Además de ser el factor más influyente en la insatisfacción de los pacientes con su intervención (según han demostrado diversos estudios), las náuseas y los vómitos postoperatorios pueden también prolongar la recuperación y la estancia hospitalaria e incluso influir negativamente en los resultados de la cirugía. A pesar de ello, muchos médicos no se toman lo suficientemente en serio este hecho, ya que entienden que es un trastorno pasajero y de poca relevancia.
En este estudio, publicado en "JAMA", se señala que ser mujer, joven, no fumador y tener historia previa de NVPO son los rasgos de predisposición a padecer NVPO, y que estos trastornos disminuyen con la edad y por el hecho de ser fumador. En cuanto al tipo de intervención, hay ciertos procedimientos que causan una elevada incidencia, como determinadas intervenciones de neurocirugía, cirugía ocular, otolaringológica, laparoscopia y laparotomía.
A través de la evaluación de todos estos factores de riesgo potenciales (del paciente y de la propia cirugía) puede diseñarse una estrategia orientada a reducir la incidencia de NVPO. Los pacientes con uno o dos de estos factores son considerados de riesgo leve a moderado, y una dosis única de un antiemético (droperidol, escopolamina o dexametasona) puede ser efectiva. Los que presentan más de cuatro factores son considerados de alto riesgo y deberían recibir una combinación de antieméticos.
Otras opciones preventivas van desde la administración adicional de oxígeno durante la intervención (para mantener una hidratación adecuada) a la reducción del estrés previo mediante fármacos. Los investigadores también barajan el empleo de acupuntura, que se ha demostrado efectiva en cirugía mayor de mama.
Webs Relacionadas
Duke University Medical Center
http://www.mc.duke.edu/i
JAMA
http://jama.ama-assn.org/