Las verduras, las nueces, y la dieta conocida como "mediterránea" son buenas para el corazón, mientras que las grasas trans y los alimentos con un alto índice glucémico pueden dañar el órgano, afirman investigadores que revisaron 189 estudios publicados entre 1950 y 2007.
Entre los estudios habían 146 estudios prospectivos de cohorte (que examinaban los hábitos de los participantes en el pasado) y 43 ensayos aleatorios controlados (en los que los voluntarios fueron asignados al azar para consumir cierto tipo de dieta).
"La relación entre los factores dietéticos y la enfermedad cardiaca coronaria ha sido un importante enfoque de la investigación de salud durante casi medio siglo", escribieron Andrew Mente, del Instituto de Investigación sobre Salud de la Población, y colegas. Pero aunque hay muchos estudios publicados sobre el tema, "la potencia de las pruebas que respalda asociaciones válidas no se ha evaluado de forma sistemática en una sola investigación".
Cuando reunieron los hallazgos de los estudios y aplicaron un algoritmo previamente definido, Mente y su equipo identificaron "pruebas potentes de una relación causal de factores protectores, lo que incluye ingesta de verduras, nueces y ácidos grasos monoinsaturados, y patrones dietéticos mediterráneos prudentes y de alta calidad, así como factores nocivos, entre ellos la ingesta de ácidos grasos trans y alimentos con un alto índice o carga glucémica, así como un patrón dietético occidental", escribieron los investigadores.
"Sin embargo, entre estas exposiciones dietéticas sólo el patrón de dieta mediterránea ha sido estudiado en ensayos aleatorios controlados, y asociado significativamente con la enfermedad cardiaca coronaria", señaló.
La dieta mediterránea típicamente es rica en frutas, verduras, granos y aceite de oliva.
Los investigadores también encontraron evidencia modesta de una relación causal entre la salud cardiaca y varios alimentos y vitaminas más, como el pescado, los ácidos grasos omega 3 de fuentes marinas, el folato, los granos integrales, el alcohol, las frutas, la fibra, y las vitaminas E y C y el betacaroteno en la dieta. Hubo evidencia débil de una relación causal entre la salud cardiaca y las vitamina E y C en forma de complemento, los ácidos grasos saturados y poliinsaturados y las grasas totales, el ácido alfa-linoleico, la carne, los huevos y la leche.
"La evidencia modesta o débil de esas exposiciones dietéticas concuerda mayormente con los hallazgos de ensayos aleatorios controlados, aunque esos ensayos están aún pendientes para varios factores", escribieron los autores del estudio.
"En conjunto, estos hallazgos respaldan una relación causal entre sólo unas cuantas exposiciones dietéticas y la enfermedad cardiaca coronaria, mientras que la evidencia para la mayoría de nutrientes o alimentos individuales es demasiado modesta para ser concluyente", apuntó el equipo.
La revisión fue publicada en la edición el 13 de abril de la revista Archives of Internal Medicine.
"Aunque las investigaciones sobre los componentes dietéticos podrían ayudar a arrojar luz sobre los mecanismos que subyacen tras los beneficios de los patrones dietéticos, es poco probable que modificar la ingesta de unos pocos nutrientes influya sustancialmente en los resultados coronarios", concluyeron Mente y colegas. "Nuestros hallazgos respaldan la estrategia de investigar patrones dietéticos en estudios de cohortes y ensayos aleatorios controlados para enfermedades comunes y complejas como la enfermedad cardiaca coronaria".