda un tratamiento en forma de dieta, medicamentos y/o dilatación esofágica, conocida como las "3 D", para prevenir complicaciones a largo plazo.

Es importante distinguir entre la esofagitis eosinofílica y los trastornos alimentarios en adultos, que pueden parecer similares. "Los trastornos alimentarios pueden ser difíciles de diferenciar de la esofagitis eosinofílica, ya que las conductas alimentarias restrictivas, incluidas las aversiones a los alimentos, la ansiedad a la hora de comer y las conductas de masticación, son una característica potencial de ambas afecciones", escriben los Dres. Milli Gupta y Michelle Grinman, Facultad de Medicina Cumming, Universidad de Calgary, Calgary, Alberta. "Un historial dietético detallado es esencial para descifrar qué tipos de alimentos evita un paciente y por qué. Los pacientes con esofagitis eosinofílica pueden evitar la carne y el pan debido a episodios de asfixia previos, mientras que los pacientes con trastornos alimentarios pueden hacerlo debido al contenido calórico".

Los autores recomiendan la toma de decisiones compartida entre médico y paciente para mitigar el impacto tanto de la enfermedad como de su tratamiento en la calidad de vida. Sugieren un enfoque multifacético que abarque cambios en la dieta y medicamentos, según la gravedad de la enfermedad y el riesgo de complicaciones futuras. Los pacientes con alto riesgo de impactación de alimentos pueden necesitar dilatación esofágica y se recomienda consultar con un gastroenterólogo y un dietista para personalizar la atención.

Los autores piden más investigación para comprender mejor la enfermedad, así como formas óptimas de diagnosticar, tratar y controlar la esofagitis eosinofílica.