Los investigadores aconsejan estar físicamente activo a edades avanzadas
Foto: Archivo
Mantenerse físicamente activo ayudaría a las personas con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer leve a retrasar el avance de este trastorno neurodegenerativo que, se estima, afecta a 300.000 argentinos. Eso es lo que sugiere un estudio publicado esta semana en Neurology , revista médica de la Asociación Americana de Neurología, de los Estados Unidos.
Sus autores compararon mediante estudios de imágenes los cerebros de personas mayores de 60 años con o sin Alzheimer en niveles leves. "Las personas con Alzheimer que eran menos activas físicamente, cuando se los comparó con adultos normales, tenían una reducción del cerebro cuatro veces mayor que aquellos pacientes que eran físicamente más activos", declaró el doctor Jeffrey M. Burns, principal autor del estudio.
Para Burns, director del Programa de Alzheimer y Memoria de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, los resultados del estudio sugieren que "las personas con Alzheimer temprano podrían ser capaces de preservar su función mental por un lapso mayor y reducir la cantidad de volumen cerebral perdido si realizan ejercicio físico en forma regular".
"El estudio mostró que las personas con Alzheimer leve que tenían un mejor estado físico presentaban una menor atrofia cerebral en estudios de resonancias magnéticas, que son las que se emplean para tratar de determinar cuál será la evolución del paciente", comentó el doctor Ignacio Demey, coordinador del Area de Neurociencias Cognitivas del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (Ineba).
"Uno podría pensar que serán pacientes que evolucionarán más lento hacia estadios más severos -agregó-. Pero de todos modos, hay que tener en cuenta que es un estudio transversal, sin seguimiento en el tiempo." Para Demey, habrá que esperar que próximos estudios confirmen que la evolución de la enfermedad en los pacientes físicamente activos es más lenta.
Una mayor reserva
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que lesiona progresivamente la memoria, el pensamiento y la conducta, y que se manifiesta generalmente después de los 60 años de edad. Entre sus síntomas iniciales se cuentan: dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos; trastornos de la personalidad; pérdida de interés por aquello que antes se disfrutaba; dificultad para realizar tareas de cierta complejidad mental.
"Nuestro estudio es uno de los primeros en explorar la relación entre el estado físico cardiorrespiratorio y la enfermedad de Azlheimer", comentó el doctor Burns.
¿Qué tipo de actividad física fue evaluada en el estudio? "Evaluamos el estado físico (cardiorrespiratorio) de los participantes en una cinta para correr -explicó Burns a LA NACION a través del correo electrónico-. Fuimos aumentando progresivamente la intensidad de ese ejercicio hasta donde cada paciente podía, y entonces medíamos su consumo de oxígeno. El consumo de oxígeno durante el momento de mayor esfuerzo físico es considerado una medida estándar del estado físico."
Mediante técnicas de neuroimágenes, Burns realizó la medición de la materia gris, la materia blanca y el volumen cerebral total de cada participante, y correlacionó esas mediciones con su estado físico (cardiorrespiratorio). "Observamos una poderosa relación entre el estado físico y la atrofia cerebral, lo que sugiere que las personas con enfermedad de Alzheimer quizás se beneficien con una práctica de ejercicio que mejore su estado físico, ya que podría traducirse en un enlentecimiento de la reducción del volumen cerebral que se asocia con el Alzheimer."
"A mayor atrofia del lóbulo temporal medial suele haber un mayor riesgo de desarrollar los trastornos cognitivos de importancia que se asocian al Alzheimer -comentó el doctor Demey-. Uno podría pensar que en estos pacientes estudiados en los que había una menor atrofia cerebral, hay una mayor reserva cerebral para enfrentar el avance de la enfermedad."
¿Qué tipo de actividad física y de qué intensidad sería recomendable para una persona que recibe un diagnóstico de Alzheimer? "Nuestro estudio no buscó determinar un nivel de actividad física, aunque otros estudios sugieren que se podrían obtener beneficios con sólo caminar 15 minutos al día la mayoría de los días de la semana", respondió Burns a LA NACION.
"Pero aunque se podrían obtener beneficios con bajos niveles de ejercicio, pareciera existir una relación dosis-respuesta, según la cual los niveles más altos de ejercicio proveerían beneficios superiores a los niveles más bajos", concluyó el investigador.
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION