Entrevista al Dr. Enrique Úraga Pazmiño (Ecuador)

“Dermatología no es sinónimo de estética: es una de las especializaciones más complejas”

El experto es hijo del primer dermatólogo ecuatoriano y hoy se dedica a formar jóvenes. Explicó que para seguir su especialidad hay que tener vocación y estar preparado para tratar lesiones complejas.

Autor/a: Celina Abud

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El doctor Enrique Úraga Pazmiño habla con entusiasmo sobre cómo sus hijas siguieron sus pasos en dermatología y si tuviera que definirse, opta por llamarse “formador de jóvenes”. Pero esta historia también la vivió en carne propia. Su padre fue el primer dermatólogo de Ecuador, fundador del primer servicio de esa especialidad en el país y también de la Sociedad Ecuatoriana de Dermatología. Además, en 1928, inauguró el Centro Dermatológico Dr. Úraga, que actualmente dirige y ofrece multiplicidad de servicios.
 


En una entrevista con IntraMed, el médico enfatizó en que “para seguir dermatología hay que tener vocación” y que “con ética, trabajo y la frente en alto se llega”, pero para lograrlo se necesita tener “una familia que comprenda las ausencias y acompañe”. Habló sobre su trayectoria, sobre cómo visualiza la medicina del futuro, la epidemiología de enfermedades de la piel en su país y, por sobre todas las cosas, brindó recomendaciones a los médicos jóvenes que quieran seguir este camino.

Por qué quiso ser médico y por qué dermatología. Mi padre fue el primer dermatólogo de mi país y fundó la Sociedad de Dermatología de Ecuador. Pero mi decisión viene de un hecho bien claro: uno ama o quiere a lo que ve bello, y yo en mi padre vi siempre felicidad. Trabajaba desde la mañana hasta la noche, incluso sábados y domingos.  Cuando era chico, me llevaba al hospital, donde yo corría por los pasillos. Y él siempre salía con una sonrisa, jamás le escuché decir “estoy cansado, hasta cuándo esto”. Cuando me gradué del colegio, mi padre se acercó a mí para preguntarme que iba a seguir, le contesté que iba a ser médico y se fue. Una hora más tarde, lo vi tumbado en un sillón con tal cara de felicidad, al punto que ni notó que yo pasé por ahí y que lo había visto. Entonces, ¿por qué soy médico? Porque me gustó lo que vi. No la medicina, sino a un hombre brillante que la practicaba y, con su ejemplo, me demostró que eso era bello, que valía la pena. Hoy tengo hijos que siguieron este camino, y muchos médicos jóvenes a los cuales formo porque veo que ven en mí sonrisas, bromas y un enorme deseo de seguir aprendiendo.

Enfermedades de la piel más prevalentes en Ecuador. La epidemiología es la de todos los países, ricos y  pobres (excepto las asociadas al clima frío), entre ellas el acné, la psoriasis, el vitíligo, las alergias dermatológicas… Pero también están las que existen en las naciones con necesidades económicas, como parasitosis, micosis, las provocadas por la desnutrición… Hay muchas enfermedades que existen por falta de cuidados o posibilidades. Hay otras que están reapareciendo en todo el mundo como la sífilis o sarna, y no olvidemos que los médicos jóvenes no las han visto y que por ello no las saben diagnosticar. La sífilis no siempre se diagnostica durante el chancro primario, sino en la etapa secundaria. Pero en la actualidad estoy viendo crecer mucho las enfermedades facticias, las autoinducidas, porque ha crecido el número de personas que no son felices y muchos, por preocupaciones, se rascan. Creo que hoy no tengo una semana en la que no encuentre enfermedades facticias.

¿Qué problemas dermatológicos crecieron durante la pandemia de COVID-19? Por preocupación, la psoriasis trepó muchísimo, también el acné (la gente se apretaba los granos porque no tenía nada que hacer durante el confinamiento), la presión y el estrés llevaron a un aumento de la dermatitis seborreica y enfermedades que debían tener un control constante, como las ampollares, no lo tuvieron, por lo tanto empeoraron.

Cómo fue la adaptación de los médicos a la teledermatología. Hoy toma un lugar adecuado, pero no siempre permitió en pandemia una buena visión y manejo de los pacientes. Además, un estudio español mostró trauma psicológico en médicos que pasaban más de 10 horas seguidas prendidos al teléfono atendiendo consultas. Estos cuadros fueron alimentados  porque en primer lugar, el método diagnóstico, a pesar de que era factible, no siempre era excelente; y en segundo, porque el paciente llamaba a cualquier hora, cualquier día de la semana. Por lo tanto la pandemia mostró que si bien la teledermatología es importantísima, no es suficiente para cambiar al médico presencial. Es un excelente método para llegar a un lugar donde no hay especialistas, pero no creo que pueda llegar a ser un sistema de atención sistemático.

Recomendaciones de prevención para el cáncer de piel. Esta enfermedad se basa en genética, en el tipo de piel y en la actividad (en la que hubo muchas horas de exposición al sol, que son acumulativas y en las que también incide el índice de reflexión, como que el sol se refleje en la arena, por ejemplo). Con estos factores se comienzan a ver pieles envejecidas, verrugas, arrugas y luego cánceres de piel. En países como el mío, donde siempre hay sol, la piel en cierta forma se defiende un poco más. Pero cuando una persona que nunca va a la playa y se expone, tiene riesgos de quemaduras solares que son las más peligrosas para la producción de un melanoma. En los países donde hay cuatro estaciones marcadas, la gente en verano recibe grandes dosis de radiación. Por eso explicamos la aparición del cáncer de piel en ambos lugares. En países como el mío, si bien la piel se defiende, la sobreexponemos a la radiación lumínica. Es muy importante consultar porque hay gente que piensa que el cáncer de piel no mata, pero los hay muy graves. La diferencia que puede tener este con otros cánceres es que te dice “hola aquí estoy”, te avisa. Entonces, mis consejos para prevención son: conoce tu cuerpo, tu tipo de piel, trata de registrar todo lo que tienes en ella, conoce si hay antecedentes familiares de cáncer de piel y ten en cuenta cuánto sol has recibido. Además se debe consultar al médico. Y si la persona tiene antecedentes o una actividad peligrosa, debe asistir al dermatólogo todos los años. Pero la prevención también viene desde los gobiernos, que deberían hacer verdaderas campañas de acuerdo a la epidemiología existente en el país y el tipo de piel. No basta con recordar el “día del lunar”, sino que se debería garantizar el acceso a información, conocimiento y a poder chequearse adecuadamente.

Recomendaciones que le daría al médico joven que quisiera seguir su especialización. Que dermatología es una de las especialidades más complejas que existen. El dermatólogo es dermatólogo pediatra, geriatra, clínico, hace dermatoscopía, practica cirugía dermatológica… La especialidad abarca la inmunodermatología, las enfermedades tropicales, la micología, las enfermedades hereditarias genéticas, la psicodermatología y por supuesto la dermatocosmiatría. Muchos jóvenes estudian dermatología pensando que tienen que poner rellenos, que van a hacer mucho dinero con la estética, pero eso es solo una parte de la dermatología. La dermatología es la clínica dermatológica y todas sus derivaciones, es el estudio de la histopatología de la piel, de las biopsias…

Algunos de los jóvenes que se acercan a mi postgrado, se retiran cuando se dan cuenta de su complejidad. Y está bien que se retiren, porque no es lo que quieren. Dermatología es vocación, es ver una lesión muy fea y poder con  ella, preguntar qué puedes hacer por el paciente. Medicina es sacrificio (no para mí, que lo disfruto), sino para tu esposa, para tu familia. Porque el médico de vocación estudia, lee, no le importa siempre dejar de cobrar ya que es tan paciente el que tiene dinero como el que no lo tiene.

Yo recibo en mi consulta a cualquiera, con o sin dinero, porque no siempre pueden ir al hospital. A veces  la profesión no rinde económicamente. Mi padre una vez me había dicho dicho: “Si quieres ganar mucho dinero, hazte comerciante, pero no seas médico”. Hoy he podido implementar un sistema diferente en forma muy ética, con un centro dermatológico bastante amplio y un laboratorio farmacéutico que hemos creado, con centros aledaños, pero en base no de dinero, sino de esfuerzo. Con ética y con una frente muy en alto se puede llegar, pero cuesta tiempo, esfuerzo y sacrificio, cuesta la comprensión de una familia. Si no tienes eso, piensa mucho en lo que vas a estudiar. Entonces un consejo para los jóvenes: si van a ser médicos, ámenlo, si lo aman, sean buenos, no sean mediocres. Sin dejar de reconocer que hay necesidades, medicina es el sueño del hombre que quiere soñar.

*Dr. Enrique Úraga Pazmiño. Director del Centro Dermatológico Dr. Úraga en Guayaquil, Ecuador (fundado por su padre en 1928). Titular de dos posgrados en Dermatología. Médico formador de jóvenes.