Introducción |
Las antraciclinas se asocian a una complicación, que es la cardiopatía. Sobre todo, en los tratamientos de cáncer de mama en las pacientes con enfermedad localizada o que se encuentran en etapas avanzadas. La doxorrubicina y la epirrubicina, dos antraciclinas, son agentes quimioterapéuticos eficaces, que actúan mediante la inhibición de la topoisomerasa II y la generación de radicales libres. Sin embargo, estas mismas propiedades contribuyen a su toxicidad cardíaca.
La cardiopatía inducida por antraciclinas puede manifestarse como disfunción ventricular izquierda, insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias y miocardiopatía dilatada. Su incidencia está relacionada con diversos factores, como la dosis acumulativa, la edad del paciente, la presencia de comorbilidades cardiovasculares y la coadministración de otras terapias cardiotóxicas.
En este contexto, la prevención y el manejo temprano de la cardiotoxicidad son esenciales para optimizar los resultados oncológicos sin comprometer la función cardiaca. Las estrategias de abordaje incluyen lo siguiente:
- La monitorización regular de la función ventricular mediante ecocardiografía o técnicas avanzadas, como el strain longitudinal global.
- El uso de biomarcadores, como la troponina y el BNP.
- La implementación de regímenes de dosis bajas o formulaciones liposomales de antraciclinas, que reducen el riesgo de daño cardiaco.
Además, en pacientes con alteraciones genéticas significativas, como amplificación de TOP2A, se pueden considerar formulaciones liposomales de antraciclinas o regímenes de dosis ajustadas para minimizar el impacto cardíaco, sin comprometer la eficacia oncológica. Así mismo, se ha investigado el uso de cardioprotectores, como el dexrazoxano, en pacientes de alto riesgo. Un enfoque multidisciplinario, que incluya oncólogos y cardiólogos, es fundamental para personalizar el tratamiento y garantizar un balance adecuado entre eficacia antitumoral y protección cardiovascular.
La quimioterapia adyuvante con antraciclinas, como la epirubicina, ha sido ampliamente utilizada en el tratamiento del cáncer de mama temprano, debido a su eficacia para reducir el riesgo de recurrencia. Sin embargo, su uso puede asociarse con toxicidades a largo plazo, particularmente insuficiencia cardíaca (IC). El estudio DBCG 07-READ comparó la combinación de epirubicina y ciclofosfamida seguida de docetaxel (EC-D) frente a docetaxel y ciclofosfamida sola (DC) en pacientes con cáncer de mama temprano y normalidad en el gen TOP2A, un biomarcador relacionado con la respuesta a las antraciclinas.
Métodos |
Este ensayo clínico aleatorizado incluyó 2012 pacientes con ganglios positivos o alto riesgo y tumores TOP2A normales. Los pacientes fueron asignados a recibir EC-D o DC durante seis ciclos.
Los resultados principales evaluados incluyeron supervivencia libre de enfermedad (DFS), supervivencia libre de enfermedad a distancia (DDFS) y supervivencia global (OS) con un seguimiento de 10 años. También se evaluaron los efectos secundarios, como la incidencia de insuficiencia cardíaca y cánceres secundarios.
Resultados |
• El grupo EC-D mostró mejorías significativas en DDFS (HR ajustado: 0.79, IC 95 %: 0.64-0.98, p=0.03) y DFS (HR ajustado: 0.83, IC 95 %: 0.69-0.99, p=0.04) en comparación con DC. No hubo diferencias significativas en la OS.
• La incidencia acumulada de IC a 10 años fue del 2,1 % en el grupo EC-D frente al 1,1 % en el grupo DC (HR no ajustado: 2.12, IC 95%: 1.03-4.35, p=0.04).
• No se observaron diferencias significativas en la incidencia de cánceres secundarios entre los grupos.
• Factores como obesidad e hipercolesterolemia incrementaron el riesgo de IC en los pacientes tratados con EC-D.
Discusión |
El tratamiento con EC-D proporcionó beneficios modestos en términos de DDFS y DFS en pacientes con cáncer de mama temprano TOP2A normal, aunque a expensas de un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca. Este riesgo debe considerarse al seleccionar los pacientes para el tratamiento con antraciclinas, especialmente aquellos con factores de riesgo cardiovascular preexistentes. Los hallazgos enfatizan la necesidad de un enfoque personalizado para balancear eficacia y toxicidad en el tratamiento adyuvante del cáncer de mama temprano.
Conclusión |
EC-D mejora los resultados en términos de recurrencia del cáncer, pero se asocia con un riesgo ligeramente mayor de insuficiencia cardíaca en comparación con DC. Estos hallazgos refuerzan la importancia del monitoreo cardíaco y la selección cuidadosa de pacientes en el tratamiento con antraciclinas.