Robert Preidt
En los campus universitarios de todo el país, el uso diario de cigarrillos parece estar experimentando un declive marcado, al mismo tiempo que la tasa de consumo diario de marihuana aumenta cada vez más.
De hecho, un estudio reciente muestra que, por primera vez, hay más estudiantes universitarios de EE. UU. (el 6 por ciento) que fuman ahora un porro cada día que los que fuman un cigarrillo (el 5 por ciento).
Los hallazgos se basan en datos de 2014 recolectados de más de mil estudiantes universitarios de todo el país. El estudio Monitorizando el futuro, que ha seguido las tendencias en los campus universitarios durante 41 años, es financiado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.
"Está claro que en los últimos siete u ocho años ha habido un aumento en el consumo de marihuana entre los estudiantes universitarios del país", señaló en un comunicado de prensa de la Universidad de Michigan el líder del estudio, Lloyd Johnston, profesor de investigación de la universidad.
"Esto se corresponde en gran medida con el aumento que hemos estado observando entre los estudiantes de último año de secundaria", añadió Johnston.
El uso de marihuana en los estudiantes universitarios ha estado creciendo de forma constante desde 2006, anotó su equipo.
Por ejemplo, aunque alrededor del 3.5 por ciento de los estudiantes dijeron que fumaban marihuana a diario o casi a diario en 2007, esa cifra había aumentado a alrededor del 6 por ciento (más o menos uno de cada 17 estudiantes) en la encuesta más reciente.
Otros estudiantes universitarios consumen marihuana, pero con menos regularidad. La investigación mostró que la proporción de estudiantes universitarios que dijeron que habían usado la droga una vez o más en el mes anterior aumentó del 17 por ciento en 2006 al 21 por ciento en 2014, mientras que la tasa de uso de marihuana en el año anterior aumentó del 30 por ciento en 2006 al 34 por ciento en 2014, encontró el estudio.
Pero el tabaquismo ha ido en la dirección contraria. Aunque el 19 por ciento de los estudiantes universitarios dijeron que fumaban a diario en 1999, apenas el 5 por ciento lo dijeron en 2014, informó el equipo de Johnston.
El aumento en el uso de marihuana en los campus universitarios podría estar vinculado con la idea que tiene una cantidad creciente de adolescentes y adultos jóvenes de que la droga no es peligrosa, según el equipo.
Por ejemplo, la proporción de graduados de secundaria estadounidenses entre los 19 y los 22 años de edad que consideraban que la marihuana era nociva se redujo del 55 por ciento en 2006 al 35 por ciento en 2014, encontró el estudio.
Pero por primera vez en años, el estudio en realidad registró un ligero descenso en el uso general de sustancias ilegales.
"Es una buena noticia para los padres que envíen a sus hijos a la universidad este otoño", comentó Johnston. "Quizá lo más importante es que cinco de cada diez estudiantes universitarios no han usado ninguna droga ilegal en el año anterior, y más de tres cuartas partes no han usado ninguna en el mes anterior".
La tasa de uso de cualquier droga ilícita, incluyendo la marihuana, que los estudiantes universitarios admitían en el año anterior había estado aumentado de forma constante: del 34 por ciento en 2006 al 41 por ciento en 2013. Pero se redujo ligeramente en la encuesta de 2014, al 39 por ciento.
Aún así, el uso de drogas ilícitas aparte de la marihuana sigue creciendo. El uso de los estudiantes universitarios de cualquier droga ilícita aparte de la marihuana en los doce meses anteriores aumentó del 15 por ciento en 2008 al 21 por ciento en 2014, según el equipo de Johnston. La mayor parte de ese aumento se debe a un mayor uso ilícito de anfetaminas y éxtasis, dijeron los investigadores.
El uso no médico de las anfetaminas durante los doce meses anteriores aumentó de casi un 6 por ciento en 2008 a un 11 por ciento en 2012, y se redujo al 10 por ciento en 2014.
"Parece probable que ese aumento en el uso de anfetaminas en los campus universitarios resultara de que más estudiantes usaran la droga para intentar mejorar su rendimiento en los estudios y los exámenes", planteó Johnston. Por ejemplo, algunas personas podrían probar medicamentos para el TDAH basados en la anfetamina, como el Adderall, como una "ayuda para estudiar" que mejorara su concentración.
El uso de éxtasis en el año anterior aumentó de poco más del 2 por ciento en 2007 a casi un 6 por ciento en 2012, y permaneció más o menos igual en 2014. El uso de cocaína en los doce meses anteriores aumentó de casi un 3 por ciento en 2013 a poco más de un 4 por ciento en 2014.
"Estamos siendo cautos al interpretar este aumento de un año, que no observamos en los estudiantes de secundaria. Pero sí vemos cierto aumento en el uso de la cocaína en otros grupos de edad de adultos jóvenes, así que tal vez de hecho sí esté comenzando a ocurrir un aumento en el uso de cocaína", dijo Johnston.
El uso no médico de los medicamentos narcóticos (como los analgésicos recetados Oxycontin y Vicodin) se redujo de casi un 9 por ciento en 2006 a cerca de un 5 por ciento en 2014, según el informe. Muy pocos estudiantes universitarios usan heroína, anotaron los investigadores, y el uso de la droga en los campus durante los últimos cinco años fue más bajo que a finales de los 90 y principios de los 2000.
El uso no médico de tranquilizantes se redujo de casi un 7 por ciento en 2003 a un 3.5 por ciento en 2014, y las tasas de uso de LSD y otros alucinógenos en 2014 fue de poco más de un 2 y un 3 por ciento, respectivamente. El uso de drogas de club y de sales de baño es muy bajo entre los estudiantes universitarios.
Y aunque las tasas de consumo de alcohol siguen siendo muy altas, las tasas de borrachera en realidad se redujeron en 2014.
Según el estudio, la proporción de estudiantes que dijeron que habían consumido alcohol al menos una vez en el mes anterior se redujo del 82 por ciento en 1981 al 67 por ciento en 2000 y al 63 por ciento en 2014. La proporción de los que dijeron que se habían emborrachado en el mes anterior también se redujo, del 48 por ciento en 2006 al 43 por ciento en 2014.
Las tasas de atracones de bebida (cinco o más bebidas de seguido) en las dos semanas anteriores se redujeron del 44 por ciento en 1980 al 35 por ciento en 2014.
Pero "a pesar de las mejoras modestas en el consumo de alcohol en la universidad, sigue habiendo una cantidad considerable de estudiantes que consumen alcohol a unos niveles particularmente peligrosos", advirtió Johnston.
FUENTE: University of Michigan