Retinopatía

Retinopatía y arterosclerosis

Descripción de la incidencia, prevalencia acumulada y factores de riesgo de retinopatía

Autor/a: Dres. Tien Y. Wong, Ronald Klein, F.M. Amirul Islam, Mary Frances Cotch, David J. Couper, Barbara E.

Los signos de retinopatía, como microaneurisma, hemorragia retiniana y puntos algodonosos son algunos de los que se observan en el fondo de ojo de personas mayores, incluso en personas sin diabetes. Los últimos estudios poblacionales demostraron que entre las personas mayores de 40 años sin diabetes, hasta 10% puede presentar algún signo de retinopatía en el fondo de ojo. Aunque se desconoce la patofisiología, estos signos parecen ser marcadores de riesgo de enfermedad cerebrovascular y predecir hipertensión, ataque cerebro-vascular, infarto y mortalidad cardiovascular en personas con y sin diabetes.

Existe poca información sobre la incidencia de signos de retinopatía en la población general.

El Beaver Dam Eye Study determinó en un período de cinco años que 6% de las personas entre 43 y 86 años sin diabetes desarrollaban signos de retinopatía. La hipertensión, pero no otros factores de riesgo cardiovascular, fue considerada como variable predictiva estadísticamente significativa de signos de retinopatía.

El Hoorn Study de Holanda informó una incidencia de 11,6% en la población general en un período de nueve años y de 7,3% entre las personas con tolerancia a la glucosa normal. Los signos de retinopatía fueron asociados con hipertensión, pero no con lípidos en sangre ni tabaquismo.

En el Blue Mountains Study de Australia la incidencia de retinopatía en cinco años fue 9,7% en personas sin diabetes y únicamente la edad fue considerada como factor de riesgo.

En el presente estudio se describe la incidencia y prevalencia acumulada de signos de retinopatía y factores de riesgo asociados, en un período de tres años, en los participantes del estudio Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC), que fue un estudio poblacional prospectivo de enfermedades cardiovasculares en personas de edad media.

Pacientes y métodos

Se tomaron fotografías de la retina de 981 participantes del estudio ARIC  en el tercer examen (1993-1995) y tres años después en el cuarto examen (1996). Se estudiaron las fotografías buscando signos de retinopatía (microaneurisma, hemorragia retiniana, puntos algodonosos). La incidencia se definió de acuerdo a los participantes que no presentaban signos en el tercer examen y los desarrollaron en el cuarto. Mientras que la prevalencia acumulada incluyó a los participantes que presentaban retinopatía  en ambos exámenes.

Se calculó una incidencia de retinopatía en esta cohorte de 3,8% y una prevalencia acumulada de 7,7%. Entre los participantes sin diabetes, la incidencia fue de 2,9% y la prevalencia acumulada de 4,3%. Se mostró que los factores de riesgo de retinopatía en personas de edad media fueron altos niveles de presión sanguínea, concentraciones de glucosa en ayunas, colesterol total y fibrinógenos en plasma. Entre las personas de edad media sin diabetes los factores de riesgo de retinopatía no diabética fueron alta presión sanguínea y glucosa en ayunas.

Las diferencias en los métodos y en los participantes, hace difícil comparar directamente los resultados de los distintos estudios sobre la incidencia de retinopatía.

En el presente estudio, la hipertensión e hiperglucemia fueron los únicos factores de riesgo de incidencia y prevalencia acumulada de retinopatía diabética y no diabética. La presencia de  enfermedades coronarias o arterosclerosis de la carótida no estuvo relacionada con el desarrollo de retinopatía. Los descubrimientos de los demás estudios fueron bastante inconsistentes. El Beaver Dam Eye Study, la hipertensión y no la hiperglucemia  estuvo asociada con la incidencia de retinopatía no diabética. En el Hoorn Study los signos de retinopatía se asociaron con hipertensión y con obesidad y no lo estuvieron con los lípidos en sangre o el tabaquismo. El Blue Mountains Eye Study investigó una cantidad de factores de riesgo cardiovascular, pero solo encontró que la edad era un factor de riesgo significativo en personas sin diabetes.

Los niveles elevados de fibrinógeno en plasma han sido asociados anteriormente con enfermedades cardiovasculares y vasculares retinianas como oclusión de la vena retiniana y embolia arteriolar. En el Hoorn Study, la retinopatía se asoció con aumento en los niveles de proteína C-reactiva y otros biomarcadores de inflamación más específicos. Sin embargo, ni la proteína C reactiva ni los fibrinógenos en plasma pudieron ser asociados con retinopatía en el Cardiovascular Health Study.

En este estudio observamos que 43% de los signos de retinopatía diabética y 64% de los signos de retinopatía no diabética observados en el tercer examen desaparecieron en el cuarto examen tres años después. Una explicación posible de la “probable regresión” podría ser una mala clasificación del estado de retinopatía en alguno de los dos exámenes. Sin embargo la confiabilidad de los exámenes del ARIC era muy buena. Asimismo, en el Blue Mountains Eye Study se observó una regresión similar.

Existen razones biológicas para la regresión de signos leves de retinopatía. Los microaneurismas se resuelven y las hemorragias retinianas pueden reabsorberse. También notamos que la regresión de los signos de retinopatía en este estudio estuvo asociada con los niveles más bajos de factor de riesgo cardiovascular (ausencia de diabetes, no fumador, menor proporción cintura/cadera y mayor nivel de actividad física).

Como conclusión, el presente estudio aporta información acerca de la incidencia y prevalencia acumulada de signos de retinopatía en personas de mediana edad durante un período de tres años.

La incidencia  y prevalencia acumulada de retinopatía fueron de 3,8% y 7,7% respectivamente. Entre las personas sin diabetes la incidencia  fue de 2,9% y la prevalencia de 4,3%. Entre personas diabéticas los porcentajes fueron 10,3% y 27,8% respectivamente. Se demostró que los factores de riesgo de incidencia y prevalencia acumulada de retinopatía fueron niveles elevados de presión sanguínea, concentración de glucosa en ayunas, colesterol total y fibrinógenos en plasma.

Entre los participantes sin diabetes los factores de riesgo fueron presión sanguínea alta y glucosa en ayunas. Esta información sirve para entender mejor la evolución de los signos de retinopatía como marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular sistémica.

Conclusiones

Los signos de retinopatía aparecen con frecuencia en personas de edad media, aún en personas sin diabetes. La hipertensión e hiperglucemia son factores de riesgo de retinopatía.

♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.

Bibliografía:

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