Un equipo de cirujanos en el quirófano. (Foto: EL MUNDO) CRISTINA G. LUCIO
Habitualmente, las operaciones de by-pass coronario se realizan parando el corazón del paciente y utilizando una bomba de circulación extracorpórea que se encarga de que el flujo sanguíneo siga regando todo el organismo. Esta intervención conlleva importantes complicaciones, por lo que se había sugerido que operar prescindiendo de esta bomba podría ser más útil y seguro. Sin embargo, una reciente investigación acaba de descartar esta hipótesis. Sus datos muestran que esta alternativa no ofrece ninguna ventaja a la técnica convencional.
"De hecho, observamos una tendencia a obtener mejores resultados en los pacientes que se sometieron a la operación tradicional", explican los investigadores en las páginas de la revista 'The New England Journal of Medicine'.
Estos científicos, procedentes de distintos centros de Estados Unidos, compararon la evolución de 2.203 pacientes operados en 18 hospitales diferentes y atendidos por un total de 53 cirujanos. Aproximadamente la mitad se sometió a una cirugía con circulación extracorpórea, mientras que el resto fue intervenido mientras su corazón seguía latiendo.
Esta última técnica se realiza estabilizando solo el área del corazón donde se va a colocar el by-pass. Un complejo proceso permite que el cirujano intervenga sólo en la zona donde quiere sortear el bloqueo arterial, mientras el resto del órgano sigue funcionando normalmente.
Resultados
Tras analizar el estado de los pacientes a corto y largo plazo -pasados 30 días y después de un año transcurrido- y teniendo en cuenta si se había producido una revascularización correcta, cómo estaban los vasos implantados y si se habían producido daños neuropsicológicos, los investigadores llegaron a la conclusión de que prescindir de la bomba de circulación extracorpórea "no ofrece ninguna ventaja" a la técnica de bypass convencional. De hecho, a largo plazo, la alternativa propuesta parecía mostrar peores resultados.
"Estos resultados son consistentes con los de un reciente metaanálisis de pequeños trabajos que también concluía que [la nueva técnica] no reduce las tasas de muerte, infarto de miocardio o ictus", comenta en un editorial que acompaña a este trabajo en la revista médica Eric David Peterson, del Centro Médico de la Universidad de Duke (Estados Unidos).
En su artículo, este especialista alaba la metodología del trabajo, aunque lamenta que 2pese a sus fortalezas, es poco probable que esta investigación acabe con el debate abierto".
Según sus palabras, nuevas investigaciones deben analizar si eliminar la circulación extracorpórea puede ser especialmente útil en determinados grupos de personas, entre otras incógnitas.