Fabiola Czubaj
MIAMI.- Un catarro que va en aumento hasta terminar con espasmos violentos de tos seca y que impide respirar hasta agotar a los más chiquitos es el signo inconfundible de una infección respiratoria tan contagiosa como antigua. Los abuelos saben de qué se trata si se habla de la coqueluche, mientras que los más jóvenes la conocen mejor como tos convulsa.
Lo cierto es que la pertussis está aumentando en todo el mundo y con un "comportamiento" distinto del que se conocía hasta ahora: además de los chicos, la bacteria que la produce comenzó a atacar a adolescentes y a adultos jóvenes.
Así lo confirmaron aquí especialistas en infecciones respiratorias durante un simposio satélite fuera de la sede del 14º Congreso Internacional de Enfermedades Infecciosas.
"Existe la equivocación médica de descartarla en adolescentes y adultos porque se la considera sólo un mal infantil. Esto hace que el subdiagnóstico sea muy alto y la pertussis siga siendo un problema mundial", dijo la doctora Tina Tan, profesora de pediatría de la Escuela Feinberg de Medicina de la Universidad Northwestern, en Chicago.
Los expertos atribuyeron este aumento a varios motivos. Los más importantes fueron el incumplimiento de la vacunación obligatoria en los más chicos y el descubrimiento relativamente reciente de la pérdida de la inmunidad contra la bacteria Bordetella pertussis con el paso de los años. Se estima que eso ocurre de los 5 a 10 años de la aplicación del régimen completo de inmunización, que en nuestro país incluye cuatro dosis de la vacuna cuádruple a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad y un refuerzo al entrar a primer grado. A mediados del año pasado, se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación un segundo refuerzo a los 11 años, dentro de la batería de medidas adoptadas para contener un aumento de poco más del 400% de los casos entre 2003 y 2008, según lo informado a la Organización Mundial de la Salud.
Ese crecimiento se dio no sólo en los menores de 1 año, que es la edad en la que la enfermedad produce más hospitalizaciones y complicaciones, incluida la muerte, sino también entre los 2 y 4 años.
Problema global
"Es una enfermedad que resurge y no sólo en los países en desarrollo, lo que indica que tenemos un problema global con los menores de 1 año, que no tienen aún un programa completo de vacunación para la edad, y los adolescentes y los adultos, que se transformaron en un nuevo grupo de riesgo", indicó la doctora Telma Carvalhanas, directora técnica de la División de Enfermedades de Transmisión Respiratoria de la Secretaría de Salud de San Pablo, Brasil.
Los expertos coincidieron también en atribuir este crecimiento a la poca atención que en los últimos veinte años recibió la tos convulsa entre los temas de salud pública. "No hay que conformarnos con que es una enfermedad de la infancia, porque ya no lo es, y porque hay vacunas para controlarla", señaló la doctora Angela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Entre las medidas de probada efectividad están la buena vigilancia epidemiológica, lograr que mejore la notificación (obligatoria) de los casos y utilizar las pruebas de laboratorio disponibles para confirmar si se trata o no de pertussis.
"Si no sabemos qué no está pasando, no se pueden tomar decisiones de salud pública. Y si cuando aplicamos medidas de prevención no podemos medir su impacto en la población, no avanzaremos demasiado en el control de este tipo de enfermedades altamente contagiosas", sostuvo Gentile, que integra la Sociedad Argentina de Pediatría.
La tos convulsa comienza generalmente con un catarro, que luego se transforma en la tos seca y violenta característica de la enfermedad. Ayer, los especialistas hicieron hincapié en la importancia de no restarle atención y consultar al médico. Ocurre que aunque en los adultos puede no tener consecuencias tan graves como en los más chicos, ellos son el reservorio y la principal fuente de contagio. Las madres causan el 36% de las infecciones, los hermanos mayores el 22% y el padre y los abuelos se disputan el tercero y cuarto puestos. Además, en los adultos, la tos tan fuerte puede causar fracturas de costilla.
"Hay que pensar que el adolescente o el adulto con tos crónica durante más de dos semanas pueden tener la enfermedad. La neumonía es la principal complicación", explicó el doctor Hugo Paganini, jefe del Departamento de Infectología del Hospital Garrahan.
Durante la presentación, que fue auspiciada por el laboratorio Sanofi Pasteur, Tan mencionó dos buenos ejemplos de América latina. Uno es de Costa Rica, donde se demostró la efectividad de la vacunación de refuerzo antes del alta hospitalaria en las mujeres que acaban de tener un bebe. El segundo, de la Argentina, donde, según explicó Gentile, en 2008 se reforzó la red de laboratorios para la identificación y confirmación de los casos de pertussis, y la cobertura de la vacunación aumentó en todas las provincias hasta llevar el promedio nacional del 92 al 95 por ciento. El año pasado se sumó la inclusión en el Calendario Nacional de Vacunación de un refuerzo obligatorio y gratuito a los 11 años.
En 2003, en la Argentina se notificaron poco más de 600 casos, que comenzaron a crecer sin pausa hasta los 3085 en 2008, cuando se decidió adoptar medidas que parecen haber sido efectivas.
"Estamos viendo muchísimos menos casos que antes -dijo Paganini-. Disminuyeron las consultas y las hospitalizaciones en terapia intensiva? Y ésa es una muy buena noticia."