La depresión y respuesta neuroendócrina

El escitalopram modificó la curva de secreción diurna de cortisol

Los efectos terapéuticos de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina podrían vincularse con la corrección del ritmo de secreción diurno de cortisol

Autor/a: Ronaldson A, Carvalho L, Steptoe

Fuente: Psychopharmacology 235(12):3415-3422, Dic 2018

Introducción y objetivos

 Entre los trastornos asociados con el estrés se encuentra la depresión. En presencia de depresión se observa déficit serotoninérgico e hiperactividad del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HHA). Ambas características se vinculan entre sí y están implicadas en la aparición de la enfermedad.

El funcionamiento del eje HHA se ve reflejado en el nivel de cortisol. Los resultados de diferentes estudios acerca del efecto de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) sobre el nivel de cortisol no son concluyentes, lo cual podría asociarse con la calidad metodológica del estudio.    

 La secreción de cortisol tiene un patrón diurno, con niveles elevados al despertar que alcanzan un nivel máximo transcurridos 30 minutos.

Este aumento es denominado respuesta del cortisol al despertar (RCD) y es seguida por una disminución del nivel durante el transcurso del día, que alcanza un nadir cerca de la medianoche. No obstante, en los estudios generalmente se efectúa una medición que no toma en cuenta el patrón diurno de secreción. Esto dificulta la evaluación del efecto de los ISRS sobre la función del eje HHA.

La desregulación del eje HHA puede vincularse con disminución de la amplitud del patrón diurno, disminución o aumento de la RCD, o un cambio de la cantidad total de cortisol secretada en el día.

En pacientes con depresión se observó una desregulación del eje HHA. Dicha desregulación se caracteriza por la disminución o el aumento de la RCD, entre otros hallazgos.

Los ISRS normalizarían la desregulación del patrón de secreción diurno de cortisol, aunque la información disponible al respecto es limitada. Los ISRS afectarían el patrón de secreción de cortisol tanto en pacientes con depresión como en individuos con riesgo elevado para padecerla.

Concretamente, en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) y en familiares de primer grado de dichos pacientes se observó que el tratamiento con ISRS disminuye el área bajo la curva (ABC) y los niveles de cortisol al despertar. No obstante, en algunos casos, dichos hallazgos coincidieron con la remisión sintomática.

Debe tenerse en cuenta que tanto los síntomas depresivos como los efectos biológicos de los trastornos serotoninérgicos pueden modificar los niveles de cortisol. El presente estudio se llevó a cabo en voluntarios sanos con el

objetivo de evaluar los efectos a corto plazo del tratamiento con ISRS sobre la función del eje HHA. También se evaluaron las influencias del sexo sobre los resultados del tratamiento con ISRS.

Pacientes y métodos

Los autores emplearon información incluida en el Stress Pathways Study, realizado con el fin de evaluar los efectos del tratamiento farmacológico con 10 mg de escitalopram sobre la respuesta al estrés en 70 voluntarios sanos de 18 a 65 años.

El tratamiento tuvo una duración de 7 días y se administró en horario matutino. También se incluyó un grupo placebo. La medición del nivel de cortisol diurno tuvo lugar en muestras de saliva, luego de 6 días de tratamiento.

El análisis final tuvo lugar en 32 pacientes que recibieron escitalopram y 32 pacientes que recibieron placebo. Inicialmente, los participantes fueron evaluados con el fin de conocer su composición corporal y sus características demográficas y psicosociales.

Luego, se administró la medicación correspondiente para su toma matutina durante los 7 días siguientes. Además, los pacientes recibieron un kit para la toma de una muestra de saliva el día 6 de tratamiento, con el fin de analizar el nivel de cortisol.

Se suministraron 7 tubos para la recolección de muestras de saliva en diferentes momentos del día: al despertar, a los 30 minutos desde el despertar, a las 10:00 horas, a las 16:00 horas, a las 20 horas y en el momento de acostarse.

Los pacientes recibieron, además, un registro diario a ser completado con el fin de recabar información sobre factores que pueden afectar los niveles de cortisol, como el ejercicio, el estado de ánimo o el estrés. Los niveles salivales de cortisol fueron evaluados mediante inmunoensayo con fluorescencia. Los autores calcularon la RCD, el ABC del cortisol y el perfil de secreción.

Los factores estresantes psicológicos evaluados incluyeron los síntomas depresivos, la ansiedad y la afectividad positiva. Dicha información se recabó mediante la aplicación del Beck  Depression Inventory (BDI)-II, la Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) y la Positive and Negative Affect Scale (PANAS).

Los factores demográficos de interés incluyeron la edad, el sexo, el origen étnico, el índice de masa corporal (IMC), el tabaquismo y el nivel educativo de los padres. Este último parámetro fue empleado como indicador del nivel socioeconómico. También se tuvo en cuenta el uso de anticonceptivos hormonales.

La comparación de los grupos desde el punto de vista demográfico tuvo lugar mediante análisis de varianza (ANOVA) y pruebas de chi al cuadrado.

Los factores psicológicos se analizaron mediante análisis de covarianza (ANCOVA) que incluyeron la consideración del tratamiento y el sexo. Los niveles se significancia fueron definidos en un valor p < 0.05. Los análisis tuvieron lugar mediante el programa SPSS, versión 22.0.  

Resultados     

Los participantes tenían una edad de 18 a 33 años. El 62.5% fue de sexo femenino. La mayoría tenía un IMC menor de 25 kg/m2 y un nivel socioeconómico elevado. El 53.1% de los participantes era caucásico. El puntaje inicial del BDI-II indicó la presencia de depresión en algunos participantes.

Un participante obtuvo un puntaje mayor de 19, lo cual coincide con depresión clínica probable. La subescala de ansiedad de la HADS arrojó puntajes mayores o iguales a 11 en 5 participantes. Dicho puntaje coincide con la presencia de ansiedad. Estos participantes no fueron incluidos en el análisis de sensibilidad.

No se observaron diferencias significativas entre ambos grupos al analizar los parámetros evaluados al inicio del estudio. No obstante, los hombres incluidos en el grupo tratado con escitalopram tuvieron una edad menor en comparación con los hombres que recibieron placebo.

Con el fin de esclarecer el papel del estrés sobre los efectos del tratamiento farmacológico, los autores evaluaron el nivel de depresión, ansiedad y afectividad positiva en el día 7 de seguimiento.

Los resultados obtenidos indicaron la ausencia de diferencias al respecto entre los grupos tratados con escitalopram o placebo. Tampoco se observó un efecto del sexo sobre el nivel de depresión, ansiedad y afectividad positiva. El ABC del cortisol no se vio afectada por el tratamiento farmacológico o el sexo.

 En cuanto a la RCD, el tratamiento administrado no tuvo efecto alguno, en tanto que las mujeres presentaron una RCD más pronunciada en comparación con los hombres. Esto se observó en ambos grupos. No se verificó una influencia del tratamiento o el sexo sobre la variación del nivel de cortisol en el grupo de pacientes de sexo masculino.

En cambio, en el grupo de mujeres se observó un aumento más acentuado del nivel de cortisol ante la administración de escitalopram que con la administración de placebo.

En coincidencia, el escitalopram tuvo un efecto significativo sobre los niveles de cortisol al despertar, que fueron superiores entre las mujeres que recibieron el fármaco, en comparación con lo observado ante la administración de placebo. El tratamiento no modificó los niveles nocturnos.

Discusión

De acuerdo con los resultados obtenidos, las mujeres que recibieron escitalopram presentaron gradientes más acentuados de aumento del nivel de cortisol, en comparación con las mujeres que recibieron placebo. Dicha diferencia no se relacionó con el nivel de estrés o el estado de ánimo.

En consecuencia, los resultados se deberían a los efectos biológicos directos del escitalopram sobre la función del eje HHA.

La modificación del gradiente de aumento del nivel de cortisol coincidió con un incremento del nivel de cortisol al despertar. Los mecanismos de afectación de la función del eje HHA generada por el cortisol en las participantes de sexo femenino se vincularían con el sistema serotoninérgico.

Es sabido que los agonistas serotoninérgicos inducen la secreción de cortisol.

En consecuencia, los ISRS actuarían sobre el nivel de cortisol al aumentar el nivel de serotonina y su acción sobre los receptores serotoninérgicos. Según los datos disponibles, el núcleo paraventricular del hipotálamo posee receptores serotoninérgicos cuya activación aumenta el nivel de la hormona liberadora de corticotrofina (CRH) y, en consecuencia, la actividad del eje HHA.

Los ISRS también modificarían los niveles de melatonina, lo cual se asociaría con la modificación del nivel de cortisol al despertar observada en el presente estudio. El escitalopram también afectaría al eje HHA en forma directa, mediante el aumento de la sensibilidad de los receptores de glucocorticoides y mineralocorticoides.

Es probable que la modificación del gradiente de aumento del nivel de cortisol observada en mujeres tratadas con escitalopram se asocie con el incremento de la sensibilidad de los receptores corticosteroides.

Este hallazgo puede vincularse con el incremento de la secreción diurna de cortisol observado en mujeres, posiblemente debido al efecto de los estrógenos. También existirían diferencias relacionadas con la expresión de los receptores 5-HT1A según el sexo. La estimulación de dichos receptores generada por la serotonina genera un aumento de la secreción de cortisol. Las mujeres serían más sensibles a dicho efecto.

Mientras que los estrógenos potenciarían la estimulación de los receptores 5-HT1A, la testosterona la disminuiría. Finalmente, se halló una respuesta más favorable a los ISRS entre las mujeres con depresión, en comparación con los hombres. Esto podría vincularse con los efectos estrogénicos. El aplanamiento de la curva de secreción de cortisol se asoció con la presencia de depresión.

Es posible que la acentuación del gradiente de aumento de dicha secreción observada en mujeres tratadas con ISRS se asocie con los efectos terapéuticos de los fármacos. Es necesario contar con estudios adicionales al respecto.

Entre las limitaciones del presente estudio, los autores mencionaron la inclusión de una cantidad mayor de mujeres que de hombres. Además, la mayoría de los participantes fueron estudiantes universitarios sanos, con un nivel socioeconómico elevado.

Esto reduce la generalización de los resultados. Por último, la medición del nivel de cortisol tuvo lugar en el transcurso de un solo día, con lo cual la secreción diurna podría haber estado afectada por factores situacionales.

Conclusión

  • El tratamiento con escitalopram durante 6 días generó un incremento del gradiente de aumento del nivel de cortisol en mujeres sanas, mediado por el aumento del nivel de cortisol al despertar.
     
  • La depresión se asocia con un aplanamiento del ritmo de secreción de cortisol.
     
  • En consecuencia, los efectos terapéuticos de los ISRS podrían vincularse con la corrección del ritmo de secreción diurno de cortisol.

SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica