Justo cuando los ánimos empezaban a decaer, la historia clínica electrónica (HCE) ha dado nuevas esperanzas en el país de la tecnología informática por antonomasia. A finales de marzo The New England Journal of Medicine publicaba un estudio según el cual sólo el 9 por ciento de los hospitales estadounidenses habían digitalizado sus historiales y tan sólo en el 1,5 por ciento de los casos se trataba de una aplicación exhaustiva (ver DM del 1-IV-2009). Sin embargo, el mes de abril ha llegado con un informe más halagüeño.
* Según el Himss, pocos hospitales de Estados Unidos cuentan con una historia clínica electrónica completa, pero muchos están cerca de conseguirlo
Estados Unidos siempre se ha caracterizado por sus avances tecnológicos, y el sector de la informática es uno de sus puntales. Todos los avances que se logren en el campo de la historia clínica electrónica en ese país, sobre todo en aras de la anhelada interoperabilidad, serán bien recibidos al otro lado del Atlántico. Por eso hay que volver a respirar con el informe publicado por la Sociedad de Información Sanitaria y Sistemas de Gestión (Himss, por sus siglas en inglés), una organización internacional con más de 350 empresas de la industria sanitaria asociadas y focalizada exclusivamente en buscar un liderazgo global en el uso óptimo de las tecnologías de la información sanitaria.
Según el trabajo del Himss, casi un 70 por ciento de los hospitales estadounidenses están a dos pasos o menos de contar con las aplicaciones informáticas necesarias para garantizar un uso óptimo de la HCE.
* Según el Himss, pocos hospitales de Estados Unidos cuentan con una historia clínica electrónica completa, pero muchos están cerca de conseguirlo
Mientras sólo un 6 por ciento de los centros reportaron una adopción completa de las aplicaciones informáticas normalmente asociadas con la American Recovery and Reinvestment Act (ARRA), un 67 por ciento necesitan añadir una o dos aplicaciones para alcanzar el umbral adecuado en cuanto a funcionalidad de la HCE.
Cerca del objetivo
* Según el Himss, pocos hospitales de Estados Unidos cuentan con una historia clínica electrónica completa, pero muchos están cerca de conseguirlo
Por tanto, de los 5.166 hospitales analizados, casi ninguno tiene una HCE modélica, pero la mayor parte está cerca de lograrlo: "Casi tres cuartos de los hospitales estadounidenses están en el buen camino en la implantación de la HCE", ha dicho David Garets, presidente de Himss Analytics, subsidiaria de Himss.
El informe se basa en el estándar industrial Emram, que se desarrolló en 2005 para medir el progreso en la implantación de la HCE por las organizaciones sanitarias. El estándar tiene ocho niveles, desde el cero, en el que los sistemas departamentales complentarios de radiología, laboratorio y farmacia no están implantados, hasta el siete, donde papel e historia clínica son irreconciliables, y se cuenta con capacidad de almacenamiento y minería de datos como para analizar y mejorar los protocolos y enviar información resumida.
Según los datos de diciembre de 2008, un 31,4 por ciento de los hospitales se hallan en la segunda etapa -a finales de 2007 lo estaban un 37,2 por ciento-, lo que significa la implantación de un repositorio de datos clínicos; un 35,7 por ciento -frente al 25,1 por ciento de final de 2007- están en la fase 3, con sistemas de soporte de decisión clínica (CDSS, por sus siglas en inglés), documentación clínica y sistemas de almacenamiento de imagen (PACS) fuera de radiología, y un 2,5 por ciento -frente al 2,2 por ciento de 2007- se encuentran en el nivel 4, con entrada computarizada de órdenes médicas y CDSS. "Cuando los hospitales alcanzan la fase 4 consideramos que están en disposición de cumplir los criterios de una HCE completa", según Garets. El avance en este camino se refleja con un aumento de los hospitales que se encuentran en estos momentos en las etapas más avanzadas. Por ejemplo, mientras que a finales de 2007 ningún centro se encontraba en el más alto nivel, un año después ya lo habían alcanzado un 0,3 por ciento de los hospitales.
Más poder del paciente
Un ejemplo de esta adopción de la HCE es el Hospital Presbiteriano de Nueva York, que tras muchos años trabajando en un proyecto piloto, está en disposición de ofrecer la historia de salud personal controlada por el paciente, según publica The New York Times.
Los centros dependientes de esta institución, que asiste al 20 por ciento de los pacientes neoyorquinos, introducirá este programa en pacientes de cardiología, con un usuario y una contraseña que permitan el acceso de cada paciente a la web myNYP.org, y posteriormente se irá extendiendo. "Se trata de un gran paso, pero sólo es una parte de la solución", ha comentado al respecto David Brailer, coordinador nacional de Tecnología de la Información Sanitaria en la Administración Bush, que ha añadido que lo ideal es la interoperabilidad de estos proyectos, de forma que varios proveedores puedan introducir datos de forma segura.
Para conseguir que este tipo de proyectos sean una realidad, Microsoft y Google han realizado recientemente acuerdos de colaboración con gigantes de la provisión de la salud en Estados Unido, como Clínica Mayo, Clínica Cleveland y Kaiser Permanente. En el caso del Hospital Presbiteriano de Nueva York, la colaboración con Microsoft se realiza desde hace más de un año.
Historias clínicas salvadas por la campana
Lo de que la realidad supera a la ficción es algo que no dejaremos de leer día tras día en los periódicos. Pero es que somos tantos y tan raros los habitantes de este mundo que lo difícil es no sorprenderse cada día con algo. Ronald Moody, médico de familia de Acton, en Massachusetts (Estados Unidos), fue deshauciado de su oficina el pasado mes de septiembre tras permitir que su licencia médica caducara. Y con su desaparición, las historias clínicas de sus centenares de pacientes pasaron a pender de un hilo.
Este hilo se llamaba Jim Appleyard, dueño de una compañía de almacenaje que se encargó de la limpieza del local de Moody y tomó posesión de las historias. Por fortuna, queriendo evitar la destrucción de la información de los pacientes, Appleyard intentó sin éxito ponerse en contacto con Moody y después lo intentó con la Junta de Registro de Medicina para que se hicieran cargo de ellas. La respuesta del organismo estatal fue que ellos "no tenían ni la autoridad, ni el presupuesto, ni el espacio para aceptarlas".
De esta negativa surgió la solución, que parece que fue sugerida por la Junta de Registro Médico: el Hospital Emerson, de Concord, se ha comprometido a hacerse cargo de los archivos, contactar con los pacientes para informarles de cómo recuperar su historia y ayudarles a encontrar otro médico, según la gerente del centro, Christine Schuster.
No cabe duda de que esta historia real, publicada en The Boston Globe, hubiera tenido una más fácil solución si las historias estuvieran digitalizadas. El limbo de la autoría seguiría existiendo, pero su nueva ubicación se habría logrado de forma más sencilla.