Pues bien, un artículo publicado en "Medicina Clínica" (2004; 123: 739-742) muestra que con la prescripción de condroitín sulfato como tratamiento sintomático de la artrosis de rodilla se ha observado que algunos pacientes con psoriasis concomitante mejoraban notablemente de las lesiones cutáneas.
En concreto, el equipo de investigadores describió los resultados clínicos y anatomopatológicos correspondientes a las placas eritematodescamativas e hiperqueratósicas de 3 pacientes adultos con gonartrosis bilateral y psoriasis de larga evolución, caracterizada por grandes placas eritematosas, descamativas e hiperqueratósicas y rebeldes a diversos tratamientos. Los pacientes recibieron 800 mg/día de condroitín sulfato para tratar su artrosis durante 2 meses y se realizaron biopsias cutáneas antes y después del tratamiento.
La comparación de los resultados histopatológicos revelaron una diferencia superior al 50% en la disminución del grosor de la epidermis (espesor total, espesor desde la capa basal hasta el inicio de la córnea y espesor de la capa córnea), así como una reducción del índice de proliferación celular de los queratinocitos del 70% en 2 pacientes y del 20% en el tercero. Asimismo, el grado de actividad de la psoriasis también disminuyó y los 3 pacientes, con extensa paraqueratosis inicial, mostraron una queratinización ortoqueratósica predominante con áreas focales de paraqueratosis. En ningún caso se observó un empeoramiento histológico de las lesiones con el tratamiento con el condroitín sulfato.
Según afirman los autores en sus conclusiones, “la confirmación de estos resultados preliminares en futuros ensayos clínicos podría suponer un importante avance en el arsenal terapéutico para los pacientes con psoriasis, dado el excelente perfil de seguridad de este fármaco”.
Aproximadamente 2 semanas después de haber empezado el tratamiento con el condroitín sulfato, además de mejora del dolor y de la función articular, los 3 pacientes refirieron una mejoría clínica de la psoriasis que continuó progresando a lo largo del tratamiento, con sensación de bienestar en la piel, aumento notable en la hidratación de las lesiones, disminución del enrojecimiento y de la sensación de ardor, menor descamación, menor hiperqueratosis, reducción espectacular de las placas hiperqueratósicas, blanqueo notable de las lesiones prácticamente total en uno de los casos y curación de las grietas en los pies de uno de los pacientes.
Para los autores, la posibilidad de utilizar el condroitín sulfato para el tratamiento de la psoriasis sería “clínicamente relevante, dadas la prevalencia de esta enfermedad crónica de base inmunológica (1,17-1,43% en España), las dificultades de tratamiento, la duración variable de las fases de remisión, su curso imprevisible y la importante repercusión en la calidad de vida del paciente”. Además, destacan que, de confirmarse estos resultados en un número mayor de pacientes, el condroitín sulfato presentaría un especial beneficio en pacientes que sufren concomitantemente artrosis y psoriasis, ya que se ha descrito que los analgésicos y/o AINE presentan, como uno de sus efectos secundarios, la inducción de brotes psoriásicos o el empeoramiento de una psoriasis preexistente.
En cualquier caso, los investigadores recuerdan que “estos resultados deben contemplarse con la reserva que merecen las observaciones clínicas inesperadas, si bien en la mayoría de las ocasiones estas circunstancias constituyen el punto de partida para investigaciones ulteriores”. En todos los pacientes se observó una recaída de la psoriasis, que volvió a su situación inicial, 3 y 5 semanas después de la finalización del tratamiento con el condroitín sulfato.
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