Introducción
El estigma hacia las personas obesas es generalizado en los EE. UU. Los obesos son vulnerables a estereotipos negativos, por ejemplo que son haraganes, sin fuerza de voluntad, indisciplinados y poco inteligentes. Estos estereotipos generan prejuicios y discriminación.
Es preocupante que estos estereotipos negativos estén presentes también en el ámbito de la atención de la salud. Numerosos estudios documentan actitudes prejuiciosas de los médicos, las enfermeras y otros profesionales sanitarios hacia los pacientes obesos. Aunque hay muchos estudios sobre este tema, pocas investigaciones analizaron si los médicos podrían ser vulnerables a los prejuicios de los pacientes sobre el peso. Puesto que los dos tercios de los norteamericanos tienen sobrepeso o son obesos, muchos profesionales sanitarios también luchan contra su propio sobrepeso o la obesidad y quizás sus pacientes los perciban de diferente manera que a los médicos más delgados.
Es importante ocuparse de esta brecha notable en la investigación por varios motivos. La relación médico-paciente es esencial para la reducción del riesgo, la prevención de enfermedades y en definitiva para la evolución de la enfermedad del paciente. Cuando se trata de conductas que afectan la salud, como el tabaquismo, el ejercicio, la alimentación y el consumo de alcohol, la interacción médico-paciente es clave para identificar factores de riesgo y para aconsejar a los pacientes sobre acciones terapéuticas apropiadas.
Sin embargo, el grado de eficacia y éxito de estas interacciones quizás se relacione con las conductas reales o percibidas de los médicos con respecto a la salud Por ejemplo, la evidencia sugiere que los médicos cuya frecuencia cardíaca de reposo es más baja son más proclives a recomendar ejercicio a sus pacientes, así como los médicos que no fuman son más proclives a aconsejar a sus pacientes que dejen de fumar.
Un estudio reciente halló que los médicos con índice de masa corporal (IMC) dentro de lo “normal” tienen mayor confianza en su capacidad para aconsejar sobre la alimentación y el ejercicio a sus pacientes obesos que los médicos con IMC más alto. También creen que los pacientes obesos confiarían menos en las recomendaciones para adelgazar de los médicos con sobrepeso u obesos.
Las conductas -saludables o no- de los médicos también se asocian con las percepciones de los pacientes sobre su menor credibilidad. Un estudio halló que es menos probable que los pacientes escuchen a sus médicos si los perciben como poco saludables. Además, estudios experimentales hallaron que los médicos que revelan sus hábitos de salud, alimentación y ejercicio son percibidos como más creíbles y sanos y motivan más a los pacientes que los médicos que no los revelan.
Sin embargo hay pocas investigaciones sobre cuánto el peso del médico puede afectar las percepciones y reacciones del paciente. Un estudio halló que se percibe a los médicos que no son obesos como más idóneos para aconsejar sobre la salud que a los médicos obesos. Otro estudio indicó que los pacientes escuchan más los consejos sobre salud del médico no obeso que del que es obeso. Aún quedan, sin embargo, muchos interrogantes.
Los objetivos de este estudio fueron evaluar las percepciones del público sobre los médicos con peso normal, con sobrepeso u obesidad para saber mejor cómo estas percepciones afectan la relación médico-paciente (la elección de médico, la confianza en él y el cumplimiento de sus recomendaciones). Se postuló que los participantes asignarían una clasificación más negativa a los médicos con sobrepeso u obesos en relación con los de peso normal.
Materiales y métodos
Se creó un relevamiento experimental por Internet para evaluar las percepciones de los participantes y sus opiniones sobre los médicos con peso normal, sobrepeso u obesidad. Los participantes se reclutaron de una base de datos de Internet.
La muestra fue de 358 adultos, quienes inicialmente completaron la información demográfica solicitada y respondieron preguntas generales acerca de sus opiniones sobre las conductas de salud de los médicos (si deben fumar, beber alcohol, hacer ejercicio en forma regular, consumir alimentación balanceada, consultar al médico periódicamente y hacerse análisis una vez al año) y sobre la elección de médico (la importancia al elegir médico, del peso y el aspecto físico de éste).
Después se los asignó aleatoriamente a uno de tres grupos: (grupo 1, médico con peso normal: n = 123, 34%; grupo 2, médico con sobrepeso: n = 117, 33%; grupo 3, médico obeso: n = 118, 33%). Todos llenaron un cuestionario en el que se preguntaban sus opiniones sobre los médicos con peso normal, con sobrepeso u obesos, según el grupo asignado.
Es importante señalar que esta clasificación del peso de los médicos no fue definida objetivamente a los participantes y así, las percepciones de qué constituye ‘peso normal’, ‘sobrepeso’, u ‘obesidad’ podían variar entre ellos.
Para comprender las consecuencias de las percepciones relacionadas con el peso para la relación médico-paciente es más informativo determinar las percepciones subjetivas de los participantes sobre el peso del médico más que su peso real. Lo importante es ver si estas percepciones del paciente influyen en sus sentimientos sobre la relación médico-paciente.
Las restantes preguntas fueron sobre:
- la compasión y la manera de tratar a los pacientes. Se preguntó específicamente hasta qué grado los participantes creían que el médico los escucharía con atención, comprendería sus preocupaciones, comprendería las dificultades para adelgazar, y el grado de comodidad que sentirían al hablar con su médico y expresar preocupaciones sobre su salud.
- el grado de confianza en el médico, si lo recomendarían a sus amigos, si se sienten con libertad para expresar preocupaciones sobre su cuerpo, si tienen dudas sobre la credibilidad del profesional o se sienten cohibidos cuando hablan sobre adelgazar.
- el cumplimiento de las recomendaciones médicas. Las preguntas evalúan si el peso del profesional podría influir sobre el grado de cumplimiento de sus recomendaciones y qué propensión tendrían a creer el diagnóstico del médico y a creer que éste podría tener un plan eficaz para ayudar al paciente a adelgazar.
-los prejuicios explícitos sobre el peso. Los participantes completaron la Escala de Fobia a la obesidad (Fat Phobia Scale), que determina los prejuicios explícitos sobre el peso.
Resultados
Los participantes que debieron responder preguntas que describían médicos con sobrepeso u obesos refirieron más propensión a cambiar de médico que los participantes que respondieron preguntas sobre médicos con peso normal. Estos prejuicios fueron independientes del peso de los pacientes. Asimismo, la confianza y la credibilidad en los médicos fueron significativamente menores para los médicos presentados como con sobrepeso u obesidad que para los médicos con peso normal. Los participantes informaron mayor probabilidad de seguir las recomendaciones del médico si éste tenía peso normal que si tenía sobrepeso u obesidad.
Los participantes que expresaron más prejuicios sobre el peso (mayores puntuaciones de fobia a la obesidad) informaron asimismo mayores niveles de confianza y credibilidad y observancia de las recomendaciones médicas ante un médico con peso normal, pero menos confianza y credibilidad y menor observancia de las recomendaciones médicas ante un médico obeso.
Discusión
"Hay un prejuicio negativo hacia los médicos con sobrepeso u obesos"
Hasta donde se sabe, este es el primer estudio que evalúa experimentalmente las percepciones sobre los médicos con peso normal, sobrepeso u obesidad y cómo estas percepciones y las actitudes personales sobre las personas obesas afectan las opiniones sobre la relación médico-paciente, tales como la elección de médico, la confianza en el mismo y la observancia de sus recomendaciones.
Los datos mostraron que hay un prejuicio negativo hacia los médicos con sobrepeso u obesos. Los participantes informaron más desconfianza hacia estos profesionales, menos inclinación a seguir sus recomendaciones y más probabilidades de cambiar de médico si el suyo tenía sobrepeso u obesidad, en relación con los médicos con peso normal, que obtuvieron opiniones más favorables de los participantes. Estos prejuicios fueron independientes del peso de los participantes.
Mientras que se comprobó que los profesionales sanitarios tienen actitudes negativas hacia sus pacientes obesos, este estudio indica que si ellos sufren exceso de peso también pueden ser vulnerables a prejuicios de parte de los pacientes. Investigaciones anteriores muestran que si los profesionales son modelos de conductas de salud esto puede tener consecuencias importantes para la adopción de conductas saludables de los pacientes. Los datos de este estudio sugieren lo mismo.
Los esfuerzos para disminuir el estigma del peso entre los profesionales sanitarios hicieron hincapié en la importancia de desafiar los estereotipos y reconocer la compleja etiología de la obesidad, determinada por múltiples factores genéticos, biológicos y ambientales, más que sólo por fuerza de voluntad o disciplina para tener hábitos de vida más saludables.
Quizás se necesiten enfoques similares para educar a los pacientes (y al público en general) sobre los prejuicios acerca del peso, a fin de evitar estereotipos que en definitiva amenazan las interacciones médico-paciente.
Los datos de este estudio generan nuevas preguntas a investigar. En primer lugar, no es evidente si el peso del médico afectaría el cumplimiento de todas las recomendaciones, no sólo de las relacionadas con el adelgazamiento del paciente y sus conductas con respecto a la salud.
Podría ser que los prejuicios hacia los médicos obesos sean más pronunciados para las recomendaciones específicas sobre la salud relacionada con el peso, pero menos para las recomendaciones sobre otros aspectos de la salud. En segundo lugar, sería también importante investigar si se observan los mismos datos acerca de las enfermeras, las nutricionistas, las psicólogas y otros profesionales sanitarios obesos.
Por último también sería importante investigar si las actitudes difieren según que el profesional sea varón o mujer o entre los padres que procuran tratamiento para niños con problemas alimentarios y relacionados con el peso.
En conclusión, este estudio sugiere que los profesionales sanitarios con sobrepeso u obesidad pueden ser vulnerables a actitudes prejuiciosas de los pacientes y que el exceso de peso de los médicos puede afectar lo que los pacientes perciben sobre su credibilidad, su confiabilidad y su inclinación a seguir las recomendaciones médicas.
Dado que tanto pacientes como médicos luchan contra el exceso de peso y que la estigmatización de la obesidad sigue siendo una forma socialmente aceptable de prejuicio, se necesitan esfuerzos para disminuir los prejuicios sobre el peso en el ámbito de la atención de salud a fin de contribuir a eliminar las barreras que pueden interferir con la relación médico-paciente.
♦ Resumen y comentario objetivo: Dr. Ricardo Ferreira