¿En ayunas o posprandial?

Determinación de los niveles de lípidos en sangre

Mantener el ayuno para la determinación de los niveles sanguíneos de lípidos sería bastante innecesario.

Autor/a: Dres. Davinder Sidhu, Christopher Naugler

Fuente: Arch Intern Med Published Online November 12, 2012

Indice
1. Artículo
2. Revisión

 

 

Introducción:

Las guías actuales recomiendan que los niveles de los lípidos totales y las subclases de lípidos se midan luego de un período de ayuno (>8 horas). El ayuno fue originalmente propuesto para reducir la variabilidad y alcanzar precisión en los datos metabólicos de los pacientes. Sin embargo, varios estudios indican que la medición posprandial de las subclases de lípidos es una alternativa aceptable, brindando algunos marcadores que predicen mejor el riesgo de eventos cardíacos. Los estudios indican que los niveles de lípidos varían relativamente poco cuando se comparan los resultados en ayunas con los posprandiales, y que el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular está aumentado similarmente en ambos grupos de pacientes. Por otra parte, como los seres humanos no suelen estar en estado de ayuno, los valores pueden ser más representativos de las condiciones metabólicas habituales. La medición posprandial del perfil de lípidos también es mejor para mostrar las anormalidades metabólicas individuales de la depuración de los lípidos, la es finalmente la que predice el riesgo de enfermedad cardiovascular. Con excepción de los estudios Copenhagen General Population y Copenhagen Heart, los estudios previos tuvieron limitaciones por estar restringidos a pacientes seleccionados y no a la población general. Por lo tanto, hubo necesidad de hacer un estudio en gran escala sobre la asociación del período de ayuno con los niveles de lípidos en una población no seleccionada. 

Métodos

En 2011, un estudio de sección transversal de datos de laboratorio realizado en una gran cohorte basada en la comunidad, investigó durante 6 meses la relación entre la duración del ayuno (en horas) y los niveles de los lípidos. Los datos se obtuvieron de Calgary Laboratory Services, Calgary, Alberta, Canadá, que es el único proveedor de servicios de laboratorio de Calgary y sus zonas vecinas (población, 1,4 millones de habitantes). Los principales resultados medidos fueron los niveles medios del colesterol ligado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL), colesterol ligado a las lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol total y los triglicéridos, después de diferentes horas de ayuno (de 1 hora a >16 horas). Mediante modelos de regresión lineal y luego de haber controlado las diferencias en las edades de los participantes, se calcularon los niveles medios de las subclases de colesterol en relación a diferentes períodos de ayuno.

Resultados

En el estudio se incluyó un total de 209.180 individuos (111.048 mujeres y 98.132 varones). Los niveles medios del colesterol total y del colesterol HDL fueron muy poco diferentes entre los individuos con diversos períodos de ayuno. Los niveles de colesterol LDL calculados mostraron un poco más de variaciones en el grupo de pacientes con diferentes períodos de ayuno (hasta el 10%), mientras que los niveles medios de los triglicéridos mostraron variaciones de hasta el 20%.

Comentarios

En este estudio realizado en una cohorte poblacional los autores comprobaron que la duración del ayuno se asoció muy poco a los niveles de las subclases de lípidos.  Guiados por estos resultados y los de otros estudios más pequeños anteriores, ellos sostienen que el ayuno es innecesario para la determinación de rutina de los niveles de lípidos. Pero hay varias razones por las que se necesitan más datos sobre este tema. Primero, el ayuno para los exámenes de sangre tiene la desventaja de que puede favorecer el incumplimiento de los pacientes ante los programas de cribado. Segundo, debido a que la extracción de sangre para el cribado suele hacerse en ayunas, en horas de la mañana, puede aumentar la espera en los laboratorios, lo que también favorece el incumplimiento del paciente con el cribado. Estudios previos han mostrado que los niveles pico de triglicéridos medidos 4 horas después de las comidas tienen una relación predictiva más estrecha con los eventos cardiovasculares.

Del mismo modo, se ha informado que la resistencia a la insulina se asoció con el deterioro de la depuración postprandial de lípidos o lipoproteínas y que el aumento posprandial de los triglicéridos y los niveles del colesterol HDL son predictores excelentes de la resistencia a la insulina, una anormalidad metabólica característica de la diabetes tipo 2. “Estos hallazgos indican que el período de ayuno en relación con los niveles de lípidos podría representar un papel en la identificación de los individuos que pueden intervenir en un cribado futuro, con tests suplementarios como la prueba de tolerancia oral a los triglicéridos o protocolos para  tratamiento con objetivos más rigurosos y un monitoreo más estrecho. La eliminación del requerimiento del ayuno para determinar los niveles de lípidos en la sangre también podría aumentar el cumplimiento del paciente, los cual sería particularmente beneficioso para los diabéticos, muchos de los cuales tienen dificultades con el ayuno prolongado.”

Los autores señalan varias limitaciones de este estudio. Primero, no se analizó la elección de las comidas realizadas por el paciente antes de la extracción de sangre, y tampoco se controlaron los errores en el recuerdo del paciente en cuanto a la duración del ayuno. Segundo, los datos clínicos estuvieron limitados a las mediciones que comúnmente se hacen para el cribado y no incluyó la medición de las apolipoproteínas B-100 o A-1 o, la relación apolipoproteína B-100: apolipoproteína A-1. Sin embargo, se hace notar que los resultados reciente de comparaciones de las relaciones de riesgo entre los lípidos y las apolipoproteínas como predictoras de enfermedad cardiovascular han sido casi idénticos a las halladas en los metaanálisis.

Tercero, los autores expresan que no podrían hacer comentarios sobre el valor predictivo de los niveles en ayunas o posprandiales sobre los resultados cardiovasculares, debido a la falta de datos de los resultados del paciente. Cuarto, los autores no conocen el tratamiento farmacológico de cada individuo, aunque estudios previos informaron que los pacientes que toman hipolipemiantes no difieren de los controles en cuanto a los cambios en los niveles de las subclases de lípidos en ayunas o posprandial. Quinto, debido a que se usaron datos secundarios de individuos que tenían análisis bioquímicos de colesterol y no los de una muestra de extracciones al azar en individuos de la comunidad, “nuestros hallazgos deben ser interpretados como representativos de individuos que se presentan para el cribado y por lo tanto representan una muestra sesgada de la población general.” Por otra parte, dicen, “no excluimos la posibilidad de que los individuos con condiciones médicas específicas (por ej., diabetes o dislipidemia) hayan cumplido más que los otros las recomendaciones del ayuno antes de la determinación del colesterol.” Por último, el laboratorio utilizado para el estudio no calculó los niveles de LDL colesterol cuando la trigliceridemia fue > 400 mg/dL, lo cual excluyó de dicho análisis al 1,5% de la población estudiada. Los resultados presentados aquí, combinados con los de estudios recientes, indican que la determinación posprandial de las subclases de lípidos es una alternativa razonable a las determinaciones en ayunas. En los individuos con una trigliceridemia inicial  >400 mg/dL debería considerarse el seguimiento de los valores de lípidos en ayunas y/o la medición directa del colesterol LDL.

Conclusión

Los diferentes períodos de ayuno mostraron poca asociación con los niveles de las subclases de lípidos en una población de la comunidad, lo cual indica que el ayuno para los análisis de rutina de los niveles de lípidos es bastante innecesario.

♦ Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti