Cirugía mínimamente invasiva

El cáncer de recto se puede extraer por vía endoscópica

Los expertos han logrado extraer el tumor y el tejido en el que se agrupan los ganglios.

MARÍA SAINZ

Una nueva mejora de la cirugía mínimamente invasiva. Un grupo de expertos españoles y estadounidenses ha recurrido a la endoscopia a través de orificios naturales para extirpar el cáncer de recto por el ano. Sin cicatrices visibles, válido para ambos sexos (no como la que se realiza a través de la vagina) y con una recuperación más rápida del paciente.

Una mujer de 76 años ha sido la primera en todo el mundo en someterse a la citada cirugía. "Se trataba de un cáncer relativamente extenso que, antes de operar, se redujo con quimioterapia y radioterapia", explica el doctor Antonio María de Lacy, jefe de cirugía gastrointestinal del Hospital Clínic de Barcelona. Él y la doctora Patricia Sylla, del Hospital General de Massachusetts de Boston (EEUU), han dirigido la pionera intervención.

Hasta ahora, para extirpar un cáncer en el recto se recurría a la cirugía abierta (mediante un corte en el abdomen) o a la laparoscopia (inserción de tubos por el abdomen a través de los que se opera). En el caso del Clínic, ya se recurre a la segunda técnica casi en un 100% de los casos de cáncer rectal.

La tercera alternativa se llama 'Cirugía Endoscópica Trasluminal por Orificios Naturales' ('NOTES', por sus siglas en inglés) y ya se ha empleado con otros fines, como extraer la vesícula por la boca o por la vagina. En este caso, el 'orificio natural' ha sido el ano.

"La microcirugía transanal endoscópica (TEM) lleva 20 años empleándose para extirpar tumores localmente [...] Ahora usamos el mismo tubo de la TEM, de unos 20 milímetros, y operamos a través de él. Introducimos una óptica y dos instrumentos", aclara Lacy.

Extirpan el mesorrecto completo
Una de los principales baluartes de la nueva intervención es que, además de la lesión, puede extirparse parte del tejido de alrededor y el mesorrecto -donde se sitúan los ganglios linfáticos y que envuelve el recto-. En total, la pieza que se extrae es bastante grande y, por ahora, no se había logrado quitarla por endoscopia.

"Es el avance más importante en cirugía de los últimos tiempos. Es la primera vez que realizamos una NOTES de verdad. Quitando algunas extracciones de vesícula por la vagina, las otras operaciones han sido híbridos entre laparoscopia y cirugía endoscópica", destaca el médico español.

Si se hubiera intervenido a la citada paciente mediante laparoscopia, habría sido necesario, apunta el experto, "realizarle cinco agujeritos, entre cinco y 12 milímetros, y una incisión de siete". Gracias a la operación mediante el ano, las cicatrices son internas lo que mejora la recuperación y, también, cuida la estética.

"Es un avance a valorar", señala José Luis Ramos, cirujano del Hospital de Getafe (Madrid) y secretario de la Asociación Española de Cirujanos. "Imagino que lo más ventajoso será la mayor comodidad para el paciente, porque en cuestión de días de ingreso se avanza poco. Lo importante es el paso que se ha dado ahora pero habrá que ver cómo va en el futuro. El tiempo dirá qué técnica es la que se debe emplear en la mayoría de los pacientes".

Tras la intervención, tanto con la nueva técnica como con la tradicional, el enfermo tiene que llevar durante seis u ocho semanas una bolsa de colostomía para derivar el contenido fecal al exterior hasta que la herida interna haya cicatrizado. Una vez pasado ese tiempo, se retira la bolsa, se cierra el orificio creado a nivel del intestino delgado y el paciente puede volver a defecar de forma normal.

"Ha sido fruto de mucho esfuerzo; es la labor de todo un equipo de gente procedente de dos universidades [...] En cuanto tengamos un paciente que cumpla con el perfil volveremos a poner en marcha esta técnica", afirma este jefe de servicio.

Este grupo de expertos también está trabajando en una plataforma robotizada para poder facilitar más este proceso. Además de intervenir en el recto, se piensa en poder actuar sobre otras partes. Por ejemplo, extraer la vesícula haciendo un agujerito en el intestino.