Introducción
La relación entre el educador y el alumno es un terreno de preocupación para los jóvenes médicos. El desequilibrio de poderes, la comunicación pobre y las diferencias de personalidades son elementos que generan conflictos entre el educador y el alumno. Este artículo se realizó desde la perspectiva del alumno, analiza todos estos elementos y sugiere recomendaciones para solucionarlos.
Naturaleza de las relaciones de trabajo
Lograr una armonía con las personas que convivimos es una parte fundamental de nuestras vidas y un desafío cotidiano. Este terreno fue explorado por Garelick y Fagin quienes establecieron las siguientes pautas para una adecuada convivencia:
• Claridad en las tareas y objetivos de la organización
• Los logros y objetivos deben ser comunes
• Oportunidad para participar y contribuir
• Capacidad para confiar y comprometerse
• Capacidad para dejar de lado diferencias que no son esenciales
• Respeto por los puntos de vista alternativos
• Protección a los miembros más débiles del equipo
• Buen liderazgo
• Equilibrio entre las aspiraciones individuales y las necesidades de la corporación
• Compartir experiencias similares de vida o de información cultural.
Relaciones laborales disfuncionales
Los conflictos interpersonales son un proceso dinámico entre las partes en la medida que surgen reacciones emocionales negativas debidas a desacuerdos o interferencias con los objetivos. Estos conflictos pueden llegar a ser lo suficientemente importantes como para producir trastornos psiquiátricos como depresión fatiga y estrés psicológico.
Uno de los temas centrales en los conflictos laborales es el comportamiento irracional de una de las partes o ambas. Con el propósito de evitar conflictos una de las partes oculta su insatisfacción porque la otra parte tiene más poder o para no dar la imagen de conflictivo. Esta situación va sumando cargas emocionales que puede conducir a una relación disfuncional que impacta negativamente en la organización y en sus participantes.
Causas de conflictos entre el educador y el alumno en medicina.
En el terreno de la medicina, especialmente teniendo en cuenta la estructura jerárquica de la profesión, estos conflictos se acentúan. Los entrenadores y especialmente los alumnos tienden a rotar periódicamente en los trabajos. Se supone que ambos se deben adaptar entre sí habiendo diferencias de personalidad, estilos de trabajo y expectativas. Por lo tanto, es natural que surjan conflictos y sus causas fundamentales son:
Por parte del alumno. El alumno puede tener problemas de personalidad (arrogancia, inflexibilidad, incumplimiento de las tareas, escasa comunicación, etc). Sin embargo, en medicina, la relación disfuncional es el resultado de ambas partes.
Por parte del entrenador. Generalmente los problemas inherentes al educador son temas poco tratados y se deben a los siguientes comportamientos:
• Autoritario e intimidante
• Excesivo control
• Indeciso y desorganizado
• Agotamiento mental (burnt-out)
• Escasa presencia
• Ansioso por retirarse
• Tendencias de acoso sexual
• Escasa capacidad de enseñanza y de comunicación
Habitualmente a lo largo de los años se conocen los problemas de un educador tanto por sus pares como por los alumnos. Sin embargo, este aspecto suele ser ignorado cuando el educador eleva una queja sobre el alumno. La siguiente es una lista de cómo debe ser un buen educador:
• Equilibrar los roles potencialmente conflictivos de mentor y evaluador
• Proporcionar información imparcial y completa
• Tener adecuada experiencia
• Ser confiable
• Respetar las diferencias en valores, expectativas y experiencias
• Tolerancia a los errores
• Facilitar el progreso del alumno
• Aportar retroalimentación directa y clara al alumno
• Abierto a adaptaciones sobre su estilo de trabajo
• Amplia comunicación con los alumnos
Los conflictos suelen surgir por insuficiente comunicación o factores subyacentes que incluyen racismo, acoso sexual, diferencias religiosas, envidia o celos.
El educador no debe tomar ventaja de su situación de poder y evitar que se origine dentro del equipo un chivo expiatorio que reciba constantes críticas y humillaciones. Muchas veces el alumno, para evitar conflictos y empeorar la situación adopta una actitud silenciosa que a veces sólo logra aumentar la agresividad del educador.
¿Cómo se maneja el conflicto educador y alumno?
Desde el punto de vista del educador se requiere que posea inteligencia, autocrítica, empatía, motivación, ecuanimidad con el grupo y capacidad para trasmitir los conocimientos.
Desde el punto de vista del alumno, es importante que el conflicto con el educador sea tratado lo más precozmente posible para evitar escaladas. Para ello debe ejercer autoevaluación, separar el conflicto de factores emocionales e intercambiar con otro colega sus inquietudes en forma discreta. El alumno debe investigar como fue la relación de los que lo precedieron con el educador. Finalmente, los problemas deben ser discutidos abiertamente con el educador. Los siguientes son los pasos tácticos para tratar un problema con el educador:
• Los directores de programa tienen la obligación de actuar como abogados del alumno
• Cuando los tutores y directores de programa no actúan adecuadamente, el alumno puede recurrir a una instancia superior
• En los conflictos no resueltos debe participar el comité o la asociación de alumnos que debería tener la institución
• Si el alumno considera que los problemas afectan su salud debe solicitar ayuda al decano quién lo guiará y asesorará para atención de su salud mental.
El principal obstáculo que debe enfrentar y superar el alumno para tratar de resolver un conflicto es superar el miedo ante supuestas consecuencias de exponer a sus superiores dicho conflicto. Asimismo, los organismos e instituciones deben ser activos para identificar y tratar estos problemas. La siguiente Tabla muestra las causas y las soluciones de los conflictos.
Conclusiones
La relación entre el educador y el alumno debe tener un trato y calidad semejante al de un buen padre con su hijo ya que hay un paralelismo entre ambas situaciones en lo que concierne a la diferencia de poderes y la comunicación insuficiente. El surgimiento de un conflicto en estos dos tipos de relaciones señala generalmente algún tipo de falla del educador o del padre. Los puntos destacados de este artículo son:
• Las relaciones de trabajo a nivel profesional son uno de los mayores desafíos en los sistemas de formación médica
• Los conflictos interpersonales pueden causar una relación laboral disfuncional
• Los factores de conflicto son: problemas del alumno, escasa comunicación y choques de personalidad
• Se deben tener en cuenta los desequilibrios de poder y las dificultades del supervisor
• Los conflictos entre el educador y el alumno se deben enfocar paso a paso y en forma individual
• Las instituciones y organizaciones deben tratar las causas de relaciones disfuncionales de trabajo
• Los alumnos deben superar sus propios miedos para poder enfrentar el conflicto.
* Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira.