La miopía es una de las patologías que se ven con mayor frecuencia en el consultorio oftalmológico pediátrico. Es de gran preocupación para los padres y el oftalmólogo debe ocuparse de informar tanto a los niños como a los padres acerca del proceso de la enfermedad. Se han realizado muchas investigaciones para descubrir la naturaleza de la miopía, los factores de riesgo asociados, técnicas para prevenir y métodos para tratar la miopía. En principio nos concentraremos en la miopía simple y no en la degenerativa, inducida o patológica.
La prevalencia de miopía varía mucho entre las distintas poblaciones. En los Estados Unidos, un estudio dio una prevalencia de 9,2% de miopía en niños de 5 a 17 años. En el mismo estudio la prevalencia en la población de origen asiático fue 18,5% y en los afro-americanos 6,6%.
Existen una cantidad de factores genéticos que están probablemente implicados en el desarrollo de la miopía simple infantil. El ojo normalmente se desarrolla comenzado por hipermetropía y evolucionando hacia la emetropía rápidamente en los primeros años de vida y, luego más lentamente, en la etapa del desarrollo. La miopía en general se desarrolla por la elongación axial relativa a la potencia óptica de la córnea y el cristalino. Varios genes individuales han sido asociados con la miopía magna. Hasta hoy, no se ha podido aislar un solo gen que cause la miopía leve o moderada.
Varios estudios han demostrado que los hijos de padres miopes tienen mayor riesgo de miopía y dicho riesgo aumenta si ambos padres son miopes. Esto indica la existencia de una causa genética, sin embargo existen diferencias ambientales, de nutrición, culturales y educativas que señalan que no puede haber una única base genética para la miopía.
Se ha investigado el rol de varios factores de riesgo medio-ambientales en el desarrollo y progresión de la miopía. Varios estudios han investigado el uso de las computadoras y su relación con la miopía sin encontrar correlación alguna. Sobre la base de la información obtenida hasta ahora, los investigadores recomiendan en general tomar descansos entre períodos de uso intenso de la visión de cerca.
Se ha especulado mucho sobre el rol del retraso acomodativo en la miopía. Aunque la mayoría de los oftalmólogos coinciden en que el retraso acomodativo no causa la miopía, diversos estudios han indicado que su tratamiento en niños miopes puede servir para que la progresión de la miopía sea más lenta.
Estudios realizados en varios países han encontrado que los niños con miopía tienen un cociente intelectual (IQ) más elevado, sin ninguna explicación. Existen diversas hipótesis, como que el largo axial del ojos está directamente relacionado con el desarrollo cerebral o que genes similares inciden tanto en el IQ como en la miopía.
Numerosos estudios han mostrado también un mayor nivel de miopía en niños que viven en zonas urbanas. Asimismo se discute mucho acerca de si dormir con luz artificial es un factor de riesgo de desarrollo de miopía en niños pequeños. Hasta el momento no se ha llegado a una conclusión válida sobre si realmente constituye un riesgo o no.
Existen cientos de métodos terapéuticos que se han aplicado para tratar la miopía y su progresión. En el presente estudio solo trataremos los de mayor potencial y los más controvertidos.
Hay una cantidad de información que indica que el uso intensivo de la visión de cerca puede causar miopía o favorecer su progresión. Por eso se cree que la acomodación utilizada para la visión de cerca es un factor que contribuye al desarrollo y progresión de la miopía. Para interrumpir dicho proceso se intentó utilizar una corrección refractiva que elimine la exigencia acomodativa y la interrupción farmacológica de la acomodación, para disminuir el tiempo que el ojo está acomodándose.
Se ha investigado profundamente el efecto de lentes de visión unilateral, bifocal y multifocal para reducir la exigencia acomodativa.
La mayoría de los estudios sobre agentes farmacológicos para detener el avance de la miopía se focalizaron sobre atropina y pirenzepina. Las investigaciones demostraron un buen efecto de las gotas de atropina durante el período de uso. Varios estudios también sugirieron que el uso concomitante de bifocales puede aportar mayor beneficio terapéutico aún. A algunos oftalmólogos les preocupa la toxicidad de la atropina, la fotofobia y el corto período de seguimiento de estos pacientes en los estudios. Un excelente estudio comparó el efecto en pacientes tratados con atropina y placebo durante dos años, con un seguimiento de un año después de terminado el tratamiento. Los pacientes tratados con atropina sufrieron una importante progresión de la miopía una vez terminado el tratamiento. Esto indicaría que el riesgo que existe es mayor que los beneficios obtenidos con este método terapéutico.
Estudios realizados sobre el uso de pirenzepina gel dos veces por día, mostraron un 50% de reducción de la progresión miope con un buen perfil de seguridad y menos efectos colaterales que la atropina. Lamentablemente no hay un seguimiento a largo plazo, por lo que muchos creen que podría ocurrir lo mismo que con la atropina al abandonar el tratamiento.
Otra opción terapéutica es el uso de lentes de contacto rígidas durante la noche para moldear la superficie corneal. No existen estudios importantes sobre los beneficios de este método. Existen muchos riesgos con el uso nocturno de lentes de contacto como infección de córnea y lastimaduras. Actualmente, no está aceptado este método para tratar la miopía infantil.
Un estudio australiano sobre miopía publicado en 2008, mostró una reducción de la prevalencia de miopía en escolares que pasan más tiempo al aire libre. Creemos que la intensidad de la luz puede tener un rol importante y que la mejor luz al aire libre disminuye las imágenes difusas y aumenta la profundidad del campo. Aunque no se ha determinado la razón de este beneficio, normalmente recomendamos a los padres que los niños pasen todo el tiempo posible al aire libre.
Conclusiones
La miopía es una patología significativa con prevalencia en niños. Se ha investigado intensamente para determinar su origen y posibles tratamientos. El desarrollo de la miopía tiene aparentemente causas genéticas y ambientales. Hasta el momento, no existe ningún tratamiento ampliamente reconocido para evitar el inicio y la progresión de esta patología ocular. La mejor manera de tratarla hasta el momento, es recomendar a los pacientes que pasen más tiempo al aire libre.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, médico oftalmólogo
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