Eficacia y seguridad

Pregabalina en el control del dolor neuropático

En el control del dolor neuropático, la pregabalina es eficaz en disminuir, de manera significativa, el dolor crónico moderado o grave y las alteraciones del sueño asociadas. Asimismo, aumenta el porcentaje de pacientes que experimentan una reducción sustancial en la intensidad del dolor

Autor/a: Parsons B, Fujii K, Whalen E y colaboradores

Fuente: Journal of Pain Research 12(-):1061-1068, Mar 2019

Introducción

En el control del dolor neuropático –que experimenta el paciente con neuropatía diabética periférica (NDP), lesión en la médula espinal o neuralgia posherpética (NPH)–, se ha comprobado, a nivel mundial, la eficacia –en el contexto de un adecuado perfil de seguridad– de la pregabalina, fármaco que interacciona con la subunidad alfa 2-delta.

En este sentido, es importante mencionar que la capacidad analgésica de la pregabalina para contrarrestar la sensación nociceptiva provocada por la presencia de una enfermedad o lesión en el sistema somatosensorial ha conducido a su prescripción, en los Estados Unidos y Europa, para el tratamiento del dolor neuropático en pacientes que presentan los cuadros clínicos antes mencionados y, en Japón, en la terapia del dolor neuropático periférico y central.

En particular, se ha observado en una serie de ensayos clínicos efectuados en personas con NDP que la pregabalina logra una reducción mayor del dolor neuropático grave y de las alteraciones del sueño que suelen presentar estos pacientes, respecto de su efecto en el control del dolor de intensidad moderada.

Cabe destacar que la gravedad de las alteraciones del sueño y la disminución de la capacidad funcional y el estado de salud general aumentan en conjunción con la agudización del dolor neuropático, lo cual redunda en mayor costo socioeconómico (reducción de la productividad laboral) y para los servicios de salud, y un aumento en el requerimiento de fármacos en el control de este tipo de dolor.

Por ello, es fundamental la prescripción de un tratamiento eficaz, si se considera que los pacientes con dicho cuadro no suelen recibir la terapia adecuada; tanto los individuos de origen asiático como las personas del hemisferio occidental presentan, de manera predominante, cuadros graves o moderados de dolor neuropático, de naturaleza crónica, respecto de aquellos que experimentan dolor leve.

Si bien se ha determinado que la pregabalina puede controlar dichos cuadros en los pacientes de ambas poblaciones, los cuales presentan las alteraciones antes mencionadas y una disminución sustancial en su calidad de vida, resulta fundamental evaluar si elementos característicos de estas poblaciones (aspectos culturales y factores biológicos) pueden condicionar la eficacia del fármaco.

En este sentido, el objetivo del presente trabajo fue evaluar la eficacia de la pregabalina en el control del dolor neuropático crónico, de naturaleza moderada o grave, en pacientes japoneses.


Métodos

La población bajo estudio comprendió individuos con dolor neuropático derivado de NDP o NPH, o de la presencia de lesión en la médula espinal, de intensidad promedio ≥ 4 puntos en los valores registrados, durante el intervalo de 1 semana, mediante la utilización de la escala de calificación numérica de 11 puntos (NRS-11, por su sigla en inglés), en la que se consideró un rango de 0 a 10 (dolor de mayor intensidad).

En la evaluación participaron pacientes de edad ≥ 18 años, que presentaron dolor neuropático provocado por una lesión completa o incompleta de la médula espinal a nivel de las vértebras C2- T12, o por una polineuropatía sensoriomotora de localización distal y simétrica, asociada con diabetes tipo 1 o 2 (duración ≥ 1 año) (NDP), o derivado de la existencia precedente del sarpullido de herpes zoster (NPH), de naturaleza crónica (se extendió por un período ≥ 3 meses, luego de la resolución del sarpullido).

En particular, en el proceso de tamizaje y asignación aleatoria de individuos a los tratamientos se eligieron aquellos que experimentaron dolor neuropático de intensidad ≥ 40 mm, de acuerdo con la escala visual analógica (rango 0 a 100 mm) del cuestionario de dolor de McGill (n = 742 individuos de entre 65 y 69 años, de los cuales el 65.2% fueron hombres).

Se procedió entonces a la titulación de la dosis de pregabalina en los distintos grupos de tratamiento: dosis diaria de 150 mg, titulada a 300 mg o 600 mg, en el intervalo de 1 o 4 semanas de acuerdo con el cuadro clínico presente, en forma respectiva, NDP/ NPH o lesión en la columna vertebral (en estos pacientes se administró, en primera instancia, la menor dosis durante 7 días).

Al intervalo de titulación siguió un período de utilización de pregabalina en dosis diarias fijas, separadas en dos tomas, durante 12 semanas. El grupo control de los tratamientos recibió placebo.

La eficacia de la pregabalina se evaluó mediante la modificación de los valores promedios, obtenidos durante el ensayo, en la calificación del dolor (pacientes con lesión en la médula espinal), o bien el puntaje promedio obtenido a partir de la determinación de la intensidad del dolor, en la última semana del estudio (NDP y NPH).

Asimismo, se valoró el efecto de la pregabalina en la interferencia del sueño (determinación mediante NRS-11) y la percepción del paciente respecto de la eficacia del tratamiento, por medio del cuestionario PGIC(patient global impression of change [rango de 1 a 7: disminución o agudización significativa del dolor, respectivamente]).

En el análisis estadístico se aplicó ANOVA y un modelo de regresión logística.


Resultados

De acuerdo con las observaciones efectuadas, la pregabalina, respecto del placebo, fue eficaz en disminuir la intensidad del dolor en pacientes que presentaban puntajes ≥ 4 a < 7 en la escala NRS-11 o valores comprendidos entre 7 y 10 puntos, es decir, en cuadros de dolor neuropático moderado o grave, respectivamente.

Esto permitió que, en el 20% al 30% de estos individuos, el dolor crónico se redujera a una categoría inferior. En este sentido, se observó un efecto sustancial de la pregabalina en pacientes con dolor neuropático grave, en los que se registró una disminución de la sensación nociceptiva a un cuadro leve.

Cabe destacar que la respuesta a la terapia con el fármaco (reducción ≥ 30% en el valor del dolor promedio) se corroboró en un porcentaje significativo de pacientes con dolor moderado o grave (p < 0.05 [respecto del placebo]) y, en particular, esta significación se mantuvo en individuos con cuadros graves de dolor neuropático, al considerar una reducción igual o superior al 50% en la calificación del dolor.

En concordancia, se registraron, en ambos grupos de intensidad del dolor, los siguientes cambios con significación estadística: disminución de los puntajes promedios que calificaban la interferencia del sueño (p < 0.0001) y aumento del porcentaje de pacientes que manifestaban la eficacia del tratamiento, mediante la asignación de valores ≤ 2 puntos en el cuestionario PGIC (p < 0.05 y p < 0.01, en la determinación del dolor moderado o grave, respectivamente, luego del uso del fármaco, en comparación con el placebo).

Es importante mencionar que la proporción de casos de dolor neuropático moderado o grave, previo al inicio de la terapia, fue equivalente entre los grupos de pacientes asignados al tratamiento con pregabalina o a placebo, con un predominio de cuadros de dolor moderado (determinado en el 69.1% de la población estudiada).

Asimismo, la interferencia del sueño presentó mayor significación estadística en los valores de la escala NRS-11 en pacientes con dolor neuropático grave, respecto de los casos de dolor de intensidad moderada, antes del inicio del tratamiento con el fármaco.

Los efectos adversos frecuentes, derivados del uso de la pregabalina, fueron: edema periférico, somnolencia, mareos y aumento de peso, los cuales afectaron a ≥ 10% de pacientes, cifra que duplicó la incidencia registrada en el grupo placebo.

Por otra parte, se produjo mayor interrupción del tratamiento debido a efectos secundarios asociados con la utilización de la pregabalina, en particular en los pacientes que recibían dosis diarias más elevadas del fármaco: luego de la administración de 150 mg, 300 mg o 600 mg, se registró la interrupción en el 4.7%, 12.4% y 18.9% de los individuos de los grupos de dosis respectivos (en comparación con la interrupción del 3.9% observada en el grupo placebo).


Discusión

De acuerdo con los resultados del presente trabajo, un porcentaje significativo de pacientes bajo tratamiento con pregabalina durante 13 a 16 semanas, respecto del placebo, experimentó una reducción en el dolor neuropático ≥ 30%; dicho fármaco permitió que la intensidad del dolor (moderado o grave) disminuyera a una categoría inferior (dolor crónico leve).

En concordancia, se registró una percepción positiva respecto de la eficacia de la pregabalina, puesto de manifiesto en los menores puntajes de PGIC y una disminución en la interferencia del sueño asociada con el cuadro de dolor neuropático. Por otra parte, se produjo una incidencia escasa de efectos adversos derivados de la utilización de pregabalina.


Conclusión

La pregabalina permitió disminuir, de manera significativa, la intensidad del dolor neuropático y las alteraciones del sueño asociadas en pacientes japoneses con cuadros moderados o graves de dolor crónico derivado de NDP o NPH, o por lesión en la médula espinal. Dicho fármaco mostró un perfil de seguridad adecuado.

SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica