Introducción y metodología
La aterosclerosis coronaria es una enfermedad inflamatoria crónica que puede pasar inadvertida durante décadas antes de que aparezcan las manifestaciones clínicas asociadas con la obstrucción de las arterias coronarias.
El tratamiento con estatinas reduce la incidencia de eventos cardiovasculares y los pacientes con síndromes coronarios agudos (SCA) obtienen efectos beneficiosos tempranos luego de iniciado el tratamiento. Se observó que la rosuvastatina es más eficaz que otras estatinas para disminuir el colesterol LDL (LDLc) y aumentar el colesterol HDL (HDLc). A partir de los estudios que utilizaron métodos de diagnóstico por imágenes intracoronarias, se constató la regresión de los ateromas en los pacientes que presentaban la forma estable de enfermedad arterial coronaria no obstructiva.
Los pacientes con infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IMEST) están expuestos a un mayor riesgo de sufrir episodios aterotrombóticos recurrentes. Esto se relaciona con las lesiones multifocales propias de la enfermedad y con una elevada prevalencia de placas vulnerables que se encuentran más allá del lugar afectado, debido a la inflamación generalizada y al aumento de la actividad de las proteasas.
Los autores plantearon, como hipótesis primaria, que era posible obtener la regresión de la aterosclerosis coronaria en los segmentos proximales de las arterias no relacionadas con el infartomediante el tratamiento intensivo con una estatina (40 mg diarios de rosuvastatina).
Debido a la importancia del fenotipo de la placa ateromatosa para el desarrollo posterior de eventos cardiovasculares, los autores mostraron se mostraron interesados en estudiar los cambios acaecidos en la placa en respuesta al tratamiento. Además, validaron el método diagnóstico de la ecografía intravascular combinado con radiofrecuencia (EIRF) para caracterizar la placa y detectar los focos de necrosis. Basándose en el análisis histológico ex vivo, pudieron interpretar el fenotipo y la composición de las placas in vivo evaluadas en forma seriada.
Como hipótesis secundaria, propusieron que el tratamiento con rosuvastatina lograría la reducción del núcleo necrótico definido por la EIRF y la disminución de la frecuencia de los fibroateromas de cubierta delgada.
En síntesis, el objetivo de este estudio fue cuantificar el impacto del tratamiento de alta intensidad con estatinas sobre la cantidad, la composición y el fenotipo de las placas ateromatosas en las arterias no relacionadas con el infarto de pacientes con IMEST sometidos a una intervención coronaria percutánea (ICP) primaria.
Los datos iniciales se obtuvieron al implementar el diagnóstico por imágenes intracoronario en los vasos relacionados con el infarto y luego en los 50 mm proximales de las 2 arterias no relacionadas con el infarto, en pacientes sometidos con éxito a una ICP. La zona de interés se seleccionó entre los hitos anatómicos distal (ramas colaterales) y proximal (bifurcación coronaria izquierda u ostium de la arteria coronaria derecha). Pasados 13 meses del examen inicial, se realizaron los estudios de seguimiento con igual metodología diagnóstica y en las mismas localizaciones.
El resultado principal fue el porcentaje de cambio en el volumen del ateroma (PVA). El resultado secundario fue el análisis de la composición de la placa mediante el procesamiento de las señales de radiofrecuencia en las ecografías intracoronarias. Según los resultados, se caracterizaron 4 tipos de tejido: núcleo necrótico (rojo), calcio denso (blanco), fibroadiposo (verde claro) y fibroso (verde).
Resultados y discusión
Entre septiembre de 2009 y enero de 2011 se estudiaron con ecografías intravasculares (EI) 103 pacientes sometidos con éxito a una ICP primaria, combinada luego con radiofrecuencia de las 2 arterias coronarias epicárdicas no relacionadas con el infarto. Los pacientes fueron tratados con rosuvastatina (40 mg/día) durante 13 meses. Luego de ese período se obtuvieron imágenes intracoronarias seriadas con el análisis de los segmentos pareados en 82 pacientes con 146 localizaciones evaluadas en arterias no relacionadas con el infarto.
Luego de 13 meses, el LDLc había disminuido de un valor promedio de 3.29 a 1.89 mmol/L (p <0.001) y los niveles de HDLc aumentaron de 1.10 a 1.20 mmol/L (p <0.001). El PVA de las arterias coronarias no relacionadas con el infarto disminuyó -0.9% (IC 95%: -1.56 a -0,25; p = 0.007). Fue más frecuente observar una regresión de las lesiones en al menos una de las arterias (74%) que la ausencia de disminución de volumen (26%).
No hubo cambios en el porcentaje de los núcleos necróticos (-0.05%; IC 95%: -1.05 a 0.96%, p= 0.93) ni en el número de fibroateromas de cubierta delgada definidos por EIRF (124 contra 116, p = 0.15).
En este estudio, el tratamiento de alta intensidad con rosuvastatina durante 13 meses redujo el nivel de LDLc, que alcanzó el nivel esperado menor de 1.8 mmol/L en el 44% de los participantes. Al igual que en 2 investigaciones previas, las imágenes intracoronarias seriadas mostraron la regresión de las lesiones de aterosclerosis en los segmentos proximales de las arterias no relacionadas con el infarto en los pacientes que habían presentado IMEST.
Los resultados del diagnóstico ecográfico fueron semejantes a los del estudio ASTEROID, en el que también se estudió el efecto del tratamiento de alta intensidad con estatinas sobre la regresión de la aterosclerosis coronaria. Los investigadores notaron que la carga de lesiones ateromatosas, en promedio, fue superior en un 10% a la del estudio mencionado, lo que reflejaría el mayor riesgo de la población analizada y pondría de relieve la alta carga de enfermedad aterosclerótica observada en los segmentos proximales de las arterias no relacionadas con el infarto en los pacientes con IMEST.
También se encontró que los cambios más pronunciados en la reducción de los niveles de LDLc y el aumento del HDLc durante los 13 meses de tratamiento se asociaron con reducciones mayores en el PVA.
En conclusión, en los pacientes con IMEST los segmentos proximales de las arterias no relacionadas con el infarto representaron una fuente de placas ateroscleróticas y albergaron, en promedio, 1.5 fibroateromas de cubierta delgada definidos por EIRF. El tratamiento de alta intensidad con rosuvastatina durante 13 meses se asoció con la regresión de la aterosclerosis coronaria en las arterias no relacionadas con el infarto, sin cambios en el núcleo necrótico o en el fenotipo de la placa definidos por EIRF.
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