Tragar con dificultad se puede deber a los cambios en el funcionamiento oro faríngeo y del esófago así como enfermedades del sistema nervioso central tales como alteraciones de motilidad, enfermedad de Parkinson, y demencia.
Entre los individuos institucionalizados, la disfagia se asocia a morbilidad y a mortalidad crecientes. Un conocimiento de la fisiología de la deglución y de la patofisiología de la disfagia es necesario para el manejo apropiado del paciente.
La historia cuidadosa, el examen físico, y la realización de estudios radiológicos y endoscopicos deben distinguir las etiologías orofaringeas y las del esófago de la disfagia y distinguir desórdenes (anatómicos) mecánicos de desórdenes funcionales (motores). Un porcentaje significativo de pacientes con disfagia tiene desórdenes relacionados con el ácido concomitantemente que se manejan adecuadamente con inhibidores de bomba de protones (IBP).
El Lansoprazol actualmente disponible se fabrica como cápsulas que contienen los gránulos revestidos con cubierta enterica que se pueden mezclar con los alimentos o los zumos de fruta suaves ante la dificultad de administración por vía oral en los pacientes con dificultades para tragar.
Además, el lansoprazol se pueden administrar por gastrostomia o por medio de sonda nasogastrica en forma de suspensión.
Las formulaciones para la dosificación de la nueva presentación de lansoprazol en suspensión puede ser el fármaco apropiado para el manejo de los pacientes con disfagia, ya que es la galenico adecuada para ello.