La identificación de dichas variantes puede ofrecer objetivos adicionales para intervenir sobre la agudeza visual, si no puede ser recuperada.
En este sentido, un equipo de especialistas, coordinado por el Wilmer Eye Institute, de Baltimore (Estados Unidos), llevó a cabo una investigación basándose en los datos de 2.520 personas mayores que participaron en el Salisbury Eye Evaluation.
Según publica “Investigative Ophthalmology and Visual Science”, valores basales de una mala agudeza visual se asociaron con un alto índice de mortalidad. Las personas que, en dos años, ganaban dos o más líneas de agudeza visual presentan un riesgo ajustado menor de fallecimiento. En este aspecto, se detectó que las mujeres, que en el períodos de dos años, tenían una pérdida de tres o más líneas de su agudeza visual presentaban un riesgo ajustado de fallecimiento mayor que los hombres.
Los síntomas de depresión no influyeron en esta relación.
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Investigative Ophthalmology and Visual Science
Wilmer Eye Institute