Los autores explican que la pérdida de peso es un objetivo para todas las personas obesas, dado que mejora muchos indicadores de salud, entre ellos la presión arterial y los niveles de colesterol. Sin embargo, creen que mejorar la función sexual es algo mucho más "tangible" que esos otros parámetros.
En el estudio, los participantes fueron asignados aleatoriamente al programa de ejercicio o a recibir únicamente información general sobre dieta y ejercicio. Al cabo de dos años, los pacientes del primer grupo habían logrado una pérdida de peso significativa, además de reducir sus niveles de colesterol y sus cifras tensionales. Además, el 31% de este grupo recuperó su función sexual, frente a sólo el 3% del segundo grupo.
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JAMA
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