Fabiola Czubaj
Lavarse las manos es la intervención más económica y con mayor impacto en la salud pública de la población. Una revisión de los siete estudios más importantes realizados en países pobres y ricos entre 2003 y 2010 confirmó que el uso de agua y jabón reduce un 23% el riesgo de adquirir infecciones respiratorias y un 47% el riesgo de diarrea infantil en los menores de 5 años.
"Esas son las dos principales causas de muerte en los chicos y nadie se está ocupando de luchar contra ellas. En la Argentina, cada año mueren 1430 chicos por enfermedad diarreica -señaló ayer la doctora Val Curtis, directora del Centro de Higiene de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad de Londres-. Un 10% de los argentinos aún no tienen cloacas y un baño que evite la necesidad de estar en contacto con la materia fecal, que ingresa al ambiente y produce enfermedad."
Desde hace dos décadas, Curtis investiga con su equipo cuáles son las prácticas más comunes de lavado de manos de distintas poblaciones, y cómo lograr que grandes y chicos adopten una práctica rápida, sencilla y efectiva contra los gérmenes. De visita en nuestro país, la investigadora presentó los resultados de sus investigaciones durante el I Foro Argentino sobre la Prevención de Enfermedades Mediante el Lavado de Manos, organizado por Lifebuoy.
Por su parte, la doctora Silvina Ruvinsky, del Servicio de Epidemiología e Infectología del hospital Garrahan, señaló durante su presentación: "Vemos que el lavado de manos, que es algo que parece tan sencillo, no es tan fácil de llevar a la práctica".
Y así lo mostraron los resultados de un estudio que el equipo de Curtis realizó en nuestro país para conocer el estado de salud de las manos. Para eso, reunieron al azar a 100 mujeres con hijos de 4 a 12 años y 150 chicos en escuelas, locales de comida rápida, paradas de colectivo y zonas comerciales.
Un hisopado reveló que el 88% de los chicos tenía bacterias fecales en sus manos: un 85% de Enterococcus , un género resistente a los antibióticos y que produce desde infección urinaria, bacteremia o diverticulitis, hasta meningitis, y un 15% de Escherichia coli , que causa diarrea infantil.
En cinco ciudades del Reino Unido, por ejemplo, el 28% de 404 pasajeros en transportes públicos y centros comerciales tenía contaminación fecal en las manos.
"Esto demuestra que el problema existe en todos lados. El 97% de los hogares en el mundo tiene un jabón, pero evidentemente no se usa", dijo Curtis, que es epidemióloga y antropóloga. Ella integra un movimiento mundial con más de una centena de instituciones, incluidas la Organización Mundial de la Salud y Unicef, que promueve la prevención a través del lavado de las manos ( www.globalhandwashingday.org ).
Es que los estudios observacionales en más de diez países de distintas culturas muestran una tendencia, que también existe en nuestro país, según se comprobó mediante una encuesta: más del 90% dice que se lava las manos, pero menos del 50% lo hace realmente después de ir al baño y antes de comer (ver infografía).
"Además de la diarrea y las enfermedades respiratorias, lavarse las manos previene las infecciones de la piel, la conjuntivitis, las parasitosis intestinales y el resfrío, que son tan comunes en los chicos -dijo Ruvinsky-. Eso demanda 15 segundos con las manos bajo un chorro de agua y un poco de jabón por toda la superficie, la palma y el dorso, los pliegues, las bases de las uñas y los pulgares, que son las zonas que pasamos por alto."