Martha Oliva Hernández
La belleza debe ir acompañada de una buena higiene; sin embargo, el exceso de transpiración puede convertirse en un problema para algunas personas. Esta sudoración excesiva puede presentarse en axilas, palmas de las manos, plantas de los pies y en la frente.
A esta condición médica se le llama hiperhidrosis y quienes la padecen ven sus vidas afectadas, sufren vergüenza, rechazo y en ocasiones se sienten humillados.
En casos graves, la piel puede estar macerada, fisurada y descamada, además de presentar bromhidrosis, proceso en el que la dermis desprende un olor fétido debido a la descomposición de los desechos celulares y del sudor por bacterias y levaduras.
Aunque las causas son desconocidas, hay factores influyen en su aparición como una excesiva actividad del sistema nervioso simpático o ppor problemas sicogénicos.
La hiperhidrosis axilar es una de las que presentan mayores complicaciones, pues provoca problemas serios de humedad y la aparición de manchas incómodas en la ropa.
Algunas personas tienen que tomar baños frecuentes o cambiar su ropa constantemente; también pueden presentar olores desagradables, lo que agrava la situación.
La hiperhidrosis plantar: genera pies mojados y un olor severo, especialmente si se usan zapatos cerrados o de plástico, propicia el pie de atleta y merma la economía del apciente porque el calzado se deteriora rápidamente.
La hiperhidrosis palmar: puede ocasionar un aislamiento social y en casos extremos que la persona tenga que cambiar de profesión como en el caso de los arquitectos, personas que elaboran alimentos, entre otros.
Las consecuencias médicas son dermatitis, infecciones por hongos o por bacterias.
¿Cómo combatirla?
Existen diversas opciones terapéuticas como los antitranspirantes de alcohol y aluminio, los cuales son de corta acción. Las soluciones astringentes que pueden causar daño directo a las glándulas y al epitelio de la zona afectada; o bien, los agentes de aplicación sistémica que pueden ser ingeridos sin querer.
Sin embargo, hay dos técnicas más para eliminar el problema, uno de ellas es la cirugía que consiste en cortar los ganglios que pasan por los pulmones y el corazón y que se emplea en casos severos llamada simpatectomía torácica y la otra es la aplicación de la toxina botulínica tipo A que bloquea la función de las glándulas sudoríparas, señala la doctora Rosa María Ponce Olivera, jefe del servicio de Dermatología del Hospital General de México.
En el caso de las palmas de las manos, la toxina se aplica mediante 10 inyecciones y los resultados se pueden ver en las primeras 48 horas posteriores a la aplicación del tratamiento, el cual se realiza en 15 o 30 minutos. La persona estará protegida por un periodo de seis a ocho meses, comenta la también miembro de la Sociedad Mexicana de Dermatología.
Los costos dependen de las unidades que se emplean, por ejemplo en los pies puede costar 6 mil pesos; en las manos, 8 mil por tratamiento.
Esta técnica se practica desde 1998 y debe ser aplicada exclusivamente por dermatólogos o cirujanos plásticos calificados y previamente capacitados en esta técnica y en el empleo de la toxina botulínica, refiere la especialista.
Esta técnica puede ser usada en cualquier persona con hiperhidrosis, únicamente se excluyen los pacientes con enfermedades raras de la fuerza muscular (miastemia), personas alérgicas al huevo y embarazadas, además el tratamiento no provoca efectos colaterales adversos y es seguro debido a que se emplean dosis bajas.
La toxina botulínica tipo A europea cuenta con la autorización de la secretaría de Salud, así como de la aprobación de las máximas autoridades en otros 70 países.