Importante asociación

Acido Úrico sérico e Hipertensión Arterial

Los hallazgos de la relación positiva entre el ácido úrico y la incidencia de hipertensión arterial a corto plazo corroboran los de algunos estudios previos.

Autor/a: Sundström J, Sullivan L, D’Agostino RB y colaboradores

Fuente: Hypertension. 2005 Jan;45(1):28-33. Epub 2004 Nov 29.

Los niveles elevados de ácido úrico (AU) se asociaron con riesgo aumentado de hipertensión arterial (HTA). En modelos experimentales, la hiperuricemia puede predisponer a la HTA por mecanismos como modificaciones inflamatorias y vasculares en la microcirculación renal, activación del sistema renina-angiotensina y disfunción endotelial. Los datos clínicos corroboran este posible papel patogénico y algunos estudios recientes demuestran que más de un cuarto de los pacientes con HTA sin tratamiento presentan niveles elevados de AU. En esta investigación, los autores analizan la relación entre AU y progresión longitudinal de presión arterial (PA) en una gran muestra de individuos normotensos.

Métodos

Muestra.
Los criterios de exclusión fueron la hipertensión inicial (PA sistólica mayor a 140 mm Hg, PA diastólica mayor a 90 mm Hg o medicación antihipertensiva); los antecedentes de infarto agudo de miocardio (IAM) reconocido, la insuficiencia cardíaca o gota; la falta de datos sobre la PA al inicio o durante el seguimiento; la fibrilación auricular; la creatinina sérica mayor a 2 mg/dl; el uso de más de 2 g de salicilatos por día y la utilización de diuréticos o la falta de covariables en el análisis inicial. Luego de la selección, 3 329 sujetos estaban en condiciones de participar (48.4 años en promedio; 55.6% del sexo femenino).
Examen inicial. Se realizaron una anamnesis y un examen físico estándar, se tomaron medidas antropométricas, se efectuaron exámenes de laboratorio y electrocardiograma (ECG). Los valores de PA se clasificaron como óptimos (sistólica menor a 120 mm Hg, diastólica menor a 80 mm Hg), normales (sistólica entre 120 y 129 mm Hg, diastólica entre 80 y 84 mm Hg) o normales-altos (sistólica entre 130 y 139 mm Hg, diastólica entre 85 y 89 mm Hg). También se determinaron los niveles de AU séricos y la proteinuria.
Desenlace clínico. A los 4 años se evaluó a los pacientes según un protocolo idéntico y se reclasificó su PA. Los resultados examinados fueron la incidencia de HTA y la progresión de PA.

Análisis estadístico. Los valores de AU se distribuyeron en forma normal entre ambos sexos; los varones  presentaron niveles más altos que las mujeres. Se analizaron variables clínicas como la edad, el índice de masa corporal, la PA sistólica y diastólica, el tabaquismo, el alcoholismo y la creatinina sérica. Se utilizó una regresión logística múltiple para investigar la relación entre niveles séricos de AU, la incidencia de HTA y la progresión de la PA. No se halló ninguna diferencia asociada con el sexo; todos los análisis se realizaron sobre la combinación de ambos sexos.

Análisis adicionales.
Para evaluar la contribución de las variables renales a la asociación entre AU y PA se repitieron los análisis excluyendo las variables relacionadas con la función renal (filtración glomerular y proteinuria). En un subgrupo de 3 157 individuos, que no recibió medicación antihipertensiva durante el seguimiento, también se analizó la relación entre AU y modificaciones en la PA sistólica y diastólica. Se construyeron modelos de regresión lineal con estas últimas como variable dependiente y el AU como variable de predicción continua. El segundo análisis relacionó el AU con la incidencia de HTA; esta última se estimó luego de la evaluación inicial en exámenes de rutina, cada 4 años durante 12 años. También se investigó la asociación entre los niveles séricos remotos de AU y la incidencia de HTA al cuarto año.

Resultados

Al inicio, el 47% de los individuos tenía una PA óptima y el 25%, una PA normal-alta. Los valores séricos de AU sérico ± desvío estándar (DE) eran de 289 ± 77 micromoles/l.

Incidencia de HTA
A los 4 años del inicio, el 13.8% (51% de mujeres) presentó HTA. Los índices de progresión resultaron similares entre hombres y mujeres. En el análisis multivariable se observó que un incremento de 1 DE en los valores séricos de AU se asoció con un aumento del 17% al 29% de la probabilidad de desarrollar HTA.

Progresión de la PA
Durante el seguimiento, el 36.1% (54% mujeres) experimentó un incremento en sus valores de PA. Estos índices de progresión fueron similares entre hombres y mujeres. El análisis multivarible advirtió que un aumento de 1 DE en los valores séricos de AU se asoció con un incremento del 11% al 15% en las probabilidades de progresión de la PA.

Análisis adicionales
Entre los participantes de este estudio, que durante el seguimiento no recibieron medicación antihipertensiva, la PA sistólica se incrementó en 3.6 mm Hg, mientras que la PA diastólica aumentó 1.2 mm Hg en promedio.
En el análisis multivariable, un aumento de 1 DE en los niveles de AU se asoció con un incremento de 0.6 mm Hg en la presión sistólica y de 0.3 mm Hg, en la presión diastólica. En un análisis ulterior que evaluó modelos que no incorporaron variables de la función renal, se observó que de los 872 individuos con PA inicial óptima, sin proteinuria e índice de filtración glomerular mayor a 90 ml/1.73 m2, a los 4 años el 3.4% desarrolló HTA y el 33%, progresión de la PA. Luego, a los 12 años del análisis inicial, el 34.4% de los participantes presentó HTA. En algunos modelos ajustados por edad y sexo, los niveles séricos de AU se asociaron con incremento de este riesgo, lo cual no se observó en los modelos multivariables. Los autores también notaron una asociación significativa entre los valores remotos de AU sérico y la incidencia de HTA.

Análisis

Principales hallazgos

En los 4 años del corto plazo, los valores séricos de AU en pacientes que no recibieron medicación antihipertensiva presentaron asociación positiva con la progresión longitudinal de PA, tanto sistólica como diastólica. Este resultado coincide con otros análisis que relacionan los valores de AU con la incidencia de HTA y de progresión de la PA. En el subgrupo de individuos que en el inicio tenían PA óptima y función renal normal, los autores también observaron una asociación entre niveles de AU y progresión de la PA. En el segundo análisis, que consideraba el seguimiento a los 12 años, la asociación que se observó entre AU sérico e incidencia de HTA perdió su significación estadística.

Comparación con la bibliografía publicada
Los hallazgos de los autores en cuanto a la asociación a corto plazo entre AU e incidencia de HTA confirman los de otras publicaciones. Sin embargo, tal asociación en este estudio fue modesta. Esto puede deberse a que los participantes fueron, en promedio, una década mayores a los sujetos de otros estudios publicados; también puede ser que los efectos del AU sean más evidentes en los pacientes más jóvenes.
En el segundo análisis, que consideraba el seguimiento a 12 años, la asociación entre AU e incidencia de HTA perdió significación estadística. Esto puede explicarse porque los efectos de una única estimación de AU disminuirían con el tiempo. Además, puede contribuir la mayor incidencia de hipertensión debida a otros factores, como la rigidez de las paredes vasculares, que se observa entre los pacientes de mayor edad. Por último, los efectos del AU pueden ser mayores en los pacientes más jóvenes.
 
UA e hipertensión: mecanismos subyacentes
Según algunas hipótesis, la mutación genética de una enzima participante en el metabolismo del ácido úrico puede llevar a una hiperuricemia relativa e incremento de la PA mediada por el sodio. Además, puede contribuir a una mayor producción de renina yuxtaglomerular y a una disminución del óxido nítrico en la mácula densa. En realidad, la información disponible no permite describir un mecanismo particular.

Perspectivas
En esta muestra de individuos normotensos, los niveles iniciales de AU sérico fueron un factor de predicción independiente de la incidencia de hipertensión y progresión longitudinal de la PA en el corto plazo. Sin embargo, esto no representa una herramienta válida de pesquisa de pacientes hipertensos. Según los autores, se necesitan mayores estudios para confirmar estas observaciones y dilucidar si la relación en el corto plazo entre el AU y la incidencia de hipertensión es o no casual.