Dietas

Huevos fritos y manteca: la nueva fórmula polaca para bajar de peso

No a los adictivos hidratos de carbono y al azúcar, pero sí a las comidas ricas en grasas. Esa es la fórmula de un médico polaco que se suma a la tendencia de las dietas altas en proteínas.

Si quiere perder peso, bajar la presión arterial, despedirse de los altos índices de colesterol o curar la diabetes al estilo polaco, no hay mejor forma de empezar el día que con una fritanga grasienta de dos o tres huevos fritos con panceta nadando en manteca de cerdo. Y no se olvide de su rebanada de pan con manteca. Todo ello según el gurú de las dietas: el doctor Jan Kwasniewski. Al mediodía, unas tortas de harina rellenas de queso blanco fresco y una docena de huevos fritos con mantequilla o, mejor, manteca de cerdo. Para terminar el día, la cena puede consistir en unas costillas de cerdo con migas de pan fritas en manteca de cerdo.

Muchos médicos afirmarían que parece la receta ideal para ir pronto a la tumba, pero Kwasniewski, de 68 años, considera que "la dieta óptima" tiene que tener un alto contenido en grasas , ser moderada en proteínas y tener pocos hidratos de carbono. Es lo que se conoce como "la dieta polaca", lo que se necesita para perder grasa y tener buena salud. Los nutricionistas que luchan arduamente contra los kilos de más son conscientes de que una dieta elevada en grasa e hidratos de carbono es una apuesta segura para que crezca un michelín alrededor de la cintura. Sin embargo, varios especialistas que combinan las proporciones de proteínas, grasas e hidratos de carbono ofrecen menos seguridad sobre qué es lo que funciona mejor. La dieta Atkins promete un elevado contenido en proteínas, pocas grasas e hidratos de carbono para vencer la grasa, mientras que otras propuestas para adelgazar tienen muchos hidratos de carbono y pocas grasas. En cambio, la dieta Kwasniewski proporciona a los que quieren controlar el peso lo que asegura que es la combinación nutricional ideal: tres gramos de grasa por cada gramo de proteínas y medio gramo de hidratos de carbono.

Eso parece ir contra lo que hasta ahora se suponía, pero el médico de Varsovia y asesor de la "dieta óptima", el doctor Mariusz Glowacki, explica cómo funciona. El neurocirujano explica que el papel de la insulina en nuestro metabolismo es clave para la acumulación de grasas. La grasa no se puede almacenar sin insulina, explica. El páncreas produce insulina cuando el torrente sanguíneo contiene un exceso de glucosa, un azúcar derivado de los hidratos de carbono. Así, con pocos hidratos de carbono que desencadenan la producción de insulina, los ácidos grasos se quedan en la sangre y se queman como combustible para la energía en lugar de transformarse en grasa, afirma Glowacki. Al tener el metabolismo alterado, eso significa que nosotros también comemos menos, porque no sentimos hambre y por en los diabéticos, cuya producción de insulina es inducida, los bajos niveles de glucosa en la sangre también se traducen en una manera más fácil de manejarse con la enfermedad.

Un músico retirado de 74 años, Franciszek Latowski, relata su experiencia con la dieta. Asegura que hace cuatro años pesaba 100 kilos con una altura 1,80 metros. Padecía de escleroris arterial y tenía la tensión alta y el colesterol. "Cada seis meses acababa en urgencias con dolores de corazón", relató Latowski, quien asegura que ha perdido 10 kilos en seis meses con el régimen rico en grasas de Kwasniewski. Además, han conseguido controlar la tensión y el colesterol, pese al hecho de que se come más de 100 huevos al mes y una gran cantidad de manteca y grasa de cerdo. Eso sí: hay que evitar el azúcar y la harina blanca. "Con una dieta como ésta, cualquier cardiólogo diría que estoy muy enfermo o incluso peor", dijo Latowski, sabedor de que su dieta va contra la sabiduría convencional. Latowski habla de las bondades para la salud de la dieta, no obstante reconoce que tal vez no funcione en todas las personas y que tiene que ser llevada bajo el estricto control de un nutricionista. Pero especialistas en dietética, algunos llegados desde tierras lejanas como Australia, se han interesado en el régimen de Kwasniewski y su "fat farma" (granja de grasa) instalada en el centro Jastrzebia Gora, a orillas del mar Báltico. Ellos no piensan que la
dieta sea sólo para patos.