Según los datos recolectados de un estudio de vigilancia post comercialización efectuado por un lapso de cinco años, el uso a largo plazo de latanoprost no aumenta el riesgo de toxicidad corneal, en comparación con otros fármacos para el tratamiento del glaucoma. La incidencia de erosiones graves en la córnea fue menor al 3% en los pacientes asignados de forma aleatoria al tratamiento con latanoprost, como también en los que recibieron otros fármacos disponibles en el mercado para reducir la presión intraocular, manifestó Ivan Goldberg, quien presentó su investigación durante el congreso de la Sociedad Estadounidense de Glaucoma realizado en Washington.
El estudio abierto, que incluyó un total de 5.854 pacientes, se efectuó en 406 centros en 14 países por un lapso de cinco años a fin de vigilar la seguridad. El objetivo del estudio fue evaluar el buen rendimiento del latanoprost en situaciones clínicas reales, en lugar de un ambiente controlado propio de un ensayo clínico, donde los pacientes deben cumplir los estrictos criterios de inclusión y exclusión y adherirse a otros lineamientos durante el transcurso del estudio, dijo el Dr. Goldberg, Director del Departamento de Glaucoma del Hospital Oftalmológico de Sidney, Australia.
“La única confianza que adquiere el médico en el uso de un fármaco o familia de fármacos por un período más prolongado ocurre cuando estos se encuentran disponibles realmente y se realizan estudios de fase IV o de post comercialización. El objetivo es contar con pacientes reales tratados por médicos en una situación real, sin ningún criterio estricto que excluya a determinadas personas debido a algún tipo de riesgo, y realizarles el seguimiento completo”, agregó.
La primera vez que se contó con la disponibilidad de los análogos de prostaglandinas, se consideró que tenían un índice terapéutico muy elevado, ya que demostraban buena eficacia en la reducción de la presión intraocular en la gran mayoría de los pacientes, presentando pocos efectos secundarios sistémicos y efectos secundarios locales con grandes posibilidades de tratamiento. No obstante, a fin de obtener información en el largo plazo acerca de su seguridad para el empleo en una gran diversidad de pacientes, el fabricante acordó respaldar un estudio multicéntrico, internacional.
Eventos adversos
Se publicó un informe sobre los resultados obtenidos en la edición de mayo/junio de 2008 de la revista European Journal of Ophthalmology. El estudio analizó la incidencia de eventos adversos relacionados con el latanoprost que afectaron la córnea, iris y retina, y la presencia de hiperpigmentación, mientras que el Dr. Goldberg hizo referencia sólo a la seguridad de la córnea en su presentación durante el congreso.
El estudio evaluó todo tipo de complicaciones que pudieran surgir por el uso del latanoprost, no sólo las que se habían identificado en los estudios previos a la comercialización sino también cualquier nueva complicación ocurrida durante los cinco años, incluidas las erosiones corneales, iritis y uveítis, y edema macular.
En el estudio se asignaron de manera aleatoria a diversos tratamientos un total de 5.893 pacientes: 3.936 pacientes recibieron latanoprost y 1.918 otros agentes reductores de presión intraocular; los 39 restantes nunca recibieron el tratamiento asignado. Los pacientes fueron examinados al comienzo del estudio y cada seis meses durante cinco años. En cada visita, el investigador realizó un examen oftalmológico completo de rutina en ambos ojos, que incluyó examinación con lámpara de hendidura, oftalmoscopía y medición de la presión intraocular con tonómetro de aplanación de Goldmann.
El latanoprost fue el eje central de este estudio dado que fue el primer análogo de las prostaglandinas y, al momento en que se planificaba el estudio, el único disponible en el mercado. Si bien se encontraron disponibles otros dos análogos de prostaglandinas, travoprost y bimatoprost, en diferentes momentos y en distintos países durante el transcurso del estudio, la cantidad de pacientes en tratamiento con cualquiera de esos agentes era relativamente pequeña, por lo que los investigadores optaron por continuar con el diseño original que comparaba el latanoprost con el resto de los antiglaucomatosos.
Efectos secundarios que afectaron la córnea
“El índice de efectos secundarios ocurridos en la córnea fue satisfactoriamente bajo”, dijo el Dr. Goldberg. La incidencia de erosiones corneales recurrentes de gravedad fue del 2,7% o menor, tanto en el grupo latanoprost como en los pacientes tratados con otros fármacos, y el índice de suspensión de la medicación fue menor al 0,8% en ambos grupos. Las erosiones corneales punctatas se consideraron leves, transitorias y dentro del rango normal de valores hallados en ojos tratados con gotas tópicas, y no se registraron como erosiones de córnea.
El Dr. Goldberg observó que las erosiones de córnea pueden ocurrir por varias causas, tales como traumatismo, ojo seco relacionado con glaucoma u ojo seco agravado por medicaciones tópicas y sus conservantes.
“Este tipo de complicaciones puede no estar relacionado con un fármaco en particular o alguna clase particular de fármacos, sino que se debe al hecho de aplicar alguna sustancia en el ojo de forma periódica. La acción de aplicar un producto en el ojo implica un riesgo de lesión física, que puede ocurrir cada vez que se instila una solución”, dijo el Dr. Goldberg.
“No se está comparando un fármaco frente a un tratamiento inexistente, sino que se lo compara con todas las demás alternativas de tratamiento que pueda ofrecer el médico a sus pacientes. Se consideró que el latanoprost, como molécula individual, no representaba un riesgo mayor de alguna complicación”, agregó el Dr. Goldberg.
“Si bien los pacientes del estudio de post comercialización ya no se encuentran bajo seguimiento, los análisis secundarios de los datos podrían dar lugar a futuras publicaciones”, concluyó.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.