La marihuana parece impedir el flujo sanguíneo al cerebro, lo que en teoría podría afectar a la memoria y a la capacidad de razonar, sugiere un nuevo estudio.
Escáneres cerebrales de casi mil ex consumidores y consumidores actuales de marihuana revelaron un flujo sanguíneo anómalamente bajo por todo el cerebro, en comparación con un grupo de control más pequeño de 92 personas que nunca habían consumido marihuana.
"Las diferencias fueron asombrosas", señaló el investigador líder, el Dr. Daniel Aman, psiquiatra y fundador de Amen Clinics, con sede en EE. UU. "Casi todas las áreas del cerebro que medimos tenían un flujo y una actividad de la sangre más bajos en los fumadores de marihuana que en el grupo sano".
Entre los consumidores de marihuana, el flujo sanguíneo más bajo se encontró en el hipocampo, lo que para Amen fue lo más problemático.
"El hipocampo es el portal de la memoria, para llevar los recuerdos al almacenamiento a largo plazo", explicó Amen. "Esa área distinguió a las personas sanas de los fumadores de marihuana mejor que casi todas las demás áreas del cerebro".
En su estudio, Amen y sus colaboradores evaluaron datos de escáneres cerebrales recolectados en nueve clínicas neuropsiquiátricas ambulatorias por todo lo largo y ancho de Estados Unidos. Los pacientes buscaron tratamientos por problemas psicosociales o neurológicos complejos.
Los escáneres cerebrales usaron una tecnología llamada tomografía computarizada emisión de fotón único (TCEFU), que puede usarse para seguir el flujo sanguíneo por todo el cuerpo.
Los investigadores encontraron 982 pacientes en la base de datos que habían sido diagnosticados con un trastorno por el consumo de cannabis. Las personas con ese diagnóstico han consumido marihuana de forma tan empedernida que hacerlo ha afectado a su salud, su trabajo o su vida familiar.
Los investigadores encontraron que podían distinguir de forma fiable los cerebros de los consumidores de marihuana al revisar el flujo sanguíneo al hipocampo. Se cree que el consumo de marihuana interfiere con la formación de la memoria al inhibir la actividad en el hipocampo, que es el centro clave de memoria y aprendizaje en el cerebro.
"En nuestro país se considera cada vez más que la marihuana es inocua, que es buena medicina y que se debe legalizar", dijo Amen. "Esta investigación desafía esa idea directamente".
Actualmente, 26 estados y el Distrito de Columbia tienen leyes que legalizan la marihuana de alguna forma, sobre todo para fines médicos.
Aunque fumar es malo para el cerebro, Amen dijo que el flujo sanguíneo se redujo incluso en los consumidores de marihuana que la ingerían en lugar de fumarla.
"También lo vimos en personas que no fuman, que ingieren la marihuana en galletas o de otras formas", advirtió.
Aunque el estudio no establece una relación causal directa, los investigadores concluyeron que los médicos deben pensárselo dos veces antes de recomendar la marihuana en el tratamiento de alguien que tenga Alzheimer.
Los hallazgos "plantean preguntas importantes sobre el impacto del consumo de marihuana en el funcionamiento normal en áreas del cerebro que son importantes para la memoria y el pensamiento", comentó María Carrillo, directora científica de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).
"Un flujo sanguíneo inadecuado sostenido puede dañar, y al final matar, las células de cualquier parte del cuerpo", advirtió Carrillo. "Dado que el cerebro tiene una de las redes de vasos sanguíneos más ricas del cuerpo, es particularmente vulnerable. Esos vasos sanguíneos llevan nutrientes al cerebro y se deshacen de los desperdicios, algo vital para una función cognitiva normal".
Pero Carrillo añadió que "a partir de este estudio no podemos decir si la marihuana aumenta el riesgo de una persona de declive cognitivo o Alzheimer".
Otros expertos plantearon dudas porque los consumidores de marihuana que se sometieron a los escáneres del cerebro habían estado buscando tratamiento para problemas psiquiátricos. Dijeron que esto podría sesgar los resultados.
Por ejemplo, el estudio reporta que un 62 por ciento del grupo de la marihuana tenía un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, un 47 por ciento tenía lesión cerebral traumática, y un 35 por ciento tenía un trastorno depresivo mayor.
"Parece que todos los consumidores de cannabis fueron referidos a la clínica por algún problema, mientras que los controles sanos no", dijo Mitch Earleywine, miembro de la junta asesora de NORML, que aboga por la legalización de la marihuana. Earleywine también es profesor de psicología en la Universidad Estatal de Nueva York, en Albany.
El Dr. Terry Fife, neurólogo de Phoenix, Arizona, concurrió con Earleywine.
"De verdad hay que saber que la única diferencia entre los dos grupos es el consumo de marihuana, y aquí no podemos decirlo", señaló Fife, miembro de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology).
Fife añadió que el estudio no muestra el alcance del consumo de marihuana de los participantes, más allá de su diagnóstico de un trastorno por el consumo de cannabis. "No está claro qué tanto consumían estas personas", apuntó.
Fife concluyó que habrá que investigar más el vínculo posible entre la marihuana y la enfermedad de Alzheimer.
"No diría que es un factor de riesgo, pero podría agravar el trastorno", dijo Fife. "Es verdad que reduce la función en el hipocampo, y podría en teoría empeorar un poco la memoria, pero el Alzheimer es mucho más complicado que solo la memoria".
El informe se publicó recientemente en la revista Journal of Alzheimer's Disease.
FUENTES: Daniel Amen, M.D., psychiatrist and founder, Amen Clinics; Maria Carrillo, Ph.D., chief science officer, Alzheimer's Association; Mitch Earleywine, Ph.D., advisory board member, NORML, and professor, psychology, State University of New York at Albany; Terry Fife, M.D., neurologist, Phoenix; November 2016 Journal of Alzheimer's Disease