Hace poco tiempo atrás un prestigioso diario de Buenos Aires (1) (La Nación, del 20 de agosto) publicaba en su tapa una noticia francamente impactante para el sector al que iba dirigida y, porqué no, para la sociedad toda:
“En la República Argentina hay 193 habitantes por cada Médico”.
El informe, de inobjetable fuente según el artículo (el I.N.D.E.C. organismo oficial de estadísticas y censos de la Argentina) destacaba asimismo que los Médicos representaban casi una cuarta parte del total de profesionales con que contaba el país.
Le voy a ser franco: las cifras –algo diferetes a las tenia yo en m poder- me preocuparon hondamente. Sin embargo, me senté tranquilo a esperar la reacción que, sin dudas iba a producirse -esta vez sin perder tiempo- y que introduciría un saludable diálogo con el objetivo de encontrar soluciones a este acuciante problema profesional... pero el tiempo ha pasado sin que se haya generado ni siquiera un mínimo análisis o discusión (al menos, que haya llegado a mis oídos).
Frente a este preocupante cuadro decidí utilizar esta columna (que se encuadra precisamente en “puntos de vista”) para volver sobre aquellas estadísticas con el objeto que Ud. reflexione y, en conjunto o sólo, tome las decisiones adecuadas que lo ayuden a “sobrevivirlas”.
Este artículo escapa un poco a los que hemos publicado anteriormente en Intramed, dado que el concepto de “marketing médico” en el que lo inscribo, le confieso que se trata sólo de una excusa.
Y si Ud., que es un Médico del exterior y tiene la amabilidad de estar leyéndolo, piensa que este tema muy localista y que no lo alcanza...reflexione; lo que aquí se vive hoy puede ser simplemente el anticipo de una situación que aparecerá, tarde o temprano, por su país. En ese caso, adelántese, estúdiela desde ahora y toma las decisiones que haya que adoptar, para que lo afecte lo más superficialmente posible.
I. Introducción
La Argentina se ha caracterizado históricamente por tener un desarrollo profesional (en cantidad y calidad) que ha constituido un verdadero orgullo, y que se ha puesto de manifiesto en constantes aportes a la ciencia y a la técnica, muchas veces independientemente de situaciones políticas, sociales o económicas.
Retomado la fuente anterior (1), hay actualmente 858.000 graduados universitarios argentinos para una población total de 38.592.000 habitantes, lo que representa que el 2,2% de los habitantes del país están matriculados en alguna carrera de grado. Esta cifra llegaría al 5% si consideramos, únicamente, a la población económicamente activa.
Los números son interesantes, si no ahondamos el análisis ni hacemos hincapié de la preferencia del argentino medio por las carreras llamadas “tradicionales”, un hecho aún de notable incidencia. En efecto, sólo tres carreras universitarias clásicas como lo son Medicina, Abogacía y Ciencias Económicas representan más del 50% del total de graduados, en un país de casi ilimitados recursos naturales, de una industria con un mediano/alto grado de tecnología y de servicios de un elevado nivel de sofisticación.
Esta situación, volcada al área de nuestra preocupación –la Medicina- nos hace una vez más manifestar nuestra preocupación para el profesional médico se decida a utilizar los conocimientos de Marketing y otras disciplinas, para paliar sus efectos adversos.
II. Los datos del I.N.D.E.C y su significación. –“Diga 33!!!”-
Deseamos ahora atraer su atención a datos estadísticos y, en particular, al
ranking de las profesiones, a nivel nacional:
Ranking Argentino de Profesiones y su incidencia en relación a la población total
Es decir que en el reparto a Ud. Dr. le tocan 193 habitantes, y subrayamos la palabra “habitantes” porque ni siquiera son sus “Pacientes”, dado que no sabemos cuándo estas personas visitarán el consultorio del Médico y se convertirán en “Pacientes”.
Los datos son oficiales y, al parecer, absolutamente actualizados y señalan el promedio para todo el país, por lo que sí lo aplicamos a ciertas áreas, como lo es la ciudad de Buenos Aires, tendríamos un dato aún mas absurdo:
son 33 los habitantes por Médico!!!.
Claro que está considerado un buen número de profesionales que tienen matricula de Capital y no ejercen y también que hay que reflexionar sobe el hecho que la población del Gran Buenos Aires -que se sumaría a la de la Capital- se desplaza a la capital para atenderse, lo que variaría el promedio, pero la cifra aún es igualmente absurda.
Ranking de Profesionales matriculados en la ciudad autónoma de Buenos Aires
En algunas provincias esta relación no es tan desventajosa, pero constituyen excepciones y, a veces, están rodeados de un marco de carencias muy pronunciadas, vastas extensiones con escasa población, etc.
III. La situación
Sin tener a mano estos datos tan recientes, Ud. ya se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo, observando una sistemática caída en la concurrencia de Paciente a su consultorio.
Parte de ello era atribuible a la crisis económica, que tuvo su punto de partida en el año 1999 y todavía no se superó completamente. No obstante, seguramente también notó que la competencia se incrementaba en todos los frentes y en casi todas las áreas, obligándolo a librar batallas permanentes, con honorarios cada vez más deteriorados.
No se puede esperar un cambio significativo sin reacción dado que el mejoramiento del escenario económico tardará aún un tiempo considerable y en ese lapso, nuevas camadas de colegas (competidores) recién egresados se sumarán a la confrontación.
IV. Acciones para el cambio
IV.1 Qué hacer?
Nada gana con acusar a otros sectores por lo que está ocurriendo. Ahora llegó el momento de reaccionar frente a la parálisis en la que, a veces, nos sumergimos para quitarnos culpas y derivar en otros nuestra inacción.
Reaccione... Movilícese...
Y actúe de la única forma que puede darle resultados: cambiando,
· trabajando como siempre pero aplicando más esfuerzo en la captación de un caudal mayor de Pacientes, conservando paralelamente a aquellos que hoy cuenta como leales y recuperando a los perdidos.
· Encontrando el verdadero sentido a la palabra “servicio”, comprendiendo que debe aplicarla más allá de la medicina.
· Entendiendo que su Paciente es otro muy diferente al de algunos años atrás, con mayores requerimientos, con más exigencias y también, con una relación de conocimiento-juicio acerca de su patología como nunca se había visto antes. Culpe a Internet si quiere…pero no sería demasiado justo si así lo hace.
· Sabiendo que ese Paciente es, en todo sentido, un cliente y como tal requiere ser satisfecho en sus necesidades básicas... pero también tiene deseos y aspiraciones (ver Marketing en Medicina I y III) que van mas allá del recupero de su salud, para internarse en lo social, en lo afectivo y, porque no, en lo humano también.
IV.2 Cuándo hacerlo?
Vimos que el deterioro viene de lejos, por lo que toda pérdida de tiempo no hará más que agravar el cuadro y quitarle recursos que podría emplear en su solución.
Propóngase actuar rápidamente, pero hágalo en forma organizada y racional, construyendo su propio edificio de posibilidades sobre los cimientos sólidos del conocimiento, la lógica y la sensatez.
IV.3 Cómo hacerlo?
Compórtese como un profesional en el amplio sentido de la palabra, trascendiendo a su especialidad para tomar de otras disciplinas conocimientos que pueden serle de utilidad en este entorno.
· Trácese un Plan de Trabajo, con objetivos, metodologías (sencillas, claro está, pero contundentes!) y pautas, donde pueda desarrollar e implementar tácticas que lo conduzcan a avanzar.
· Fíjese un Plan de acción que contemple los tiempos, obligándose a hacer algo nuevo por Ud. mismo cada día que pasa.
· Salga un poco mas de su consultorio y observe lo que pasa a su alrededor, corrigiendo irregularidades que puedan afectar el servicio.
· Ayude a sus colaboradores a ser mejores, escuchándolos más, incentivando sus aportes de ideas y brindándole la necesaria capacitación.
No deje en manos de otros el manejo de “su empresa”, transformándose en el empresario ejemplar que el entorno le está reclamando (ver Marketing en Medicina II)
Haga rendir su tiempo como lo que realmente vale, poniéndole un “valor”a su hora de trabajo, para poner fin a aquellas actividades que no le sean rentables (desde el punto de vista que Ud. considere: económico, como satisfacción personal, altruista, etc.)
V. Otros factores a considerar
Es importante que, en toda esta operatoria de cambios, Ud. no se cierre en sí mismo y trate de hacer el análisis y tomar las decisiones e implementarlas, discutiéndolo con otras personas.
Seguramente contará con gente de confianza en su entorno (laboral, personal o profesional) con el que Ud. se sentiría cómodo consultando los pasos que planea dar, como asimismo para que le señalen sus puntos fuertes y débiles (ver Marketing en Medicina I) que le sirvan como punto de partida a su plan de trabajo.
Además, no tome actitudes apresuradas que impliquen desembolsos de dinero, sin hacer previamente un análisis de factibilidad que puedan reafirmar la aceptable viabilidad de ese proyecto, en un tiempo aceptable.
VI. Un análisis más profundo
El número de Médicos en la Argentina está sobredimensionado, lo que ha producido un profundo deterioro en la profesión.
Nada permite vislumbrar que esta situación se volcará favorablemente en los próximos años. Más aún, su tendencia se estará exacerbando a la luz de una mayor competencia y un incremento en el número de egresados, sumiendo, probablemente, a más Médicos en la crisis e impidiendo que los nuevos graduados se inserten laboralmente en forma digna y adecuada.
· Pero, si lo analizamos desde otra óptica, pese a la elevada cantidad de profesionales médicos, una parte de la población argentina tiene profundas carencias sanitarias, lo que nos conduce a sacar conclusiones sobre el aprovechamiento irracional de este valioso recurso humano y técnico.
· Por su parte, la medicina preventiva es, actualmente, de aplicación parcial y avanza (lentamente) desde los niveles socioeconómicos más altos hacia el resto de los ciudadanos.
El sostenimiento económico del profesional tendrá que gestarse por etapas, considerándose entre las primeras una mayor adaptación del Profesional a los requerimientos del mercado.
Esto lo llevará inexorablemente a mejorar la captación de Pacientes como producto de una labor mejor realizada que la de otros colegas. Es decir que, probablemente lo hará captando Pacientes insatisfechos de otros colegas que estén fallando en algún sentido (falta de capacitación, conocimientos, tecnología, comunicación, etc.)
A posteriori, esta etapa se ampliará por un mayor acceso sanitario de las clases relegadas como producto de una mejoría general de la economía y la ampliación de la prevención en un rango mas amplio.
VII. Comentarios finales
Si bien lo deseable sería que todos los profesionales pudieran estar realmente bien, independientemente de la situación general, la ley de la oferta y la demanda establece que, mermada la segunda, sobrevivirán, de los primeros, sólo los que mejor sepan interpretar las necesidades y deseos de los que demandan.
Aplicado a nuestro caso, aquellos Médicos que no sepan o quieran adaptarse a los nuevos tiempos y desarrollar un estilo acorde a ellos, tendrán mayores dificultades.
Hay un viejo refrán, producto de la sabiduría popular, que dice “al que madruga, Dios lo ayuda” que resume claramente la conclusión final a la que podemos arribar.
(*) Juan D. Morelli se formó en Ingeniería Industrial, especializándose en Marketing de la Salud. Ocupando la Dirección de Marketing en importantes laboratorios, evaluó la especial problemática del Médico, desarrollando un método para su crecimiento profesional. Actualmente asesora a empresas y dicta Cursos sobre Marketing práctico para Médicos en la Universidad Tecnológica Nacional ( www.fineduweb.com.ar )
Correo electrónico: juandmorelli @yahoo.com.ar Tel: (5411) 4574-1677