En el verano de 2008, los principales medios de comunicación -incluyendo el Early Show y el Fox News-acuñaron un término nuevo: pregorexia (N. del T: anorexia de la embarazada, del inglés pregnancy y orexia). Este término trata de describir a las embarazadas que reducen la ingesta calórica y se exceden en la práctica de ejercicios con el fin de controlar el aumento de peso durante el embarazo. La repercusión que tiene este tema habría comenzado en 2004, cuando en Nueva York se conoció un documental titulado “El pequeño golpe perfecto.” El documental dio detalles sobre la vida de las mujeres de moda de la ciudad de New York impacientes por alcanzar un cuerpo del embarazo “perfecto”, en el que se ve cómo cada día se monitorea el corazón para alcanzar un ritmo cardíaco que no pase el límite máximo seguro. ¿Pero cómo es la pregorexia verdadera? ¿Es una invención de los medios, o una preocupación verdadera de los especialistas en alimentación? Este artículo es el más nuevo que examina los términos populares que han capturado la atención de los medios y del público.
¿Es real la pregorexia?
La American Dietetic Association (ADA) dice que uno de los componentes principales para promover un estilo de vida saludable durante el embarazo es tener una ganancia de peso apropiada, lo que significa un consumo calórico diario de 2,200-2,900 kcal (que puede variar de acuerdo con el índice de masa corporal [IMC] previo, la velocidad de la ganancia de peso, la edad materna y el apetito). La posición de la ADA sobre la nutrición apropiada para un embarazo a término saludable se basó en un estudio con seguimiento prolongado de mujeres alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, el cual relacionó la desnutrición durante el embarazo con una enfermedad crónica en el futuro. También se basó en otro estudio que comprobó que el bajo peso al nacer seguido de una curva de crecimiento posnatal rápido (catch-up) puede ser un riesgo de síndrome metabólico en la adultez.
Garantizar que la embarazada recibe una nutrición apropiada durante la gestación puede ser difícil cuando la ingesta de vitamina E, Mg, K, fibras y Ca suele ser inadecuada durante el embarazo o la lactancia, mientras que el Na y las grasas saturadas suelen estar en exceso en la dieta. Sin embargo, mientras que las investigaciones relacionan la mala nutrición con resultados negativos, los expertos entrevistados para este artículo no creen que ésta sea la razón para asumir que la pregorexia, definida por la prensa popular, sea un problema creciente. En efecto, muchas mujeres ganan demasiado peso durante el embarazo. En 2007, el Instituto de Medicina (IM) informó que el 46% de las embarazadas en 2004 habían ganado más peso que el recomendado por el IM. Desde 1993, cuando el 37% de las embarazadas tenía un aumento de peso superior al recomendado, dicho incremento fue aumentando.
Las autoras del libro You and Your Baby: Healthy Eating During Pregnancy (Tú y tu bebe: alimentación saludable durante el embarazo), especialistas en nutrición del Massachusetts General Hospital in Boston, Stacey Nelson y Laura Riley, entrevistadas por la autora de este artículo, expresaron que son pocos los casos que podrían caer dentro de la definición de pregorexia y que no consideran que constituya una epidemia, como lo es la obesidad.
La guía del IM de 1990 aconseja que las mujeres con un IMC bajo ganen entre 14 y 20 kg de peso, las mujeres con un IMC de 18,5 a 24,9 ganen entre 12,5 y 17,5 kg y las de ICM entre 25 y 29,9 lo hagan entre 7,5 y 12,5 kg. Las mujeres con IMC 30 solo deberían engordar 7,5 kg. Todas las guías tienen en cuenta los embarazos simples. Ambas especialistas sostienen que las guías de hace 20 años fueron hechas en respuesta a la tendencia al nacimiento de niños con bajo peso en las décadas de 1960 y 1970, causada en parte porque las mujeres fumaban durante el embarazo y no aumentaban apropiadamente de peso. En la actualidad, aquellas guías pueden haber hecho que el péndulo oscile en otra dirección. El IM comenzó a cuestionar las guías, en cuanto a que podían resultar demasiado amplias. En junio de 2009 se dará a conocer una nueva guía sobre ganancia de peso que incluirá información para las mujeres con embarazos gemelares o múltiples.
La posición actual de la American Dietetic Association es que las embarazadas sigan la guía actual pero que presten mayor atención a la prevención de ganar demasiado peso.
El American Collage Obtetric and Gynecology ha citado investigaciones que relacionan la obesidad con un riesgo aumentado de hipertensión durante el embarazo, preeclampsia y diabetes gestacional como así mayor necesidad de cesáreas y mayor riesgo para los bebés de mujeres obesas (muerte fetal, prematurez, mayor tamaño que la edad gestacional, defectos del tubo neural y mayores tasas de obesidad infantil).
Los resultados de un estudio mostraron que una ganancia de peso durante el embarazo inferior a la recomendada hasta ahora (7,5 kg) de mujeres con sobrepeso u obesidad se asoció con un riesgo significativamente menor en todas las categorías, resultado también confirmado por otro estudio de más de 90.000 con un ICM pregestacional normal.
El Kaiser Permanente Center for Health Research estudió a más de 40.000 mujeres y sus bebés y comprobó que más del 20% de las mujeres que había aumentado más de 20 kg durante el embarazo tuvieron bebés con más peso. Las especialistas entrevistadas sostienen que las mujeres con sobrepeso y obesas tendrán hijos que llegarán a tener sobrepeso.
¿Hay algo positivo acerca del rumor de la existencia de pregorexia?
El hecho de que la pregorexia puede ser un producto de los medios de comunicación no descarta que muchas mujeres puedan estar preocupadas por su ganancia de peso y con problemas de imagen corporal cuando se embarazan. Las especialistas entrevistadas dicen que el rumor acerca de la pregorexia puede ser una manera de que los profesionales de la salud tengan conversaciones sinceras con las mujeres sobre la salud y la nutrición durante el embarazo. La autora menciona a Victoria Santa Riley, miembro del grupo de práctica dietética de Nutrition Entrepreneurs and Food and Culinary Professionals, quien dice que las mujeres deben recibir más asesoramiento sobre una nutrición apropiada durante la gestación y que los médicos no tienen suficientes conversaciones con las mujeres acerca del peso y la nutrición. Y agrega que los médicos evitan tratar el tema con las pacientes por temor a que las trastorne y porque no saben cómo abordarlo mejor e indicar una dieta balanceada.
¿Cómo pueden ayudar los profesionales nutricionistas?
La ADA sugiere que los nutricionistas alienten a las embarazadas a utilizar la Pirámide Nutricional para las madres, desarrollada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, para seleccionar una dieta balanceada. La ADA hace notar que puede ser necesaria una guía especial para garantizar que las embarazadas reciban suficiente vitamina E y potasio.
Dado que la anemia ferropénica afecta a casi el 30% de las embarazadas de bajos ingresos, dicha anemia pasa a ser un problema, recomendando un aporte diario de 27 mg de hierro durante el embarazo.
La vitamina D también es muy importante durante el embarazo por lo que se recomienda un aporte diario de 200 UI para prevenir la hipocalcemia en el bebé como así problemas del metabolismo óseo neonatal.
También deben consumir 600 µg de ácido fólico sintético diarios en alimentos fortificados o suplementos en adición a folatos contenidos en los alimentos en dietas variadas. La ADA también recomienda que los nutricionistas estén actualizados sobre los niveles de fortificación de ciertos alimentos para ayudar a las mujeres a seleccionarlos apropiadamente, especialmente cuando se trabaja con mujeres cuyas culturas o religiones puede afectar su dieta.
Nelson explica que mientras las mujeres consideran que toda la ganancia de peso está dada por la grasa, gran parte de ella puede provenir de los líquidos y del bebé mismo y en el período prenatal planifica la progresión adecuada del aumento de peso, como guía general. Para ello solicita a las pacientes que escriban lo que comen para que tomen conciencia de la importancia de una guía, hagan una lista de compras en el supermercado y continúen haciendo ejercicio con la aprobación del médico. “Yo trato de poner énfasis en la salud y la nutrición y no en el peso.” Hay que prestar atención a las calorías ingeridas a través de las bebidas o en el hábito de no comer durante el día y comer demasiado a la noche. Otro problema es el de las mujeres que presentan trastornos de la alimentación antes de embarazarse. Las pacientes que con alteraciones de la imagen corporal deben recibir una atención especial, aunque algunas investigaciones muestran que dichos trastornos se atenúan durante el embarazo.
Pregorexia: signos de alarma
Si bien la obesidad durante el embarazo es mucho más común que la pregorexia, los especialistas en alimentación y nutrición deben tener en cuenta la aparición de cualquier signo que indique que la mujer está muy preocupada por su imagen corporal más que en su salud y nutrición. Los especialistas entrevistados por la autora para este artículo coinciden en dar valor a los siguientes signos:
• Tener antecedentes documentados de trastornos de la alimentación.
• Hablar sobre el embarazo como si no fuera verdadero.
• Preocuparse más por las calorías que por la salud general.
• Comer sola.
• Omitir comidas.
• Si la paciente carece y tiene poco control de profesionales nutricionistas:
• Derivar la paciente a un consejero licenciado en salud mental
• Derivar a la paciente un grupo de apoyo
• Aconsejar a la paciente que lleve un registro diario de comidas
• Entrevistarse con la paciente regularmente durante el embarazo
La jefa del grupo de práctica dietética del Behavioral Health Nutrition, Jessica Setnick, expresa que los investigadores creen que los cambios hormonales gestacionales pueden ser responsables de una neurobiología negativa que puede interferir con la alimentación. Además del control nutricional, Setnick sostiene que estas pacientes deben recibir psicoterapia. En su experiencia, la mayoría de los individuos con trastornos de la alimentación se centran en la comida y el peso como un modo de enfrentar sus sentimientos. Todas las especialistas entrevistadas por la autora de este artículo ponen énfasis en que el embarazo puede influir en la imagen corporal y las emociones de la mujer, quienes no dan importancia a cuán saludables están o cuán apropiado es su peso, independientemente que la paciente tenga o no antecedentes de trastornos de la alimentación. “Las mujeres pueden sentirse solas o estar muy presionadas por su entorno por personas no aptas para aconsejarlas y sentirse muy ansiosas por ser una buena madre.” Pero si los nutricionistas, los médicos y las mujeres tienen un diálogo sincero y esclarecedor sobre la alimentación saludable durante el embarazo, a través de conversaciones frecuentes. se podrán obtener resultados beneficiosos.
“La palabra pregorexia nos ha permitido hablar de los trastornos de la alimentación, las mujeres y la salud y eso nunca es una mala palabra”, finaliza Setnick.
♦ Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Esp. Medicina Interna.
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Otras lecturas recomendadas
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