También las lesiones oculares causadas por los corchos de las bebidas espumantes Especialistas advierten sobre el riesgo de que los chicos manipulen elementos de pirotecnia solos
Los disparos de armas de fuego para festejar el Fin de Año hacen estragos, y estamos viendo que son una causa importante de muerte entre los 15 y los 34 años
Alberto Iñón En las guardias, he visto hasta un ojo perdido por una cañita voladora. La responsabilidad de los adultos es no dejar a los chicos [jugar con pirotecnia] solos
Terminaron las clases y los chicos, de festejo. Pero lo que es motivo de alegría para ellos preocupa a los especialistas, que advierten sobre el aumento del riesgo de accidentes infantiles, que se podrían evitar.
"En la Argentina, los accidentes, que siguen siendo la primera causa de muerte, representan el 12% de las consultas en las guardias de los hospitales y uno de cada tres chicos queda con alguna discapacidad. En general, no vemos una tendencia a la disminución de accidentes, cuando prevenir las lesiones en esta época del año ayudará a no pasar rápidamente de la felicidad a la tristeza", señaló a LA NACION el cirujano pediatra Alberto Iñón, presidente de la Asociación Prevención del Trauma Pediátrico.
Entre los enemigos más peligrosos están las cañitas voladoras y los petardos encendidos con descuido, los corchos que se vuelven proyectiles, los juguetes que contienen partes diminutas que se desprenden con facilidad o un chapuzón sin la adecuada atención de los adultos.
Todo ellos son capaces de borrar en tan sólo un segundo la alegría de los festejos o la tranquilidad de las vacaciones.
Peligro para la visión
"El corcho, por ejemplo, puede ser un misil capaz de arruinar la visión. Constituye un motivo muy frecuente de traumatismos oculares que, muchas veces, provoca pérdidas parciales o totales de la agudeza visual", advirtió el doctor Robert Kaufer, director de Kaufer Clínica de Ojos y docente del posgrado de Oftalmología de la Universidad del Salvador (USAL).
Una botella de 750 mililitros, explicó el especialista, contiene 4125 litros de dióxido de carbono con una presión que triplica a la de una cubierta de auto.
"Y el reflejo del parpadeo no ayuda en estos casos porque el corcho, a una distancia típica de 60 centímetros, tarda 0,05 segundos en impactar en el ojo", precisó el oftalmólogo.
Las lesiones van desde el sangrado interno del ojo y la ruptura de huesos hasta la pérdida ocular. Para evitar que el corcho salga disparado, el doctor Kaufer recomienda enfriar bien las botellas antes de abrirlas, ya que, cuando no se encuentran lo suficientemente refrigeradas, el corcho tiende a salir despedido con mayor facilidad y, después de retirar el papel metálico que lo recubre, presionar el corcho con la palma mano para sacar el sostén de alambre.
"Mientras se hace eso, la botella debe apuntar hacia donde no haya personas -dijo el doctor Kaufer-. Después, hay que cubrir la botella con una toalla, colocarla en ángulo de 45 grados y sostenerla con una mano mientras con la otra se gira el corcho haciendo fuerza hacia arriba."
Un clásico de las fiestas
Otro elemento de alto riesgo de trauma ocular o quemaduras en la piel es el uso de pirotecnia. Junto con los corchos sin control, las lesiones por cañitas voladoras y los petardos siguen siendo las dos urgencias pediátricas más frecuentes en las fiestas.
"Lo ideal es que los chicos no manejen pirotecnia -insistió el doctor Iñón-. Sabemos que es difícil que los adultos entiendan eso, pero es que el uso infantil de cohetes y otros artefactos causa lesiones en las manos, la cara y los genitales, porque los chicos los suelen llevar en los bolsillos."
Y el doctor Kaufer recordó: "En las guardias, he visto hasta un ojo perdido por una cañita voladora. Es desesperante en un momento de fiestas recibir a un chico con el ojo lesionado... Es una manera muy mala de terminar las fiestas. La responsabilidad de los adultos es no dejar a los chicos solos".
No hay que olvidar que los estruendos de la pirotecnia puede lesionar el oído de los chicos porque su sistema auditivo es más vulnerable. "Uno de sus efectos es la percepción de zumbidos luego de la detonación, que va disminuyendo pero no desaparece totalmente", explican las recomendaciones del Registro Nacional de Armas y Explosivos (Renar), el organismo responsable de autorizar los productos de pirotecnia que se pueden comercializar.
Otras recomendaciones para prevenir accidentes incluyen que los padres no compren pirotecnia que no esté aprobada por el Renar ni que se venda en la calle porque, según indicó el doctor Iñón, el tipo de composición de la pólvora la hace inestable.
También, según la información proporcionada por el Renar, no se debe tocar la pirotecnia aunque parezca que la mecha está apagada, y si no funciona, se debe apagar con abundante agua y hay que mantenerse alejado de ella.
"Los productos sonoros, como petardos, baterías de petardos y foguetas de tres tiros, son los más peligrosos por su poder detonante", agrega el citado organismo.
Por su parte, el doctor Iñón también advirtió sobre el uso irracional de las armas de fuego para festejar la llegada del Año Nuevo. "Las balas perdidas hacen estragos y en la asociación [Asociación Prevención del Trauma Pediátrico] estamos viendo que son una causa importante de muerte entre los 15 y 24 años", precisó.
Los especialistas consultados coincidieron en recomendar como mejor medida de prevención que los chicos estén siempre con la supervisión de un adulto responsable .
Hay un proceso de naturalización de que ocurran los accidentes, opinó el doctor Iñón, y esto es gravísimo. Detrás del accidente de un chico, está la responsabilidad de un adulto, es decir, una persona que conozca a las criaturas y con un estado físico y una preparación adecuados para responder en situaciones de emergencia.
Y eso incluye no dejarlos al cuidado de otro chico, un adolescente o un adulto mayor.
Y concluyó el experto en trauma pediátrico: "Parecería que en la sociedad existe la idea de que es natural que ocurran accidentes. Esto es gravísimo. Detrás del accidente de un chico, siempre está la responsabilidad de un adulto".
Por Fabiola Czubaj
Regalos desaconsejables
En esta época aumenta el caudal de regalos que reciben los chicos. Sin embargo, una precaución importante a tomar es tener en cuenta la edad para la que está recomendado cada juguete y que deberían evitarse aquellos con componentes que se pueden desprender con facilidad.
La nariz, el oído o la boca son los objetivos más comunes que suelen alcanzar objetos como las pilas pequeñas de relojería que llevan algunos juguetes o las piezas móviles. Un relevamiento de los servicios de Otorrinolaringología, Pediatría y Toxicología del Hospital de Clínicas, por ejemplo, afirma que en los últimos cinco años aumentó la cantidad de lesiones provocadas por las pilas chatas de relojería que los chicos se llevan a la boca.
"Esto es quizá lo que mayor probabilidad tiene de traer severas complicaciones", indican los autores, al referirse a la obstrucción que provoca el objeto, la liberación de sustancias corrosivas donde se alojó, su toxicidad y la conducción eléctrica que pueden provocar los líquidos corporales.
Aunque algunos chicos pueden no tener ningún síntoma, otros pueden presentar dolores, tos, vómitos, cólicos, irritabilidad, fiebre, taquicardia y hasta babeo, problemas para tragar o sangrado y goteo nasal. En la nariz o el oído, los cuerpos extraños pueden producir una perforación del tabique nasal o una lesión de la membrana del tímpano.