Robert Preidt
Las personas que tienen mayores niveles de educación pueden afrontar mejor los cambios cerebrales relacionados con la demencia, lo que podría explicar por qué los individuos mejor educados tienen un menor riesgo de desarrollar demencia, señalan los investigadores.
Una investigación anterior demostró que cada año de educación adicional se relaciona con un riesgo 11 por ciento menor de desarrollar demencia. Pero no quedó claro si un mayor nivel educativo en sí mismo u otros factores relacionados, tales como un mejor estilo de vida o situación financiera, protegen en realidad al cerebro contra la demencia.
El nuevo estudio encontró que las personas con diferentes niveles educativos experimentaban los mismos cambios cerebrales relacionados con la demencia, pero los que tenían más educación podían contrarrestar mejor los efectos de este trastorno cerebral.
Los investigadores examinaron el cerebro de 872 personas que participaron en tres estudios de gran tamaño sobre el envejecimiento de la población en Europa. Antes de morir, los participantes rellenaron cuestionarios sobre su nivel educativo.
"Investigaciones anteriores han demostrado que no hay una relación directa entre ser diagnosticado con demencia a lo largo de la vida y los cambios observados en el cerebro al momento de la muerte. Una persona puede mostrar mucha patología en su cerebro, mientras que otra muestra muy poca, sin embargo, ambos pueden haber tenido demencia", señaló la coautora del estudio, la Dra. Hannah Keage, de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, en un comunicado de prensa de la universidad.
"Nuestro estudio demuestra que la educación temprana en la vida parece permitir a algunas personas afrontar muchos cambios en su cerebro antes de mostrar síntomas de demencia", explicó.
El estudio, que aparece en la edición de agosto de la revista Brain, tiene implicaciones importantes para la salud pública en un momento en que muchos países tienen poblaciones que envejecen.
"Se sabe que la educación es buena para la salud e igualdad de la población", dijo la líder principal del estudio Carol Brayne, profesora en la Universidad de Chicago, en el comunicado de prensa. "Este estudio proporciona un fuerte apoyo a la inversión en factores en los primeros años de vida que tendrán un impacto en la sociedad y en la esperanza de vida. Esto es muy relevante para las decisiones políticas que tienen que ver con la asignación de recursos en salud y educación".
FUENTE: University of Cambridge, news release, July 25, 2010