Un estudio griego publicado en "Archives of Internal Medicine" muestra que los hombre sanos en edad laboral que aprovechan para echar una cabezada después de comer tienen 34% menos riesgo de morir por causa cardíaca que otros trabajadores sanos de la misma edad que no duerman la siesta.
De confirmarse estos resultados, los autores señalan que pueden tener importantes implicaciones, puesto que es una disminución del riesgo comparable a la que proporciona la actividad física.
En el estudio se investigó a 23.681 varones y mujeres sanos, que proporcionaron información detallada sobre su actividad física, dieta y otros factores de riesgo cardíaco, así como su hábito o no de echar la siesta. El seguimiento medio fue de 6 años.
Los hombres que dormían después de comer presentaron 34% menos probabilidades de morir por causa cardíaca. Entre los que dormían la siesta ocasionalmente, la reducción del riesgo fue del 12%, mientras que en aquellos que dormían al menos tres veces a la semana durante un mínimo de 30 minutos, la disminución fue del 37%.
Archives of Internal Medicine 2007;167:296-301