Comer gran cantidad de frutas y verduras durante el embarazo reduce las probabilidades de tener un hijo con determinadas formas de alergiaa, según indicó un estudio Fukuoka University (Japón). Aumentar el consumo de vegetales verdes y amarillos, cítricos y verduras y frutas ricas en betacaroteno (generalmente las de color rojo y naranja) disminuye el riesgo de tener un hijo con eccema cutáneo, afirmó el equipo de Yoshihiro Miyake. Los alimentos ricos en vitamina E, presente en algunos vegetales verdes, también disminuyen el riesgo de tener un hijo con problemas para respirar, publican en Allergy.
El betacaroteno y la vitamina E son dos de los muchos antioxidantes presentes en las verduras y las frutas que benefician la salud. Pero estudios previos sobre su consumo materno y las alergias infantiles obtuvieron resultados contradictorios.
Esta área de investigación está en desarrollo, indica Miyake. En el nuevo estudio, el equipo evaluó el consumo de verduras y frutas durante el embarazo de 763 mujeres y la aparición temprana de eccema o sibilancias alérgicas en sus hijos.
Las mujeres tenían unos 30 años y 17 semanas de gestación cuando respondieron sobre su salud. Cuando los bebés tenían entre 16 y 24 meses de edad, las participantes informaron sobre el parto y la lactancia, la cantidad de hermanos mayores y la exposición al humo de tabaco.
El 21% de los niños tenía sibilancias o había sufrido "un silbido en el tórax en los últimos 12 meses" y menos del 19% tenía eccema.
Según los autores, las mujeres que consumieron la mayor cantidad de vegetales verdes y amarillos, cítricos o con beta caroteno durante el embarazo eran menos propensas a tener un bebé con eczema.
Por ejemplo, después de considerar factores de riesgo del eccema, la afección de la piel fue más común entre los niños cuyas madres comieron la menor cantidad de estos productos en comparación con las que más consumieron verduras verdes y amarillas, con 54 y 32 bebés respectivamente. Y el alto consumo de vitamina E en el embarazo estuvo asociado con una reducción de la posibilidad de tener un niño con sibilancias, como indicaron estudios previos en Estados Unidos y Reino Unido.