Infarto de miocardio con elevación del segmento ST

Reducen el tiempo hasta la reperfusión con la realización de un ECG prehospitalario

La realización de un electrocardiograma prehospitalario se asoció con una reducción en 10 minutos del tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón para la reperfusión en las personas con infarto de miocardio con elevación del segmento ST.

Autor/a: Dres. Mumma B, Kontos M, Diercks D y colaboradores

Fuente: American Heart Journal, Abr 2014

Introducción

Se estima que aproximadamente 250 000 pacientes experimentan un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IMEST) por año en los Estados Unidos, y el mayor tiempo transcurrido hasta la realización de la reperfusión se asoció con un aumento en la mortalidad y la morbilidad. La American Heart Association establece como objetivo que el tiempo ideal transcurrido entre el primer contacto médico por un IMEST y el transporte a un centro capacitado para realizar intervención coronaria percutánea (ICP) para el logro de la reperfusión sea de 90 minutos. Sin embargo, este propósito se consigue sólo en una minoría de los casos. La realización de un electrocardiograma (ECG) prehospitalario reduce el tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón en la angioplastia y puede mitigar los efectos de los tiempos de transporte prolongados de los servicios médicos de emergencias. Los autores se propusieron evaluar la relación entre la realización de un ECG prehospitalario y la distancia desde el hogar del paciente hasta el centro capacitado para efectuar una ICP sobre el tiempo de reperfusión en el IMEST. La hipótesis de estudio fue que la realización de un ECG prehospitalario puede asociarse con un menor tiempo hasta la insuflación del balón para lograr la reperfusión.

Métodos

El diseño del estudio fue retrospectivo, de cohorte y utilizaron los datos del registro National Cardiovascular Data Registry (NCDR) ACTION Registry-Get With The Guidelines (GWTG). Este registro está auspiciado por el American College of Cardiology y la American Heart Association, y se centra en los pacientes con infarto de miocardio. Se incluyeron los pacientes con IMEST incorporados en el registro entre el 1 de julio de 2008 y el 30 de septiembre de 2012, que fueron transportados por el servicio médico de emergencias directamente desde la escena del hecho hasta un centro especializado en ICP.

El criterio principal de valoración fue el tiempo entre el primer contacto médico y el cateterismo cardíaco para resolver mecánicamente la lesión con todos los dispositivos utilizados para el tratamiento del IMEST. Los participantes se clasificaron según el momento de llegada al hospital en los que se presentaron durante las horas laborales y los que lo hicieron fuera de ellas.

Se describieron las características demográficas y basales. La distancia entre el hogar del paciente hasta el centro especializado en ICP se clasificó en tertiles y el criterio principal de valoración se comparó entre los grupos con ECG prehospitalario y los que no lo tuvieron en cada tertil. Las variables categóricas se compararon con la prueba de Chi al cuadrado y, las continuas, con la prueba de Kruskal-Wallis entre los grupos con ECG prehospitalario y los que no lo tuvieron. A fin de determinar si hubo una interacción entre la realización de un ECG prehospitalario y la distancia desde el hogar del paciente hasta la reperfusión, se utilizaron modelos de regresión lineal, ajustados y no ajustados.

Resultados


De los 29 506 pacientes con IMEST, 19 690 (67%) contaron con un ECG prehospitalario. Las características basales de los participantes sometidos a un ECG prehospitalario y los que no lo tuvieron fueron similares; aunque en estos últimos se observaron más comorbilidades. La mediana del tiempo hasta la insuflación del balón para la reperfusión fue de 82 minutos para los que contaban con un ECG prehospitalario y de 92 minutos para los que no lo tuvieron (p < 0.0001). Entre los pacientes con un ECG prehospitalario, el 64% cumplió con el objetivo de 90 minutos entre el primer contacto médico y la insuflación del balón en comparación con el 47% de los que no lo tuvieron (p < 0.0001).

La mediana entre la distancia del hogar del paciente hasta el centro especializado en ICP fue de 11 millas (rango de intercuartiles 5.8 a 21.5 millas) para los individuos que contaban con un ECG prehospitalario y de 9.9 millas para los que no lo tuvieron. El ECG prehospitalario se asoció con una reducción de 10 minutos en el tiempo hasta la reperfusión, con insuflación del balón (p <0.0001), que fue congruente entre los tertiles (11 minutos para el primer tertil contra 11 minutos para el segundo tertil contra 10 minutos para el tercer tertil). La asociación entre el ECG prehospitalario y el tiempo más corto entre el primer contacto médico y la insuflación del balón se acortó en 0.8 minutos por cada 10 millas de incremento en la distancia (p = 0.0002) en el modelo lineal no ajustado. Luego del ajuste, la asociación fue similar (0.7 minutos por cada 10 millas de incremento en la distancia (p = 0.0010).

Fuera del horario laboral, la mediana del tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón fue de 91 minutos en comparación con 74 minutos en el horario laboral. En las regresiones lineales, el ECG prehospitalario se asoció con tiempos más cortos entre el primer contacto médico y la insuflación del balón, con una disminución promedio de 11 minutos durante las horas laborales y de 9.8 minutos durante las no laborales. La asociación persistió luego del ajuste (10.7 minutos durante las horas laborales contra 8.9 minutos fuera del horario laboral). Durante las horas laborales, la asociación entre el ECG prehospitalario y el tiempo más corto entre el primer contacto médico y la insuflación del balón se atenuó en 1.4 minutos por cada 10 millas de incremento en la distancia desde el hogar del paciente (p < 0.0001); mientras que no hubo modificaciones durante las horas no laborales (p = 0.19). El análisis ajustado arrojó resultados similares.

La mediana entre el primer contacto médico y la insuflación del balón en las mujeres fue de 89 minutos, en comparación con 84 minutos en los hombres. El ECG prehospitalario se realizó en el 64% de las mujeres y el 68% de los hombres. Entre los hombres, la realización de un ECG prehospitalario se vinculó con un tiempo 10 minutos más corto entre el primer contacto médico y la insuflación del balón; la asociación se acortó en 0.7 minutos por cada incremento de 10 millas (p = 0.01). En las mujeres, el ECG prehospitalario se relacionó con 12.2 minutos menos en el tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón; la asociación se atenuó en 1.1 minutos por cada incremento en 10 millas en la distancia (p = 0.01). Los resultados fueron similares luego del ajuste.

Discusión

Los autores señalan que los resultados de su estudio demostraron que la realización de un ECG prehospitalario se asoció con una reducción de 10 minutos en el tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón. Esta asociación fue relativamente constante entre los distintos incrementos de las distancias desde el hogar del paciente hasta el centro especializado en ICP y no se modificó significativamente en las personas que se presentaron fuera de las horas laborales. La reducción encontrada entre el primer contacto médico y la insuflación del balón fue clínicamente significativa, pero inferior a la documentada con anterioridad, probablemente debido a la heterogeneidad en los sistemas médicos de emergencias y a las prácticas hospitalarias en una gran muestra nacional.

Se comprobó que en las mujeres con IMEST se realizaron menos ECG prehospitalarios, hubo mayores intervalos entre el traslado de los sistemas médicos de emergencia y la llegada al hospital y un período más prolongado hasta la insuflación del balón en comparación con los hombres con el IMEST. Los datos obtenidos en esta investigación van en ese sentido. Sin embargo, el hallazgo de una reducción en el tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón asociada con la realización de un ECG fue superior en las mujeres, lo cual indica que el uso de un ECG prehospitalario y el reconocimiento temprano de un IMEST son pasos importantes para mejorar los procesos de atención de las mujeres.

Conclusión

La realización de un ECG prehospitalario se asoció con una reducción en 10 minutos en el tiempo entre el primer contacto médico y la insuflación del balón para la reperfusión en las personas con IMEST. La distancia desde el hogar del paciente hasta el centro especializado en ICP no se vinculó con este intervalo de tiempo; mientras que la presentación por fuera de los horarios laborales se relacionó con intervalos más prolongados.

♦ SIIC -
Sociedad Iberoamericana de Información Científica