Se han utilizado drogas antiangiogénicas como pegaptanib, ranibizumab y bevacizumab, para tratar neovascularización coroidal por miopía, con buenos resultados. La finalidad del presente estudio fue evaluar los cambios observados en agudeza visual y espesor macular en un año de tratamiento con bevacizumab, en una serie numerosa de ojos con miopía elevada y neovascularización coroidal.
Pacientes y métodos:
Se realizó un estudio retrospectivo, multicéntrico en el que participaron 107 ojos con miopía elevada y neovascularización coroidal subfoveal o juxtafoveal. Todos fueron tratados con una inyección intravítreo de 1,25 mg de bevacizumab. Durante un año se evaluó la agudeza visual mejor corregida y el espesor macular mediante tomografía de coherencia óptica, en línea de base y una vez por mes.
Se cree que el alto nivel de factor de crecimiento endotelial vascular y factor derivado del epitelio pigmentario, está relacionado con el desarrollo de neovascularización coroidal miope (NVC). Los tratamientos antiangiogénicos como pegaptanib, ranibizumab y bevacizumab se han estado utilizando para su tratamiento con buenos resultados.
Sin embargo, algunos de los estudios realizados con bevacizumab utilizaron un protocolo de tres inyecciones de bevacizumab, lo que es discutible debido a la baja actividad en general de la NVC miope. Debe tenerse en cuenta que los ojos con miopía elevada tienen un alto riesgo de desprendimiento de retina y dicho riesgo aumenta con la cantidad de inyecciones aplicadas intravítreo. Asimismo, es preocupante debido a la edad de muchos pacientes con CNV miope, el posible efecto teratogénico en pacientes en edad fértil.
Otros dos estudios utilizaron una sola inyección de bevacizumab con un seguimiento de un año, observándose mejoras.
El presente estudio tiene como objetivo analizar los resultados de una serie importante de casos utilizando el mismo protocolo de una inyección intravítreo de 1,25 mg de bevacizumab, repitiendo la aplicación en caso de necesidad. Se observó una mejora significativa de la agudeza visual mejor corregida, con un promedio de 8,7 letras y 45% de los ojos tratados consiguieron mejorar 0,30 logMAR y 30% mejoró por lo menos tres líneas. La mejoría visual se produjo en los primeros tres meses y luego se mantuvo estable. En ningún casi se observaron pérdidas de más de tres líneas. Estos resultados positivos se lograron con una cantidad reducida de reiteración de tratamiento. 60% de los 107 ojos, solo recibieron una inyección. La reactivación de la NVC hizo necesaria la repetición del tratamiento en 40% de los casos. Asimismo, observamos que la mejora visual y la necesidad de repetir la aplicación no dependieron del grado de miopía en línea de base.
El gráfico muestra la cantidad de inyecciones que volvieron a aplicarse cada mes.
Al igual que en estudios previos, se comprobó que el grupo de pacientes más joven consiguió mejores resultados con menos repeticiones del tratamiento. Una tendencia similar se observó entre pacientes fáquicos y pseudofáquicos, con menor cantidad de inyecciones en el grupo fáquico, que además coincide con los de menor edad.
A diferencia de estudios previos que afirmaron que ojos con tratamiento fotodinámico anterior experimentaron una mejora más limitada, en el presente estudio el tratamiento PDT previo no afectó el resultado del tratamiento con bevacizumab.
Una de las limitaciones del presente estudio es que no se compararon los resultados de este tratamiento con los del tratamiento fotodinámico con verteporfin.
De acuerdo con los resultados obtenidos, una sola inyección intravítreo de bevacizumab alcanza para tratar la NVC asociada con miopía elevada. Aunque los resultados para la NVC por miopía parecen ser mejores que en caso de NVC por DMAE, se debe realizar un seguimiento cuidadoso del paciente ya que puede recurrir o persistir la NVC. Hace falta realizar nuevos estudios para evaluar el efecto a largo plazo y comparar los resultados con los obtenidos con tratamiento fotodinámico.
Conclusiones:
Una inyección intravítreo de bevacizumab parece tener el efecto terapéutico necesario para tratar la neovascularización coroidal en casos de alta miopía. Se debe llevar un control cuidadoso para detectar la necesidad de repetir el tratamiento.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.
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