Un diagnóstico que angustia a los padres

Soplos cardíacos: en los chicos, la mayoría de las veces son benignos

Se presentan en el 70% de los niños con corazones sanos y no requieren tratamiento

Después de algunos minutos de concentrada auscultación, el médico pone su mejor cara y dice: "Su hijo [o hija] tiene un soplito...".

La noticia es siempre sinónimo de angustia, porque en el imaginario colectivo un soplo al corazón está asociado necesariamente con una enfermedad cardíaca. Sin embargo, la mayoría de las veces no es así, y una vez alcanzado un buen diagnóstico diferencial no es necesario aplicar ninguna clase de terapia.

"Hasta el 70% de los chicos con un corazón sano puede tener un soplo cardíaco -explica el doctor Horacio Capelli, jefe de Cardiología del hospital Juan P. Garrahan-. En estos casos, se habla de un soplo benigno, funcional o inocente. Pero yo prefiero llamarlos soplos normales, porque es lo que más tranquiliza a la gente."

El cardiólogo infantil añade que pese a su denominación "el soplo no es aire, sino un concepto hidráulico. Es el ruido o turbulencia circulatoria que hace la sangre cuando se acelera y pasa a través de las distintas estructuras cardíacas. Cuando el médico ausculta a su paciente, esos ruidos son fácilmente detectables y se escuchan como si fueran soplos".

El doctor Horacio Capelli agrega que cuando una válvula cardíaca abre o cierra mal el sonido que se percibe a la auscultación suele ser más áspero y rudo que el normal, pero señala al mismo tiempo que como también existen patologías cardíacas -por ejemplo, las comunicaciones intrauriculares- que pueden producir ruidos semejantes a los de un soplo normal, "si existe alguna duda lo más indicado es que el pediatra derive a un especialista en cardiología infantil -afirma Horacio Capelli-, quien a través de un electrocardiograma, una placa de tórax o un ecocardiograma hará el diagnóstico diferencial".

El cardiólogo agrega que los soplos normales se presentan por igual en varones y niñas y que "aparecen a lo largo de toda la infancia: en el recién nacido, en el lactante y en los chicos mayores. Pueden presentarse en cualquier momento del desarrollo infantil, pero normalmente al llegar a la pubertad o la adolescencia desaparecen por sí solos".

Corazones vigorosos

Una vez que el médico determinó que el soplo es normal, el camino es simple: el paciente está dado de alta para siempre, no requiere tratamiento alguno y puede realizar una vida completamente normal.

¿Cómo puede ser que una turbulencia circulatoria no indique en estos casos problema alguno?

"En realidad, si existiera un dispositivo especial, un pequeño micrófono dentro del corazón -dice Horacio Capelli-, todos tendríamos un soplo. Se escucha más en el chico porque a medida que el corazón crece va adoptando posiciones especiales dentro del tórax, hay acodaduras en la aorta, en el ventrículo, aspectos que van cambiando fisiológicamente y que luego se dejan de escuchar. En realidad, estos soplos se auscultan con más facilidad porque se trata de corazones jóvenes y sanos, que se contraen con mucho vigor y generan una mayor aceleración de la columna sanguínea al pasar por las estructuras del corazón."

¿Cuándo y con qué frecuencia los soplos cardíacos pueden ser anormales? "En el 95% de las anomalías del corazón o cardiopatías congénitas -dice el doctor Capelli-, que padece el 1% de los nacidos vivos anualmente en nuestro país, es decir, 7000 chicos."

El cardiólogo infantil indicó que el riesgo de tener un bebe con una cardiopatía congénita es del 1% para la población general, y que aumenta al 1,5% si ya existe un hijo enfermo, "pero se eleva al 5% en casos en que la madre haya tenido un problema de este tipo; en cambio si quien tuvo una cardiopatía congénita es el padre la posibilidad de que el hijo la herede es del 1,3 por ciento".

Si bien existe al menos medio centenar de cardiopatías congénitas, la más frecuente es la comunicación intraventricular, que en la actualidad puede diagnosticarse durante el embarazo, "y en algunos centros mundiales, como por ejemplo en un hospital de Boston, EE.UU, ya existen 18 casos operados intraútero, con dispositivos que permiten abrir las válvulas y eliminar obstrucciones durante la gestación, así que el problema es solucionado antes del nacimiento", dijo el especialista.

Horacio Capelli, que presidirá junto con su colega Guillermo Kreutzer el Cuarto Congreso Mundial de Cardiología Pediátrica y Cirugía Cardiológica entre el 18 y 22 de septiembre en esta ciudad, al que asistirán 3000 especialistas locales y extranjeros (informes: www.pccs.com.ar ), dijo que el intervencionismo fetal será uno de los temas principales de esa reunión científica, pero también recordó con preocupación que en nuestro país "mueren todos los años al menos 1000 chicos que requieren intervenciones por malformaciones cardiovasculares, y esto es porque el sistema de hospitales públicos no puede ofrecerles el diagnóstico y las cirugías en tiempo y forma".

Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION